jueves, 10 de junio de 2021

Vaciar el mar

 


El niño consiguió vaciar el mar en el hoyo cavado en la arena de la playa. Se quedó allí, de pie, con la pala de plástico amarillo en la mano, mirando cómo giraba el agua del último cubo que había arrojado por el agujero hasta desaparecer con un ruido de cañería atascada. Se giró para contemplar la llanura inmensa y vacía. El hombre sabio que estaba a su lado lo miró aterrado.

8 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Qué buen giro le has dado a la historia!
=)

Neogeminis Mónica Frau dijo...

qué buen giro le has dado a la historia!

Emilio Manuel dijo...

Ese hombre sabio, ¿era San Agustín o el mismo Dios en persona?

Sor Austringiliana dijo...

El sabio Agustín tuvo un sueño aterrador. A la mañana siguiente estuvo tentado de escribir una distopía profética, pero siguió con las Confesiones, los de Hipona no iban a reaccionar bien.

Fackel dijo...

Qué bonito. Lo has fabulado a la contra.

Myriam dijo...

Supongo que el horrorizado señor pensó en lo útil de desalinizar el agua de mar :-) para consumo humano.

Besos

Ele Bergón dijo...

Al niño le ayudaron mucho las mareas tan, tan, bajas que se daban por aquellos lugares.

Besos

impersonem dijo...

¿Será que, a veces, los sabios no comprenden los juegos de los niños?


De todos modos, a ese niño que no lo lleven a la playa en verano, porque se carga el turismo...

Abrazo