Contemplo mi ciudad. Al fondo, el páramo
limita el horizonte con la calma
del otoño. Atardece.
Por la estación de Ariza La Esperanza,
camino de otras tierras,
un viejo tren de carga
anochecido y lento,
fúnebremente pasa.
Oigo su longitud, la fatigosa
manera en la que salva
cada tramo de vía.
Pienso en ti, que me faltas,
abrazada en el río por los chopos,
tan leve ya, mecida por las aguas.
Monótono y metálico,
el tren sigue su marcha.
© Pedro Ojeda Escudero, 2019
14 comentarios:
Preciosa foto, maravilloso triste poema.
No se la causa, pero el timbre del poema me ha sonado a Machado, por cierto, ayer lo tocaste.
El tren sigue su marcha con un vagón más, leve e invisible.
!Cómo se agradece la calma!
Bello poema, te felicito.
Francesc Cornadó
El tren de cercanías cargado de muerte retumba en los poetas.
Siento y me llega esa cadencia rítmica y monótona del tren.
Besos
La siguiente estación espera, hemos de llegar a pesar de la carga.
Un abrazo
Me recordaste a Ofelia...
No lo pude evitar.
Besos, Pedro.
Las ausencias nos tocan el alma. El tren pasa, calmo y absorto en su camino, tratando de llegar a destino.
Hermosísimo poema, tanto como tristísimo.
¡Un fuerte abrazo, Pedro, y ánimo!
;)
El tren, por los diversos tramos de la vía, a veces se hace lento,muy lento y nos llena de tristeza. Pero como muy bien dices en tu último verso: "el tren sigue su marcha", porque no puede ser de otra manera.
Besos y adelante.
Me ha gustado mucho, con su tristeza al parecer insalvable entonces. Valladolid, supongo. Y estupenda foto.
Un abrazo
Los trenes son maravillosos protagonistas de las nostalgias vitales. Y ese abrazo a los ausentes, y los chopos...
Pedro, me acercas a mis paisajes.
Me ha gustado mucho este poema... estremece el alma y atrapa el pensamiento...
Abrazo
Me has recordado a Juan Ramón y uno de mis poemas preferidos.
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