miércoles, 15 de febrero de 2017

La puerta del infierno


Hace tiempo encontré la puerta del infierno. No una, sino varias veces. Influido por la literatura, pensé que cruzarla solo podía hacerse enracimado en grupos pastoreados por los demonios, demonios con patas de cabra, cuernos y rabos terminados en punta de flecha, o con la cabeza alta, pisando fuerte y mostrando el orgullo del mal mirando como un igual a Belcebú, bello y tenebroso. Pero la vida es otra cosa. Casi siempre se llega a la puerta del infierno por una suma de decisiones cotidianas que uno toma porque ya está al otro lado de la puerta.

8 comentarios:

María dijo...

Esa puerta del infierno, cuantas veces la hemos cruzado a lo largo de nuestra vida.

Un beso.

Pedro Carcedo dijo...


Ya lo dijo Teresa de Ávila : "La vida es una mala noche en una mala posada".
Por eso estamos al otro lado de la puerta . No hay más que mirar alrededor.
Hambre, guerras, sufrimiento, niños sin hogar.............................
y más cosas.

Kety dijo...


Cuánta razón tienes.

Un abrazo

Myriam dijo...

Y entre puerta y puerta,
el puente de la amistad sincera y profunda.
Que acompaña, escucha, apoya, alienta
y da cariño, espalda contra espalda,
para atravesar todas las tormentas.

Abejita de la Vega dijo...

La puerta del infierno no avisa.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Y es bien ancha esa puerta.
=(

Ele Bergón dijo...

Es un fastidio lo que manifiesta Kundera en su libro" La insoportable levedad del ser" . La toma de decisiones muchas veces nos trae por el camino de la amargura, llamémoslos demonios o de otras muchas maneras, de ahí el dicho: " a ese se le llevaron los demonios", bien sea en primera o tercera persona.

Debías de tener la gripe muy cerca en esta entrada.

Besos

andandos dijo...

Trascendencia y humor, para quitarle hierro, claro que sí. Tenemos el demonio cerca, realmente, y estamos, al final, solos.

Un abrazo