Fermín Herrero estructura La gratitud para que toda la meditación sobre/en el paisaje -el poeta y la naturaleza no solo como marco para la reflexión o el hallazgo de sonidos y formas sino como esencia misma del hallazgo poético y vital que supone cada poema- de las primeras secciones nos lleve hacia la última en un movimiento tonal ajustado que va desencadenándose de forma suave. Tras La medida del mundo, Aflicción, Razón de ser y La energía oscura, este camino de conocimiento que es La gratitud nos desembarca en Lo propio y lo diverso. El poeta llega allí con una sensación agridulce, ha aprendido pero quizá sea demasiado tarde porque la vida se achica por delante:
Cuando se aprende algo de la vida y su tramoya
es demasiado tarde para muchos, desde luego
para mí. Porque entonces, no queda empuje
donde poder durar, no le cabe su proporción
al cuerpo.
Y, sobre todo, porque se establece una batalla contra el orgullo, que es quizá la última de las batallas que se debe dar para alcanzar el estado al que se aspira:
(...) Qué vergüenza que a pesar
de la edad uno no consiga reducir su ombligo
cargado de razón. Y límites.
Quizá por eso la voz poética se concentra en los otros. Se hace testigo, como en las secciones anteriores lo hizo con la naturaleza, de la vida de los otros, de los logros más exactos de los otros, que son los más humildes: la mujer a la que de niña, en los años cincuenta, cambian por una burra pero que ha conseguido salir adelante, el hijo que le declara su amor hasta la casa/ del tiempo y más allá, , la mujer a la que todavía debe amarse más. También el reconocimiento a los padres -ese eslabón de gratitud entre las generaciones anteriores y las venideras-. Sobrecoge el poema en el que los padres están presentes por las acacias que plantaron:
Qué solas, esta tarde, las acacias, qué tristes
sin vosotros, que las plantasteis.
(...) Pendientes siempre, sobre todo
de mí, que en la farsante favor del mundo renegaba
de aquella voluntad tan pobre, tan honesta.
Presentes también en la casa ya vacía a la que se vuelve y que contiene, en su inicio, una de las definiciones del poemario: La raíz es el peso.
Es significativo que en esta sección se trabaje el lenguaje de una manera que nos trasporta ya no solo las cosas que nombra sino el uso que hacen de él las personas, con lo que consigue ponérnoslas delante, hacérnoslas presentes con esas pocas palabras que recoge de su boca: Y qué, casi casi, en teniendo, se esfogue, de nada nada, vamos. O en las acciones descritas en estos poemas, como la mujer asomada al ventanuco que ha ido a morir al pueblo y que sabe que la niebla oculta pero quizá hace más ciertas las cosas (Lo que en la niebla no se ve, está) y que se echa en la cama a esperar la muerte tras haber limpiado la casa
para que se encontrara todo bien recogido
Es en todos estos personajes cercanos, que dejan huella solo en los que los tratan y no en la historia falsa del ser humano, en los que se reconoce el autor y expresa finalmente el sentido de gratitud:
(...) Por quien
soy desde los demás, también por lo diverso.
Noticias de nuestras lecturas
Foto del acto tomada por Mª Ángeles Merino.
De izquierda a derecha: Pedro Ojeda, Fermín Herrero, Manuel Sancho y Juan José García
El pasado martes, día 9, tuvimos la clausura académica del curso 2014-2015 del curso del Club de lectura en el formato presencial sostenido por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos. Aunque todavía nos queda un título más, este nos llevará a Tánger y no todos los participantes en el club de lectura presencial pueden acudir, lo que motivó el acto formal de esta semana. Allí, en esta ciudad del norte de África, cerraremos un curso lleno de tantas cosas. Daré cuenta de ello y haremos balance.
La clausura se celebró en el Museo del Libro Fadrique de Basilea, que tan amablemente ha acogido nuestros proyectos y es un lugar muy apropiado para hablar de libros, de escritores, de lectores y de cultura. En el presente curso, hemos celebrado allí también la inauguración del curso y el encuentro con José Antonio Abella, autor de La sonrisa robada. Las palabras de acogida de Juan José García, su director, expresan ese amor por la cultura y el libro que llenan todo el Museo. Intervino también Manuel Sancho, presidente de la AAAAUBU, y excusó su presencia el Vicerrector de Estudiantes y Extensión Universitaria de la UBU que tenía otro compromiso académico.
El acto académico central tuvo la forma de encuentro con el poeta Fermín Herrero. No se me ocurre nadie mejor para cerrar este año de nuestro club que el último Premio de las Letras de Castilla y León. La hora larga de conversación que mantuvimos con él sirvió no solo para comprender mejor La gratitud sino también para comprobar su calidad humana y aproximarnos a través de sus palabras a su mundo intelectual y poético. Mª Ángeles Merino reseña el encuentro con Fermín Herrero y la clausura académica del curso. Os remito a su entrada para un mayor conocimiento de lo que allí ocurrió. Por mi parte, expresar de nuevo mi agradecimiento a la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos, al Museo del Libro Fadrique de Basilea y a Fermín Herrero, que tan amablamente se prestó a acercarse a Burgos y compartir tiempo con sus lectores.
Mª del Carmen Ugarte García comenta un poema que nos agarra nada más leerlo: por la forma de quebrar el tono anterior del poemario, por el tema. Y este comentario enlaza con la situación presente. No dejes de leerlo. Y al buen tuntún termina su lectura de esta obra en una exacto juego intertextual que es más que apreciable porque nos explica la profundidad de su lectura.
Luz del Olmo glosa la poesía de Fermín Herrero: un encuentro poético que debemos celebrar.
Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.
Anuncio de la próxima lectura
Terminamos el curso con las Crónicas periodísticas de la Guerra de África (1859-1860) de Gaspar Núñez de Arce. Este volumen recoge una de las primeras crónicas de guerra publicadas en un periódico español en el sentido moderno del término. Nos ocupará las próximas semanas y nos llevará hasta Tánger para clausurar definitivamente el curso 2014-2015.
- Hay edición moderna al cuidado de Mª Antonia Fernández en Madrid, Biblioteca Nueva, 2003. Sigue la versión publicada en las páginas del diario La Iberia durante el conflicto. Puede cotejarse con el acceso directo al periódico en este enlace.
- Bajo el título de Recuerdos de la campaña de África, Núñez de Arce publicó una versión sutilmente revisada de sus crónicas en 1860. Puede leerse y descargarse gratis en este enlace.
5 comentarios:
Tuvimos el privilegio de las palabras de Fermín Herrero.
¿Cuadros abstractos o cuadros figurativos? De unos y otros hemos de disfrutar. El placer de la lectura es amplio. Y esta lectura colectiva nos abre los ojos sobre mundos literarios que no sospechábamos.
Sensaciones, viejas palabras, sabor a tierra, una concepción moral y filosófica del mundo. Belleza.
De todas maneras, prefiero las uñagatas y las mielgas a Heidegger y demás.
Comienzo a leer lo de Núñez de Arce y me ha sorprendido por su claridad...y por lo enormemente actual que parece.
Besos, Pedro, en este día de parrales.
¡Qué maravilla de clase que me hace disfrutar aún
más del poemario de F.H.!.
Que suerte que tengo a Ma Ángeles que es mis ojos
y oídos y que tan bien relata el encuentro con el poeta.
Te cuento que ya he comenzado a leer las Crónicas
de Gaspar Nuñez dre Arce ¡cómo se nota que es poeta!, son una delicia
estilística, del valor histórico-testimonial de su contenido.
Besos
Gracias, Myriam. Una suerte compartir con vosotros.
al poner el comentario desde el teléfono me trague:
"además" del valor .... en la última frase.
De nada, Ma Angeles. Besos
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