jueves, 17 de septiembre de 2009

Cuál es más loco (Cap. 2.15)


Este breve capítulo puede parecer innecesario, pero no lo es. Cierra -por ahora-, la intervención de Sansón Carrasco con promesa de retorno vengativo y el inicio de la nueva salida de nuestro hidalgo, para afirmar a don Quijote y lanzarlo a nuevos horizontes.

En efecto, por si alguien aún dudara sorprendido por la trasformación del caballero de los Espejos en Sansón Carrasco y su escudero en Tomé Cecial, el narrador nos confirma que es el mismo bachiller que apareció en los primeros capítulos, que había urdido una trampa junto al cura y el barbero para obligar a don Quijote a regresar a casa. De ahí que conociera todo lo necesario para disponerle una ficción caballeresca a don Quijote. Pero el resultado es bien distinto de lo que se imaginaba: por una parte, un castigo a la soberbia de los cuerdos, que piensan siempre ganar porque se creen en posesión de la verdad; por otra, la alegría de don Quijote, que había iniciado su tercera salida demasiado melancólico y con la dura espina clavada del encantamiento de Dulcinea.

Sansón ha resultado derrotado y molido por su vecino: se pensaba más joven y fuerte y menos loco. Su escudero, Tomé Cecial, analiza tan bien y con tanta ironía lo que ha pasado que sólo cabe citarlo:

-Por cierto, señor Sansón Carrasco, que tenemos nuestro merecido: con facilidad se piensa y se acomete una empresa, pero con dificultad las más veces se sale della. Don Quijote loco, nosotros cuerdos: él se va sano y riendo, vuesa merced queda molido y triste. Sepamos, pues, ahora, cuál es más loco: ¿el que lo es por no poder menos, o el que lo es por su voluntad?

A partir de este momento, el motivo fundamental que mueva a Sansón ya no será el inicial, sino la venganza de la humillación y los golpes recibidos. Cervantes completa así la caracterización de este personaje, burlón y demasiado humano. Tan humano que, si bien podríamos comprender qué pretende, no compartiremos ya de ninguna manera su forma de actuar: el autor ha predispuesto, sabiamente, al lector contra el personaje y lo empuja definitivamente del lado del loco don Quijote. Ante la parodia de la parodia, nos quedamos con el primer modelo.

Éste toma aliento: ha vencido en combate a otro caballero. Bien poco importa que resultara verdadero o encantado bachiller, porque la victoria es inapelable y se ajusta a las normas de la caballería (aunque con matices burlescos que hacen caer la aventura en la realidad). Don Quijote, que había salido un poco mustio al camino, de pronto se nos crece por dentro y por fuera. De ahí la importancia del próximo capítulo, el XVI, que comentaremos el próximo jueves. Y por eso el respiro que nos concede éste que, sin duda, leímos seguidamente del anterior.

30 comentarios:

pancho dijo...

CAPÍTULO 2. 15
Ya nos indicaba C, al final del pasado capítulo, que la historia hacía un receso, una parada en su avance para contarnos las razones de la presencia del Caballero de la Selva y el subalterno de las narices postizas en aquel lugar y el enfrentamiento con nuestros héroes: "Don Quijote y Sancho volvieron a proseguir su camino de Zaragoza, donde los deja la historia, por dar cuenta de quien era el Caballero de los Espejos y su narigante escudero". El inciso está dedicado a las motivaciones que llevaron a los dos personajes secundarios a intervenir en la historia. Del Caballero de los Espejos nos anticipa que volverá a participar en la misma más adelante. ( “la historia vuelve a hablar del a su tiempo”). La victoria de DQ, de momento, tiene como consecuencia el abandono de Tomé Cecial que vuelve a casa. También la novedad de que Sansón Carrasco no se resigna a la derrota y es la venganza el motor de su continuación como personaje de la trama.

“¡..., donde sucedió todo lo que el prudente ha leído’!: aquí nos aconseja volver sobre el episodio para entrar en la categoría de lectores prudentes que abarcan lo escrito en toda su amplitud. Relectura que no será necesaria en esta Acequia de lectores a la que ya le lloran los ojos de tanto deshojar capas de cebolla que lleguen a las entretelas del texto, siguiendo los sabios consejos del Licenciado Ojeda.

Un ufano DQ al que la victoria parece haberle quitado veinte años de encima y le ha devuelto la esperanza de un reencuentro con Dulcina desencantada abre este capítulo. A continuación , el narrador nos aclara que una vez que el entorno del hidalgo se dio cuenta de que es imposible mantenerlo en casa, una vez que ha sanado de las consecuencias de su segunda salida, Sansón Carrasco, el cura y el barbero decidieron que el Bachiller animara a DQ a una tercera salida. Le saldría al encuentro disfrazado de Caballero Andante, lo derrotaría y así DQ no tendría más remedio que obedecer el mandato de su vencedor, que le ordenaría volver a casa. No contaban conque la treta de Tomé Cecial asustaría a S, que prefiere ver la pelea desde un alcornoque. DQ tiene que echar una mano para alzar la humanidad de S justo en el momento en que el Caballero de los Espejos pica espuelas y tiene que frenar para no contravenir la ley de Caballería, la misma que ahora se muestra reacio a cumplir: sólo piensa en recuperarse del daño físico sufrido y en urdir otra nueva treta que le resarza de la derrota. Herido, como está , en su orgullo, al verse derrotado por un anciano loco a lomos de un rocín flaco. De paso, D. Miguel nos deja otro ejemplo de que la violencia no resuelve los conflictos, sólo los enquista y resurgen reforzados, más adelante.

De la expresión “entrar en bureo” dice el DRAE: 1. loc. verb. ant. Juntarse para tratar de algo. Actualmente no se utiliza esta expresión pero su significado ha evolucionado en el sentido de juerga o diversión. Ahora “Salir de bureo” es más o menos salir de marcha.

El DRAE dice de bizmar: Aplicar un emplasto para confortar, compuesto de estopa, aguardiente, incienso, mirra y otros ingredientes. En esta zona del oeste de la península se usa la palabra embilmar en el sentido de componer algo roto. Seguramente sea una derivación local de la misma palabra, manteniendo el sentido que tenía en el XVII de componer huesos.

No nos aclara C si Tomé Cecial era padrino de algún hijo de S o un amigote y vecino del pueblo. Las dos acepciones tiene en el DRAE.

Abejita de la Vega dijo...

Comentario al final del capítulo XIV y al XV.

Habla Tomé Cecial.
Andaba yo en el limbo de los personajes secundarios del Quijote cuando vino alguien, tal vez un lector nuevo, pidiéndome que me presentara y así lo hice.

Mi nombre es Tomé Cecial y vivo en la misma aldea que don Alonso y Sancho Panza. De este último soy compadre, por haber apadrinado, en la pila bautismal, a su Sanchico. La desafortunada combinación de mi nombre con el apellido siempre ha sido motivo de burla por parte de mis vecinos: ¿Qué tomaste? Tomé cecial. El pescado cecial, o pescado seco, bacalao o merluza, ha sido siempre mi cruz.

Voy a contarles mi corta aventura, no quise fuera más larga, junto al joven bachiller Sansón, el hijo de mi tocayo Tomé Carrasco.

Cierto día estaba yo destripando terrones cuando viene a mí este muchacho, siempre con ganas de reírse del prójimo y me cuenta que necesita ¡un escudero! ¡Demasiados novelones ha leído este chico! Mejor haría ocupándose de las fincas paternas, harto abandonadas.

Yo le seguí la broma y me ofrecí para tan anticuado oficio. Me cogió la palabra y, al día siguiente, estaba ya de camino, en su armada compañía y en la de unas repletas alforjas: queso, fiambres, empanada de conejo albar y...buen vinillo para la bota. Los duelos con pan son menos, me dije. Y me viene bien estar unos días sin agarrar la hoz...

Al principio no me tomé muy en serio lo que decía el Sansoncico de seguir a don Alonso Quijano y a mi vecino Sancho Panza. Más tarde, me explicó que nuestro vecino había contraído la locura de ser caballero andante, como los de antaño. Y que, para forzarle a regresar a su casa, era preciso derrotarle a la manera caballeresca. Y que en ello, andaban metidos nuestro cura y maese Nicolás, el barbero. Para no ser reconocido, debía llevar unas narizotas de pasta y barniz. Más que nariz parecía una berenjena.

Ocurrió que el socarrón vino por lana y volvió trasquilado. Mi amo y el viejo hidalgo se enfrentaron armados, a caballo, en singular batalla. Y tan singular que el viejo venció al joven, aprovechando la falta de resuello del caballejo y su impericia con la lanza. Lo tiró al suelo por las ancas del caballo y, como no se movía, llegué a pensar que había muerto.
(Continúa)

Abejita de la Vega dijo...

Don Alonso se apeó del rocín y fue sobre el vencido. Al descubrirle el rostro, quedó admirado, maravillado y espantado de ver al Sansoncico. Voceando, decía a mi compadre que acudiera y no sé qué de los encantadores. Sancho fue y ¡propuso a su señor que le metiera la espada por la boca! ¡Eso no!

Llegué yo, sin las enormes narices de máscara, para impedir que lo matara. Y mi vecino Panza me conoció… y le pedí suplicara a su amo que perdonara la vida al mío.

. Don Alonso le puso la punta de su espada encima del rostro y le forzó a confesar que no sé qué dama de sus delirios era más hermosa que esa Casildea de Vandalia de su invención. También debía acudir mi joven amo al Toboso y presentarse ante dicha dama, Dulcinea se llamaba , no entendí para qué. Y, después, habría de volver a buscar al viejo hidalgo, a decirle “lo que con ella hubiéredes pasado”. Yo me sonreí, al oír eso...

Y, con toda su socarronería, el Sansoncico confiesa que vale más un zapato viejo de Dulcinea que las barbas de Casildea. ¡Uno de los solteros más solicitados de la aldea y elige a la mujer barbuda que de lejos se la saluda! Y promete ir y contarlo todo a la vuelta. Lo que sea, pero su merced aparte esa espada...

No acabaron ahí los juramentos. Don Alonso deseaba también que confesara que cierto caballero al que venció Carrasco no fue ni pudo ser Don Quijote de la Mancha. ¿Un doble de don Alonso por ahí? Hasta entonces, yo sabía que se llamaba Quijana pero ignoraba lo de “don” y lo de Quijote. Al pobre Quijano debía tener seco el celebro. Y mi señor, maltrecho, en el suelo, y con todos sus espejos lunáticos, medio rotos, a cuestas. Jura, confiesa…lo que le mande su merced.

Lo levantamos y Sancho no podía creer que yo fuera el Tomé Cecial de su pueblo. ¡Cómo me miraba! ¡Qué ojos de búho! Caballero y escudero vuelven a su camino, creo que para Zaragoza. Nosotros nos apartamos de tan singular pareja. Contento, ufano, vanaglorioso va don Quijote por la victoria mientras mi Sansoncico, sólo tiene puesto su pensamiento en buscar un algebrista que bizmara y entablara sus magulladas costillas.

Mi señor don Sansón ya había aclarado mis dudas. Si aconsejó a don Quijote que prosiguiera sus pasadas aventuras caballerescas fue por haber tramado, con el cura y el barbero, cuál sería la mejor manera de obligarlo a permanecer quietecito en casa, sin locas tentaciones aventureras. Decidieron por mayoría, ante la imposibilidad de detenerle, permitirle salir y que el bachiller le saliera al camino y entablara batalla, qué no faltaría motivo y, por supuesto, lo venciera. Previamente, ambos contendientes pactarían que el vencido quedase sujeto al antojo del vencedor. El vencedor sería Sansón y lo mandaría a su casa por dos años, por lo menos. No les cabía en la cabeza que don Quijote saliese victorioso.

Ya os he contado cómo me ofrecí. Salimos del pueblo y seguimos el mismo itinerario quijotesco. Vimos de lejos como se encontraban con un carro de comediantes. Los alcanzamos en aquel bosque donde los criados tuvimos un encuentro pacífico y los señores trabaron batalla...Para que luego digan...

Cuando nos quedamos solos, le preguntaba al bachiller, a la vista de los hechos, con el debido respeto, a ver quién era más loco, si “el que lo es por no poder menos o el que lo es por su voluntad”. Él me contestó que el uno lo será siempre y el otro abandonará la locura cuando desee. Hasta aquí quería llegar, para mostrarle mi decisión de abandonar la aventura y volver a mi casa. No le pareció mal mi decisión, pero me reveló que él no volvería a la suya hasta haber molido a palos al que le molió las costillas. Mi Sansonico ya no está empeñado en que el hidalgo recobre el juicio sino que, ahora, le mueve la venganza. No parará hasta vengar el dolor de sus lomos.

Por fin, llegamos a un pueblo donde hallamos un algebrista que mitigó ese dolor. Yo tomé el camino que me llevaba con los míos y la historia, esa que anda escrita por ahí, promete volver a hablar de mí.

Un abrazo para todos

Pilar_Cordoba dijo...

Lo que menos me esperaba yo es que el cura y el barbero estuvieran detrás de toda esta trama para engañar a Don Quijote y hacerlo regresar a casa con la excusa de haber perdido ante el Caballero de los Espejos ¡Qué fuerte! Peeeeeeero no todo sale como ellos han planeado. ¡Já!
Me alegro por nuestro Hidalgo, por una vez ha salido victorioso ¿a quién no le gusta presumir de las cosas bien hechas? ¿O no? Pués bien que hace en vanagloriarse de haber vencido a su rival.
La pena que todavía tiene Don Quijote es pensar que sigue bajo los efectos un terrible encantamento que le impide ver la hermosura de su Señora Dulcinea... (que inocente el pobre y que pícaro Sancho Panza que lo está engañando).
Este capítulo ya lo llevaba de adelanto, en cuanto terminé el XIV y ví que éste era tan corto no me detuve, me lo leí...
Un besote enorme, muackksss.

Teresa dijo...

¿ya es jueves?...

una imagen dice más que mil palabras, ¡ay Cervantes la que estás montando!... voy me a leer

Myriam dijo...

Mis amigos me están llamando ya para cenar, asi que no alcanzo a contestar, pero sí, hice los deberes. Y ya sabes porqué me encantó el diálogo entre Tome Cecial y Sanson.... que citas aquí.

Pero como @la pluma es la lengua del alma @ no puedo callar aunque ya estén poniendo la mesa sobre la computadora...

ayyyyyyyyy me echan, me echan............ ya me desconeccccccccccc

Silvi (reikijai) dijo...

Pedro...En esa foto,solo te falta el chaleco de fuerza..."Comenta don Miguel de Unamuno: la locura de Sansón es “mil veces más desatinada y más de verdad locura que la del hidalgo; locura, en fin, de pasión de hombre sensato, que son las más ponzoñodas de las
1ocuras todas”. Porque el peor desvarío brota del corazón (y no de la cabeza),y Sansón Carrasco tiene el entendimiento tupido de cordura socarrona atiborrada de lugares comunes escolásticos adquiridos en las aulas de Salamanca".Besitos.Silvi.

Merche Pallarés dijo...

Bueno ¡qué foto con "El Espolón" de nuestro querido ANTONIO AGUILERA y compañía! y ¡qué capítulo XV, visto y no visto! La verdad es que hoy no tengo gran cosa que decir despues de tu análisis y los comentarios de PANCHO y ABEJITA. Le salió mal la jugarreta al bachiller y ahora jura venganza,el muy ruin. Estaremos al loro. Besotes, M.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Extrañaba la brevedad del capítulo. La aclaración sirve de mucho, lo contextualiza, una especie de resorte o punto de apoyo para lo que viene.

Ya estoy por aquí, Pedro, un abrazo.

Hernando dijo...

Cervantes no quiere dejar ningún cabo suelto hace una parada en el camino, nos resúme un poco lo que lleva escrito hasta el momento, en esta segunda parte y nos adelanta un poco lo que puede seguir pasando, nos pone la miel en la boca para que prosigamos con nuestra lectura.
Quiero resaltar la parte psicológica de este capítulo y es la trama que intentan la terna cínica, (cura, barbero y bachiller)para que Don Quijote vuelva a casa. Obligándole que vuelva con mentiras y engaños ven que es un estímulo de reforzamiento para que nuestro Don Quijote sea más cabezón que los maños (pronto estaremos en Zaragoza) y diga que noes, la única arma eficaz es la que intenta el bachiller y es la pelea entre caballeros con el código de los caballeros andantes, pero vemos que de momento le ha salido el tiro por la culata.

marga dijo...

El equipo de técnicos y especialistas en Quijotidad de la REal Academia de la lengua de ternera, reunidos con fecha 18 de septiembre de 2009 suscriben el siguiente ponderado compendio del capitulo XV de la segunda parte:

"IR A POR LANA Y SALIR TRASQUILAO"

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Ya lo avisó Cervantes cuando lo describió:

"...de condición maliciosa, y amigo de donaires y de burlas". ¿No habra mejor manera de curar a un loco que reirse de el?

0¡Que barbaridad! Siempre me fue antipatico ese bachiller, que aunque se llamaba Sanson no era muy grande de cuerpo -y seguramente de alma tampoco-.

Hay gente que hasta cuando hace una buena obra es maligna.

Que barbaro...

E indudablemente, Cervantes predispone al lector contra ese bachillercito: conmigo lo consiguió cumplidamente, me es un personaje sumamente antipatico.

Te soy sincero Pedro.

Un fuerte abrazo...!

Kety dijo...

Visto y comprobado que don Quijote contagió su locura.

¿Acabaremos nosotros igual? ;-)

Una vez más, Cervantes demuestra su INGENIO

Un abrazo

Alatriste dijo...

El Bachiller desde luego resulta ser mal tipo: muy burlón y rencoroso; mejor habría estado en casa.

¡¡Bravo por don Quijote!!

J. G. dijo...

Curioso personaje siempre fue el Bachiller Sansón Carrasco, ¿por qué? por varias cosas.

- La casualidad de estar recién llegado de Salamanca.
- Su afán tetapéuta de don Quijote.
- Su afán vengativo también de don Quijote.
- Es el que mata a Don Quijote (penitencia de no coger las armas cuando se disfraza de Caballero de la Blanca Luna) y a su vez al señor Quijada que muere en el lecho tras esta última batalla. Aunque algunos teóricos dicen que fue por contradecir a Alonso Fernández de Avellaneda que invento un primer final de Don Quijote.

Saludos.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Mira que me cae mal el tal Sansón Carrasco. Un abrazo.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

QUERIDO PEDRO: PUBLICADO HOY EN MI BLOG UN POST, COMO CONTRIBCION AL GRUPO DE LECTURA.

UN ABRAZO.

erobleto dijo...

Cervantes nos ayuda a ubicar a travès de Tomé Cecial y el bachiller Carrasco, la confrontación del mundo del quijote con el mundo de la realidad.

Una vez más se confrontan el mundo de la ficción, representado por nuestro querido DQ y el de la realidad representado por el bachiller y su escudero, quienes se proponen curar a DQ de su locura y obligarlo a regresar a "su" realidad.

La genial reflexión de Tomé Cecial ya citada:

"Por cierto, señor Sansón Carrasco que tenemos nuestro merecido..."

Nos confirma que no es tarea fácil esta transformación, y nos da pié para elevar la gesta del quijote a la dimensión universal que adquirió con el tiempo...

Silvia_D dijo...

Que asquito de bachiller...

(lo intento, eh! que no se diga!)

Besos, besosssssss :)

Anónimo dijo...

Muy interesantes los análisis que hacen del personaje, tanto tú como Cornelivs. Te felicito.
Un placer leerte.

Marina dijo...

Pues me pasa como a Silvia_D, nunca me gusto el Caballero de los Espejos, yo quería que D. Q. le venciera y le diera su merecido, ue le vapuleara pero a base de bien. Disfruté mucho con la paliza(es lo que hay) y me crecí de nuevo con Alonso... juntos seguimos el camino... aunque yo sabía, que tarde o temprano se nos terminaría la arena fina y volverían los guijarros... bueno, todo se andará.

Un beso pedro. Me encanta esta foto tuya, tienes la misma cara de caballero andante, jugando al señor formal, de cuando yo te conocí, ja ja ja.

Martine dijo...

¡Mal perder tiene este bachiller!

Y tú tienes una mirada arrebatadora... pícara.. El Espolón, seguro, es el culpable.. con este escrito de "Cariño, al fín solos... " no alcanzo a leer más..

Un beso, Pedro.. Voy a leer el Capítulo siguiente por si no me da tiempo durante la semana..

Pocomancha dijo...

Yo creo que Cervantes era liberal, y por ende, pretendía ridiculizar a todo aquel que usaba las presiones sociales para maniatar a un personaje libre, ansioso por salir al campo abierto.

Lo tenemos en nuestro entorno a diario, parece ser que el comportamiento social tiene bastantes semejanzas con el comportamiento que poseemos en el S. XXI. O eso creo yo.

Saludos.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Uf..que miedo! me pareciste a Hyde en la foto...

A mi este Sansón de nunca me dio buena espina...me cayó mal y ahi queda..como queda.

pequeño capitulo, pero que buen retrato psicológico del Carrasco...- yq me gustaría saber a quién quiso identificar Cervantes...saludos

Antonio Aguilera dijo...

Me vino la semana algo correteada, pero por fin puedo aterrizar por esta Acequia, aunque deberìa de ser en un minihidroaviòn.

Antes que nada, agradecerte el detalle de mostrar nuestra revista "probe para gente rica.....". ¿La tienes agarrada con la punta de los dientes de ratón?. La mirada te quedó algo siniestra, como apunta Tucci y alguien más jajaja.

En cuanto a tu análisis de hoy, sería difícil elegir un fragmento que destaque más que otro en "excelsitud"; pero me ha gustado mucho el siguiente:

" Pero el resultado es bien distinto de lo que se imaginaba: por una parte, un castigo a la soberbia de los cuerdos, que piensan siempre ganar porque se creen en posesión de la verdad".

AY, la verdad.....de los necios...
como dije que dijo Groucho Marx:
"Señores, éstos son mis principios; pero si no le gustan tengo otros.

A continuación pego mi pequeña colaboración de esta semana.

Abrazos Pedro y paseantes.

Antonio Aguilera dijo...

CAP. (2) 15

Finalmente Cervantes se decide por bautizar al del Bosque como “de los Espejos” (elemento especular odiado, por cierto, por Borges. Llegando a decir el ciego de Buenos Aires: “Odio los espejos y la cópula, porque multiplican al género humano”), desterrando las humedades de los bosques, selvas y otros verdes seres….; pero sólo hasta el cap. siguiente (y perdón por el anticipo), donde el, o lo, que aparecerá en verde, será un caballero así vestido entero.

Sea como fuere el caballero derrotado, su derrota, hizo más que feliz a don Quijote. Ahora debería ir a rendir honores a su Sra. Dulcinea, previa visita al algebrista y “ biezmista” (el que “endereza” los huesos y les da consuelo). Una vez que ya hubiese rendido la pleitesía debida a la tobosina, debería de volver para informar a don Quijote si la señora de sus sueños, ha dejado de ser hortelana (discípula quizás de Pancho);y si su rostro brilla de nuevo sin necesidad de los maquillajes que usa la “biutiful pipol” (el inglés tampoco es mi fuerte).

Como ya se dijo en el cap. anterior, el de los Espejos, o sea el bachiller Sansón Carrasco fue a por lana y volvió trasquilado. O con la bella frase que lo dice ahora don Cervantes: “por no haber hallado nidos donde pensó hallar pájaros”.

El malicioso contubernio, alianza o liga vituperable, que habían concertado el Bachiller y el cura, acabó en un contundente fracaso. La musculosa fuerza del joven Sansón no pudo vencer a la fuerza del azar y del destino que don Quijote, en sus genes, tenía escrito.
Para más desgracia del Bachiller, su escudero el compadre Tomé Cecial, le dice que dimite, porque los locos deben tener protección divina, y que está más loco el que pretende luchar con un loco que el propio loco.

Por lo tanto, el especular caballero, se marcha que no aguanta ni a su Padre. Renegando de don Quijote, y con la firme promesa de vengarse de nuestro noble caballero. Esperemos que en el próximo encuentro que tengan la suerte siga del lado del de los nobles ideales.

Mientras tanto don Quijote y Sancho continúan su camino hacia Zaragoza.

Revulsiva Nota:
Este comentario pertenece a la Red de Comentarios Quijotescos, coordinados por el profesor Pedro Ojeda desde su blog La Acequia.

Revulsivos saludos.

Teresa dijo...

¡pero si era un capítulo canijo!
...
me ha sabido a poquísimo... y he tenido que frenar en seco.

destaco este trocillo de frase
"...el señor bachiller quedara imposibilitado para siempre de graduarse de licenciado, por no haber hallado nidos donde pensó hallar pájaros"

Es que somos así, nos creemos superiores a los demás, y así nos llueve encima.

creí que un algebrista era un matemático, no un médico, y quizás por eso se diga, "hay que saber álgebra"... ???

Sansón Carrasco se ha ganado el premio limón, por agrio y vengativo.

matrioska_verde dijo...

una foto muy divertida.
bicos,

Asun dijo...

Plas, plas, plas, plas, plas,plas.
Siempre se ha dicho que quien ríe último ríe mejor.

Ese párrafo que destacas es de lo mejorcico, sobre todo la frase: ...cuál es más loco: ¿el que lo es por no poder menos, o el que lo es por su voluntad?

Besos

Juan Luis G. dijo...

El bachiller digerió mal una buena cura de humildad. Tomó el peor camino.