viernes, 31 de agosto de 2007

Callejón de verano con pared de ladrillos al fondo.


Tengo la sensación de que alguien me ha robado el verano. Hoy lo he sentido en las tripas mirando a mi hija, mientras hacía su maleta. Recuerdo aquellos tiempos de la infancia en que las vacaciones eran tan largas que hasta se podía pesar el aburrimiento. Pero al final del verano se anunciaban las ferias. Vivía muy cerca de donde se instalaban en aquellos tiempos y con la pandilla del barrio nos acercábamos a ayudar a descargar un camión o limpiar unas piezas. Nos daban fichas para los coches de choque. O una moneda de cinco duros a cada uno. Un tesoro que se gastaba en la primera hora en la que funcionaban las atracciones.
Tengo la sensación de que alguien me ha robado el verano, de que éste se ha huido por un callejón. He entrado persiguiéndolo, pero al final sólo había un muro de ladrillos. Un gran muro de ladrillos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Las varas de medir el tiempo se van acortando con el paso de los años, no se donde lei recientemente que el principal motico de este cambio era la reduccion de los estimulos que nos interesan.

De infantes absolutamente todo es nuevo, todo nos atrae y sorprende, en cada momento hay cosas estimulantes que hacen que cada minuto sea intenso.

Con el paso del tiempo esos estimulos se van recibiendo de manera mas adormecida, hasta que llega un momento en que un momento difiere poco del siguiente, pocas cosas nos sorprenden o atraen ya, y los dias y meses vuelan...

Nos hacemos mayores Don Pedro...es hora de buscar cosas que nos sorprendan e ilusionen nuevamente.

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

El paso del tiempo cambia incluso la percepción de ese pasado en nuestra memoria, haciendo muchas veces que sea mucho más hermoso de lo que ya era de por sí.
El fin del verano siempre viene acompañado del síndrome posvacacional, con el que nos empezarán a marear ahora en los telediarios, quien no lo tenga es que no tiene corazón

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Ambos tenéis razón. ÁLVARO: el final de mis últimos veranos viene marcado por otra cosa que el síndrome postvacacional.
BLOGÓFAGO: nos hacemos mayores. Y el cuerpo se resiente. Buscar el motor de la ilusión...

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Pedro: envíame tu dirección y te lo mando.
Un abrazo,
Álvaro

Caelio dijo...

oigan ustedes:

Llega septiembre, acaba agosto y empezamos con dudas existenciales sobre el progresar de la vida. Yo soy joven.

¿postvacacional, se llamaba?

Pedro Ojeda Escudero dijo...

postvacacional, Caelio, postvacacional..., ¿o eso fue hace 20 años?

Silvia_D dijo...

...había una vez una niña...
siempre quedan los recuerdos, pero solo algunos :(

Besos^^

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DIANNA: quedémonos, pues, sólo con los mejores y con aquellos de los que sacamos experiencias para mejorar. Gracias por comentar un texto de hace meses. Un beso.