Recuerda: los muros son muros por los dos lados.
Mi infancia está llena de tapiales coronados de cristales.
Retornan los muros de la vergüenza: el ser humano tropieza con las mismas tapias.
Cerré los ojos y recorrí el muro solo con el tacto: la mano llegó hasta mi corazón.
No hay peor muro que el construido con palabras, pero el de los silencios hiere como concertinas.
9 comentarios:
El muro tambien proteje. Un muro de arrogancia es el usual.
Los muros son bastante contrarios a la libertad
Saltar los muros de la infancia, pueden causar heridas o también acceder a la libertad de ser uno mismo.
Es humano el no aprender de de nuestras experiencias, para repetir nuestros errores.
Con frecuencia en nuetras promesas, la mano se apoya en nuestro corazón.
Los silencios sin palabras, lo dicen todo.
Besos
Los muros de ahora hieren mucho más que las tapias con cristales de tu niñez.
Os muros piores são os que o ser humano constrói dentro de si mesmo.
Querido amigo, fuerte abrazo.
Por la extensa red de caminos y encrucijadas, deambula el caminante hasta llegar al muro que detiene sus pasos. ¿Cómo es el paisaje del otro lado? Imagina, el caminante un mundo de gacelas y secretos, el miedo le embarga, él desconfía de las flores que desconoce.
Saludos
Francesc Cornadó
El silencio, la falta de dialogo, la hipocresia, con esto y más se forma los muros que luego no se pueden eliminar.
Cristales para que no saltaran sobre ellos los gatos, creo. Cada día me parece ver levantados más muros. Solo es una impresión, ojalá equivocada.
Hay muros que levantamos nosotros mismos contra nosotros mismos. Podemos ver las dos caras y son terribles ambas.
Nada más simple que ocultar lo que no se quiere ver detrás de un muro y pretender olvidarlo del otro lado.
Saludos,
J.
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