Toda la sierra candela. Camino al arroyo de la Paloma. Tenía ganas yo de volver al rumor de la flor del castaño, que comienza también a tapizar los caminos. Por estas peñas ando, mientras pienso en esta vieja España, vieja, vieja, tan vieja que hasta lo nuevo envejece con tanta rapidez que amarillea y todo es mesa de truco y nonada. Llegarán tiempos mejores pero no son estos. Ahora, hacia arriba, arriba, entre los castaños, oliendo a candela y al fresco de la tarde. Qué ganas.
5 comentarios:
Las sierras nos salvan. Me encanta esa capacidad de condensar en una frase una idea que nos revolotea a todos y quizás no sabemos precisar. El envejecimiento de lo que parecía nuevo es un trago amargo.
Saludos
No conozco tu sierra pero gracias a ella he aprendido que la candela puede ser una flor.
Llegarán tiempos mejores
y el rumor de la flor del castaño,
te lleva consigo mi abrazo...
Sigamos caminando mientras esa luz llegue.
Y dejemos atrás a los trileros y trampantojos a la orilla del camino.
Han de llegar tiempos mejores... sigamos subiendo.
¡Qué ganas!, sí. ¡Qué ganas!
Besos, Pedro.
Ahora toca esto, el monte, ya llegarán tiempos mejores, y peores, más adelante.
Un abrazo
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