lunes, 22 de mayo de 2017

Una hora contigo sobre la palabra asfalto: el poder de la expresión poética en Brillante de Luis Ángel Lobato y noticias de nuestras lecturas.


(Esta entrada, correspondiente al Club de lectura, debería haberse publicado el pasado jueves, como es habitual, pero mis compromisos en la Feria del libro de Burgos me lo impidieron.)

En Brillante todo gira entorno al sentimiento amoroso y adensa en pocos poemas el ciclo: espera y búsqueda, encuentro y pérdida. De hecho, el ritmo poético se ajusta perfectamente a este ciclo y la densidad que menciono solo puede expresarse por la misma conciencia de la palabra, que hace poético cualquier momento:

Una hora contigo
sobre la palabra
asfalto
es suficiente.

Me he quedado enredado durante horas en esta expresión usada por Luis Ángel Lobato. El encuentro en la calle con la amada se ha trasformado en poema y hasta una palabra no poética -asfalto- adquiere una tensión lírica extraordinaria (es un recurso hábilmente manejado en todo el libro). Se recupera unos poemas más adelante, desarrollando la imagen con la misma potencia:

Entonces
el voltaje de los adoquines,
la reluciente inexactitud
bajo el aguacero.

El amor, así, es poema que expresa la obsesión del sentimiento. La voz lírica nos conduce hasta el encuentro, en INTERIOR, de los amantes:

Muy pronto
cierras de golpe una puerta
que respira
y salgo a su interior.

El poeta sale de su propia soledad para entrar en un interior compartido. El encuentro es pleno pero no exento de angustia ante el amanecer. Lobato desarrolla aquí un tema clásico en la poesía de todo tiempo y condición: la desesperación de los amantes ante el nuevo día, que los separa. El encuentro está medido en tiempo:

Permanecemos
sin señal,
intuyendo
las ojeras del amanecer.

Ante el temor o la seguridad de la separación solo queda la expresión poética para remediar el mal, puesto que solo así se pueden vencer los tiempos verbales:

Por nosotros
medito una imagen adherente
que te leí
el próximo anochecer.
Porque 
yo te besé mañana.

Pero sobre ese mañana escribiré la próxima semana.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino continúa cediendo el puesto a su hermano Agustín a la hora de abordar Brillante, que se centra aquí en el color azul, tan repetido en la obra de Luis Ángel Lobato y luego aborda el misterio de lo poético.

Luz del Olmo continúa su glosa poética de Brillante: aquí se acerca a lo nocturno y a la simbología del color azul.




Pancho debate sobre la aparición del Yo en la novela de Torrente Ballester que nos ocupó hace meses y que a él sigue deparándole entradas memorables. ¿Es posible el yo cuando eres miembro de una saga? ¿Es posible la realidad en esa quinta provincia gallega? Aquí podéis verlo.


El próximo jueves terminamos con el comentario de Brillante, de Luis Ángel Lobato, y nos adentraremos en las páginas de la novela Pasos en la piedra, de José Manuel de la Huerga, último Premio Castilla y León de las Letras. Será el título con el que cerremos el presente curso del Club de lectura.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos. 

Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog.

6 comentarios:

Paco Cuesta dijo...

La comunión (al menos en mi caso) con la poesía requiere de apoyo, algo así como el bordón para el camino. Lo voy siguiendo a través de La Acequia, con tu permiso.

pancho dijo...

Las ojeras de la edad tardía que no se borran ni con una convalecencia larga. Asfalto es la palabra secreta y tiene nombre de grupo de rock español.
Fallar de vez en cuando es humano, ya empezábamos a creer en autómatas...
Creo que la entrada que acabo de subir es un ejercicio de frikismo poco inteligible para los de letras escasas como servidor. Cómo engarza don Gonzalo la geometría y la teología.

Abejita de la Vega dijo...

Lágrimas del dios de mi niñez son los colores.
Son y tienen el poder de teñir lo que no vemos.
Tristeza, soledad,recuerdos, amor y desengaño.
Los colores son mucho más que anclas, son el único recuerdo del dios al que ya no rezamos para decir y decirnos.
Cuando necesitamos llorar ellos, nosotros somos tus lágrimas.
Sean del color que sean pintan para que nunca sea vacía.
Tintan nuestra casa.
(Agustín Merino)

Abejita de la Vega dijo...

Bordón y traductor necesitamos, Paco, para caminar entre grietas y oscuridades.

andandos dijo...

Voy leyéndolo de manera intermitente, como hice con tu último libro, y mira que me fastidia hacerlo así. Bueno, apechugamos con lo que ahora toca. Estas letras no pasan de moda.

Un abrazo

Myriam dijo...

Esperaré ese mañana. Como te he dicho antes,
aún no me ha llegado el libro por correo, pero sigo
tus clases muy atentamente y volveré a ellas
con el libro en mano, desde luego.

Besos y gracias por tu esfuerzo, a pesar
de lo ocupado que estás.