jueves, 25 de mayo de 2017

ya es el siguiente minuto: la despedida traumática en Brillante de Luis Ángel Lobato y noticias de nuestras lecturas con anuncio de la próxima


No deberíamos olvidar que, aunque no fuera este el orden de publicación, Brillante abre la trilogía del desamor que continúan Lámparas y Dónde estabas el día del fin del mundo. Como tal, es una entrada conceptual en un mundo en el que yo el poético se tambalea víctima de la incertidumbre, el desamor y la contemplación de un mundo hostil ocupado por una ciudad nevada -una ciudad, todas las ciudades- en la que lo nocturno y las luces urbanas evidencian las grietas que separan la realidad de lo onírico. Quizá sea el poemario de más difícil lectura de los tres pero los prepara y reúne en un todo sólido y coherente.

El final de Brillante anticipa todos los finales de mundo que se encuentran en cualquier separación amorosa, más en la que poetiza con tanta fuerza. El yo poético y el tú objeto de la pasión (Perdóname:/ quiero ocuparme de tu vida) se separan y el primero queda en soledad dolorida, anticipada por la amada:

Pero se ondula
un movimiento añil
cuando repites:
ya es el siguiente minuto
no dejes de abrazarme.

El color azul es clave en este poemario -con su singular significado para el poeta- y aquí se torna añil, ese tono de azul oscuro y violeta que penetra directamente en la noche -antiguamente los pintores no usaban el negro para la sombra nocturna, sino tonos de violeta oscuro, morado-. Lo interesante de la expresión usada por Lobato es que dota al color de movimiento a partir de la propia palabra de la amada que anticipa la despedida. La separación se torna violenta y vertiginosa:

Después escupes
el vómito
sobre el retroceso
de todas las cerraduras
y las teclas sin números
de los ascensores.

Es tan doloroso el resultado de la separación, que solo puede expresarse con un intento de alejamiento a partir de la abstracción de las formas geométricas:

En adelante,
sobre la base científica
de otra escena,
el perímetro
de un pómulo que destroza
el ángulo recto
de cualquier pentagrama.

El yo poético queda desarmado y en la incertidumbre más absoluta, que ya no le garantiza ni siquiera la forma en la que la realidad conocida se le ha presentado hasta ese momento:

¿Y si a continuación
de la escalera
me recibe un puente
con un ser gritando?

Y el desamor lo condena casi a vagar por el mundo en el filo de la grieta entre lo conocido y lo que no lo es, lo real y el mundo onírico, cayendo hacia un lado o hacia otro guiándose solo por las luces de una ciudad para siempre nevada y nocturna:

Brillante.
Nada más.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino publica una glosa en verso de su hermano, Agustín, sobre el azul añil, en el poemario de Lobato. No hay que perdérselo, como tampoco esta otra entrada en la que Agustín también -Mª Ángeles aún nos debe entrada personal sobre este poemario- canta el amor constante.



Sigue Pancho disfrutando y haciéndonos disfrutar de La saga/fuga de J.B, la novela de Torrente que nos ocupó hace meses y que él ha decidido disfrutar a poquitos. Aquí nos trae personajes que son porque son una cosa y la contraria...

Próxima lectura:
Pasos en la piedra, de José Manuel de la Huerga



Durante el mes de junio leeremos Pasos en la piedra, de José Manuel de la Huerga. Este título obtuvo el Premio de la Crítica de Castilla y León al mejor libro publicado por autor castellano y leonés en el año 2016. José Manuel de la Huerga (Audanzas del Valle, León, 1967) es un escritor ya consolidado desde que obtuviera el Premio de las letras jóvenes de Castilla y León en 1992 por su relato Conjúrote, triste Plutón. Desde entonces, sus obras se han sucedido de forma regular alternando poesía, relato corto y novela. Con anterioridad había sido cuatro veces finalista del premio de la Crítica de Castilla y León.

Paco Cuesta no ha podido resistirse a comenzar el comentario de la novela e ilustra su primera entrada llamando a la memoria desde un Dodge 3700 GT...

Con esta lectura, que nos ocupará todo el mes de junio, cerramos el curso del Club de lectura. En julio anunciaré los primeros títulos del próximo curso. Admito sugerencias que me podéis hacer llegar a través de comentarios en el Facebook o en esta entrada del blog o por correo electrónico. Recordad que leemos por turnos un autor vivo y otro muerto. Para el próximo curso ya tenemos en cartera: La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez, El hombre pez de José Antonio Abella, La noche que no paró de llover de Laura Castañón, Don Juan Tenorio de José Zorrilla y una selección de novelitas de María de Zayas.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog.

4 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Ahora que puedo leerlo en papel, en el libro y no en PDF en pantalla, podría ser que entrara en Brillante de Luis Ángel Lobato, un poeta que me tiene intrigada. Me sentía disléxica.

Aprovecharé las notas que tomé en la presentación de Pasos en la Piedra de José Manuel en la Huerga, en la Sala Polisón del Teatro Principal, dentro de los actos de la Feria del Libro de Burgos. He quedado con mi amiga Austri para comentarlas y confeccionar una o varias entradas. Tus palabras también serán de mucha ayuda.

Para la lectura del curso que viene,se me ocurre: Flor nueva de romances viajes de Menéndez Pidal o cualquier otra antología del romancero viejo, El monarca de las sombras de Javier Cercas, En las orillas del Sar de Rosalía de Castro, una de García Márquez, alguna obra de teatro de García Lorca, Peñas Arriba de Pereda, Todas las almas de Javier Marías, Las tres bodas de Manolita de Almudena Grandes...Casi prefiero que elijas tú, para leer obras que yo no leería por propia iniciativa.

Mañana te veo en lo de Zorrilla. Encantada de releer el Tenorio.
Besos, Pedro.

pancho dijo...

El uso poético de los colores como anuncio del acontecer futuro. El uso de las teclas inútiles es inquietante. ¿Dónde irán a parar las palabras escritas en un teclado sin cables ni wifi? Parece el daño de una separación definitiva.
Aquí seguimos enredados con esta novela que a ratos parece un tratado de geometría del espacio y otros se trasforma a la prosa rítmica sin contemplaciones de sus paisanos Valle Inclán o Pardo Bazán. Algo tiene el noroeste que los cría así.

Sobre las lecturas para el próximo año me parecerán bien las que propongas. Rara vez defrauda la elección. Elegiría algo más de Cervantes por decir algo.
Las sugeridas por Mari Ángeles aquí arriba son todas lecturas fundamentales y desengañadas.
Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

No importa el adiós que nos dicen sino el adiós que decimos nosotros cuando, al fin, bajo las lámparas bellas, perdemos el miedo a reconocer dicha palabra.

No hay que tener miedo al adiós, pues es parte de la vida.

Y volverá la luna más redonda, más de amor llena.

Aunque sólo sean en unos versos que siempre están empezando de nuevo.

(Agustín Merino)

Paco Cuesta dijo...

Tal vez me pueda lo sentimental en detrimento de lo onírico.