Cada vez amanece más tristeza,
le cuesta más al día abrirse paso
y transitar las calles con la luz
que debe acariciar todos los rostros
que salen de sus casas echándose a la vida.
Dime dónde hallar flores en los parques,
por qué no hay tierra fértil para el agua,
cuándo hicimos metal toda belleza
como si la alegría fuera un zapato falso.
Camino entre las noches de esta extraña ciudad
tan grande, tan vacía, ceniza yerma y sucia.
© Pedro Ojeda Escudero, 2017
10 comentarios:
el cielo se tiñe de nuestro color
A veces, la oscuridad está en nuestro interior que lo contagia todo.
y sí me gusta la poesía
Aquí llueve y hay tierra fértil,la madera todavía es protagonista.
Que llueve y limpie las almas, regenerando los paisajes, que llueva... que llueva...
Besos.
Me encanta el poema. Muy bueno.
Besos
Es lo que tiene la producción intensiva para los escaparates donde el neón crea sus trampantojos...
Tal vez hay pocos motivos para amanecer alegrías... y este sea un tiempo en el que el otoño tiñe las tristezas de melancolía...
Abrazo
Un poema hermoso en toda su tristeza.
Este otoño se nos va a llevar a todos...
Un abrazo
Amanecerá...
;)
Besos, Pedro.
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