jueves, 31 de julio de 2008

El relato de la historia de Grisóstomo y Marcela (Cap. 1.12).


De la mano de los pastores, don Quijote y, con él, nosotros los lectores, saltamos un nivel en esta intersección entre la literatura pastoril y la caballeresca. Un mozo, que abastece de provisiones a los cabreros, da la noticia de que ha muerto Grisóstomo, pastor estudiante, de amores por la endiablada Marcela, la hija de Guillermo el rico, aquélla que se anda en hábito de pastora por esos andurriales, y ha dejado su voluntad de ser enterrado en extrañas condiciones para un cristiano:

mandó en su testamento que le enterrasen en el campo, como si fuera moro, y que sea al pie de la peña donde está la fuente del alcornoque; porque, según es fama, y él dicen que lo dijo, aquel lugar es adonde él la vio la vez primera. Y también mandó otras cosas, tales, que los abades del pueblo dicen que no se han de cumplir, ni es bien que se cumplan, porque parecen de gentiles

Pese a todo, un amigo del difunto, Ambrosio, el estudiante, que también se vistió de pastor con él, ha conseguido hacer valer la voluntad del muerto, por lo que se ha despertado gran expectación ante el entierro, que nadie quiere perderse.

No hay mejor forma de introducirnos en la historia de estos dos jóvenes: todo está en germen aquí -el carácter de Grisóstomo y Marcela, su condición de pastores fingidos, la fama de la historia, el apunte de las extrañas condiciones de la muerte del joven, etc.-. Con la noticia que trae el mozo y sus pocas palabras, se despierta un gran interés por conocer los pormenores. Por eso, don Quijote, que tiene la misma información que nosotros, hace de portavoz nuestro y pide a Pedro que explique el asunto. Es frecuente en el Quijote que los personajes principales entren en una historia junto al lector, con la misma información de la que éste dispone y sirviendo como voces autorizadas suyas. Es una sabia técnica para estimular la recepción de la historia.

El resto del capítulo consiste en el relato de Pedro, interrumpido por don Quijote para rectificar las expresiones rústicas del pastor. Con ello no sólo se marca la diferencia entre la forma de hablar de ambos y sus respectivas clases sociales, como ha insistido la crítica con acierto, sino que Cervantes da un paso más: trastorna el relato tradicional de las historias de amor de las novelas pastoriles. El relato de Pedro es -a pesar de las incorrecciones-, escrupulosamente cumplidor con las normas de la retórica clásica y da toda la información para comprender el carácter de Grisóstomo y Marcela y los pormenores de su historia. Las interrupciones de don Quijote para corregirle, vulneran la recepción tradicional -en silenciosa atención- para aproximarlo a la realidad a través de las diferencias lingüísticas. Además, anticipan algunas circunstancias de los próximos diálogos entre don Quijote y Sancho.

La historia de los amores de Grisóstomo por Marcela son, también, una parodia de la novela pastoril: aquí vemos el truco, se nos muestra, como ya hizo en la construcción del personaje de don Quijote. Desde el primer momento se nos informa de que no estamos ante verdaderos pastores y, ni siquiera, ante pastores idílicos propios de esta literatura. Son jóvenes del lugar, cada uno con su historia previa -magníficamente construida: el estudiante de Salamanca que se enamora y se trasforma en personaje literario hasta las últimas consecuencias sin darse cuenta de que la vida tiene unas normas diferentes al arte (junto a él se nos habla de varios jóvenes más que hacen lo mismo); la joven hermosa y rica que decide ser libre y no casarse y vivir la vida según sus principios-, que, en determinado momento, dejan todo para vestirse de pastores y vivir como tales, en una mezcla singular entre las condiciones del pastor literario y el real. Como sabremos a lo largo de las páginas de esta historia y en la Segunda parte, no serán los únicos. Quizá Cervantes reflejara un juego de moda en el que los jóvenes adoptaban el rol de los personajes de ficción que leían en las novelas, pero eso también tendría su miga.

Esta historia, por ahora relatada, nos trae de nuevo la conciencia literaria que rige la escritura cervantina: una parodia de una modalidad idealizada dentro de una parodia de otra modalidad idealizada pero mostrando, en todo momento, el truco para que el lector sea consciente del recurso literario y lo sitúe, en fructífera confrontación, junto al plano del realismo.
De paso, nos sitúa ante una sociedad que huye de la vida real para querer vivir la fantasía artística, quizá más amable: un viejo hidalgo que sale al mundo a defender a los necesitados como si fuera un caballero andante; un labriego que lo acompaña como escudero ante unas promesas tan exageradas que sólo pueden creerse por una mezcla de simplicidad y necesidad de abandonar una vida sin alicientes; un joven hidalgo, estudiante de la Universidad de Salamanca, que sólo ve como salida a la expresión de sus afectos la imitación de la literatura de pastores y un final trágico; una joven que, para vivir en libertad, hace lo mismo, con la idea de que sólo en esa voluntaria fantasía podrá encontrarla.

Qué sabio Cervantes.
Seguimos esta historia, el próximo jueves, con el comentario del capítulo XIII.

33 comentarios:

Anónimo dijo...

"que, en determinado momento, dejan todo para vestirse de pastores y vivir como tales"
Esta forma de vivir la lectura me hace pensar en que Cervantes no se extrañaría lo más mínimo con algunos jóvenes de hoy, y sus juegos de rol.
Saludos.

misticaluz dijo...

Hola de regreso por estos mundos! Y un placer leerte de nuevo (me evado...) un abrazo lleno de energía!

Serendipity dijo...

Quizas un dia de estos consiga ponerme de corrido a leer el Quijote. Siento muchisimo perderme esta magnifica oportunidad de seguir tus comentarios... Quien sabe quizas el agno proximo vuelvas a ello...

Un fuerte abrazo y feliz verano. Aqui sigo, conectandome de pascuas a ramos...

Merche Pallarés dijo...

Este capítulo me ha encantado... La historia contada por Pedro, el cabrero, con pelos y señales, las correcciones de D. Quijote: "eclipse", "estéril" "astrología" y, especialmente cuando le corrige "sarna" por "Sara" y Pedro contesta: "Harto vive la sarna; y si es, señor, que me habéis de andar zahiriendo a cada paso los vocablos, no acabaremos en un año."
Y, luego esa "femme fatale" que era Marcela... El final cuando van a dormir, D. Quijote soñando con su Dulcinea (¿anonismo de nuevo?) y Sancho molido a coces entre Rocinante y su jumento... Los personajes, Grisóstomo, su amigo, y Marcela les he visto como precursores del movimiento hippy... Besotes, M.

begoyrafa dijo...

Hola Pedro, como siempre empiezo dándote las gracias por esta iniciativa.
La primera vez que leí el Quijote (por obligación en el Instituto) me molestaban estas historias intercaladas que serán habituales en esta primera parte. Había comenzado el libro con las reticencias lógicas de un chaval de 16 años y había conseguido interesarme por la historia de don Quijote, me había reído ya unas cuantas veces y quería acción. En estas estaba cuando a Cervantes se le ocurre intercalar estas historias que poco me decían. Yo quería aventuras de don Quijote y Sancho, no una historia de pastores.
Fueron otras lecturas posteriores las que me hicieron darme cuenta de la calidad de estos relatos e incluso llegué a releerlos independietemente de la obra en su conjunto.
Un abrazo
Rafa

Alatriste dijo...

Encontramos en esta historia todo un elenco de locos personajes, y en definitiva, una parodia dentro de otra parodia que, no será la primera.

Aunque este relato no es de mis favoritos, prefiero la historia del cautivo.

Merche Pallarés dijo...

Quise decir ¿ONAnismo de nuevo?... Besotes, M.

Anónimo dijo...

pedrohermoso! cara y remera de vacaciones tienes ...mira y yo pregunto cuando dice andurriales que significa???(perdona mi ignorancia)
otra cosa digo..que cada vez me sorprende mas el analisis que le haces a cervantes y su QUIJOTE...
y cada vez me dan mas ganas de buscar y leer ya desde el principio delo sprincipios EL QUIJOTE...
QUE ESTEIS BIEN TE DEJO UN BESO!

matrioska_verde dijo...

Ya tengo ganas de ponerme a leer tan interesante capítulo.
Por cierto, me encanta el marcapáginas ¿Son ellos D. Quijote y Sancho Panza?
Bicos,
Aldabra

Unknown dijo...

Pedro, ahora mismo acabo de colgar el comentario a ese capítulo.
A simple vista parece muy fácil, sobre todo después de leer tu entrada, sin embargo a mi me ha costado desentrañar el sentido de muchas palabras y frases. Mi ejemplar no tiene notas a pie de página.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

SALONDESOL: en efecto, Cervantes haría una gran novela con ellos. Saludos.

EL RINCÓN: hola de nuevo. Un placer tenerte por aquí de nuevo. Un abrazo.

SERENDIPITY: No te preocupes, el año próximo aun estaremos con la lectura, así que podrás atraparnos. De todas las formas, aquí quedarán las entradas, para que las consultes y comentes cuando quieras. Un abrazo.

MERCHE: esa pobre mujer hermosa de Marcela de la que ya hemos hablado aquí y volveremos a hablar... Me gusta esa comparación con el movimiento hippy, ya verás cuando alcancemos el capítulo de la Segunda parte en la que más te lo recordará. Y me gusta esa forma de rebajar las ensoñaciones del viejo hidalgo a onanismo. Quizá sea verdad y fuera esa la intención de Cervantes... Besos.

RAFA: Gracias a vosotros por seguirme. En efecto, a muchos lectores les molestan estas historias intercaladas, otros, en cambio, las adoran. Hablaremos de eso en las próximas noticias. Un abrazo.

ALATRISTE: llegaremos pronto al relato del cautivo, excelente y con mucho de autobriográfico.

SAUVIGNONA: "andurriales" son los sitios que están poco frecuentados, alejados de los lugares de tránsito habituales. Tiene cierta connotación de sitios en los que no es recomendable andar.
¡Anímate a leer con nosotros!
Un beso.

ALDABRA: son unas figuras de ambos, que ya han salido en otra fotografía hace unas semanas. Fue un regalo cariñoso que me hicieron. Besos.

ANTÓNIA: lo he visto, y me ha gustado. Comprendo tu dificultad al leer el libro sin notas. Es un notable esfuerzo. Un abrazo.

Gracias a todos por vuestros comentarios.

milenista dijo...

Tengo gans de leer el Quijote, también de hacer el camino de Santiago pero nunca me pongo, aunque gracias a ti me lo estoy leyendo, aunque un consejo y no te lo tomes a mal pero deberías pensar en hacer las entradas más cortas para que resulten más amenas. OK.
Saludos pedro.

Silvia_D dijo...

Dioss!! estoy intentando centrarme, pero es imposible ggrgrrg a ver si acabo de leerlo que lo tengo a la mitad.

Besos y feliz día , profe guapo :)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MILENISTA: Me alegra que te hayas decidido a leer el Quijote con nosotros. En lo del Camino de Santiago no puedo ayudarte... En cuanto a lo que dices sobre hacer las entradas relativas a la lectura del Quijote más cortas, he de confesarte que lo pensé mucho al principio y lo deseché. Así como mis entradas habituales en este blog suelen tener una extensión menor, en estas finalmente pensé que, como el Quijote exige un esfuerzo lector, cuento con vuestra benevolencia para que estas entradas contengan todo lo necesario para guiar en la comprensión de cada capítulo. A diferencia de otras entradas, aquí uno debe venir con paciencia. Bienvenido a La Acequia. Espero verte por aquí en próximas ocasiones. Saludos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DIANNA: ánimo y sigue. Recuerda que en septiembre tendrás más tiempo...
Besos.

Silvia_D dijo...

Me estoy metiendo en terreno pantanoso intentando atacar el tema desde la visión de la mujer fatal, la que atrae y rechaza al mismo tiempo y la virginal que rechaza y aún no entiendo por qué jajaja (a no ser que el espíritu s... fuera un fenómeno y por eso querían ser todas vírgenes :) , ideología e idealización, en esa época, de la mujer.

Hala, me voy a la playa que ya me líe del todo

Besos y feliz tarde

Anónimo dijo...

ESta historia podría constituir un libro en sí mismo. Me gusto mucho. Un abrazo.

Euphorbia dijo...

Vengo un poco tarde, pero es que llevo unos días de dispersión importante, el verano hace descontrolar los horarios y nada es igual, pero también tiene su gracia para variar.

Me ha gustado mucho el capítulo. Me hace pensar en dos cosas: por una parte en esta gente sencilla y sin estudios pero que a pesar de ello, relata con una gran claridad y te tiene cautivo de lo que cuenta, al contrario de gente instruída que provoca un sopor indescriptible por muy buen vocabulario que utilicen. La capacidad de relatar tiene mucho de innato.
Por otra parte, he pensado en las masias del Priorat i alrededores, vacías desde hace mucho y que luego, en los años 70 y 80 se llenaron de jóvenes idealistas, muchos con estudios universitarios, entre ellos un primo mío, que creían en una vida idílica trabajando los campos, fabricando mermeladas y secando hierbas medicinales en esas tierras abandonadas desde hacía tanto. Pronto se dieron cuenta de que las cosas no eran como ellos creían y las masías volvieron a llenarse de telarañas.

A por el XIII.

Josegura dijo...

La realidad que van a encontrar, como "personajes" que son DQM y Sancho, también está adulterada por la ficción. De modo que la novela pastoril, venida a menos en el s XVI, va a ser lugar de encuentro de nuestros personajes. La clase hidalga se sienta a comer con cabreros, se nutre de sus historias, y clama al cielo con el discurso de la Edad de Oro para acomodarse a las bellotas y requesones hechos por menestriles. LA BURGUESÍA SE HUMILLA, Y LA MUJER ELIGE CON QUIÉN CASARSE. ¿Os parece moderno?

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DIANNA: de esos temas pantanosos se sale con un buen baño en la playa... Besos.

FERNANDO: así es. Un abrazo.

EUPHORBIA: ¡Viva la dispersión veraniega! De vez en cuando algunos quieren vivir la ficción y se encuentran con la realidad, en efecto. A por el XIII.

JOSEGURA: más moderno: la mujer elige no casarse. Hay quien apunta, además de la modernidad de esta decisión, una opción sexual no válida para la ortodoxia de la época: bien el alejamiento voluntario del hombre sin recurrir al convento ni a encerrarse en casa; bien el lesbianismo.

CarmenS dijo...

En eso de intercalar historias también fue un adelantado Cervantes. Hay libros que se postulan como modernos precisamente por esa mezcla de géneros que hay en sus páginas. Si se hace bien, es hasta agradable para la lectura.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

CECILIA: y lo más divertido del asunto es que los autores de esos libros suelen decir que a ellos el Quijote les aburre. Lo que se pierden.

Anónimo dijo...

Si en lugar de “Reunión de pastores; …” dijéramos “Reunión de cabreros; cabrero muerto” bien podríamos hacer referencia al justificante que pone el autor para narrarnos la historia de los amores y muerte del falso pastor, antiguo estudiante de Salamanca, y la bella y rica heredera Marcela. La pompa y el gasto inútil que conlleva un enterramiento, no es cosa de ahora; ya lo podemos observar en El Quijote, donde incluso el ganado tiene que ajustarse a los horarios de las celebraciones.

No sabemos si el respeto a las últimas voluntades es debido a que el finado pertenece a una familia pudiente o porque la fuerza de la tradición se impone. Sí se hace patente que aunque en vida hubiera una cierta convivencia entre las distintas religiones, después de la muerte, desaparece la integración, lo que prima es la separación, cada mochuelo a su olivo o cada cual a su cementerio.

Termina el capítulo con una muestra de las duras condiciones en las que tenían que vivir los cabreros en el campo, lejos de los ideales pastoriles, muchas veces compartiendo cama con los animales, con lo que ello conllevaba.

Aunque tarde, no me olvido de dejar el comentario del capítulo correspondiente. Gran compañía está siendo El Quijote. En el cortijo de verano, vive uno apartado de las tics, dedicado a otros menesteres. pancho

Pedro Ojeda Escudero dijo...

PANCHO: te veo alejado del ordenador, pero no dormido. tienes razón en lo que dices: es bueno fijarse en cómo Cervantes nos revela hasta la solución de las situaciones cotidianas (¿quién se quedará al cuidado de los pastores?) para comprender lo que quiso hacer con su narración. Saludos.

Carlos LABARTA dijo...

Me gustan las variadas camisetas de tu armario. / Algo que ver con Castalia? (Es broma, repaso tu blog, con interés, y me resultan muy simpáticas tus fotos...No publiques este comentario, es aprovechar un artículo para decirte esta tontería... Un saludo)

Carlos LABARTA dijo...

ja,ja.. Vaya hombre! Lo publicaste!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

CARLOS: pues aquí queda publicado, porque me parece un ángulo divertido de verlo.
Ya he explicado en alguna ocasión que las fotos que acompañan la lectura del Quijote se hacen con la cámara del ordenador y tienen la finalidad de construir una especie de autorretrato del lector. Y me hago las fotos, casi siempre, con la camiseta de estar en casa. Ésta de hoy, en concreto, es una que me vendieron los estudiantes de una promoción de la Licenciatura en la que doy clase, que las vendían para costearse el viaje de fin de carrera.
Gracias por visitar con este interés mi blog.

Carlos LABARTA dijo...

También hay otros intereses que me incitan a visitar tu blog e ir repasándolo. No en vano, cursé Filología Hispánica y mi afición por releer El Quijote y sobretodo, hojear escritos de opiniones sobres diferentes aspectos de la obra, es también uno de ellos. Otro saludo!

Teresa dijo...

Qué conclusión más demoledora y más cierta.
Al leer este capítulo los fingidos pastores se me trastocaron en “tunos” (los integrantes de las corales universitarias).
Es curioso... la gente adinerada y que está saturada de todo es la que abandona sus pertenencias para buscar su propio yo. Como es el caso de los dos.
Marcela es un personaje muy curioso, siendo a la par su “perro del hortelano”.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: ¿sólo los que tienen ocio y dinero pueden permitirse esta búsqueda? Posiblemente.
Pobre Marcela, es de su tiempo...

Abejita de la Vega dijo...

Comienzo a leer el capítulo 1.12. En el anterior, tuvimos por aquí los cabreros y don Quijote nos obsequió con un áureo discurso. Es que nuestro hidalgo se embala cuando tiene el estómago lleno. ¿Os acordáis del tasajo y las bellotas? ¿Y de la música de rabel y de la ingrata Olalla? Ya, ya sé que estamos en el duodécimo.

"Estando en esto...". En esto estoy cuando aparece en mi pantalla, tan acostumbrada a visitas quijotescas, un mozo de aspecto rústico. Tiene que ser Pedro, el del “bastimento”, a juzgar por la cesta que trae al brazo.

Así es, señora mía. Pedro, cabrero y abastecedor de cabreros, para servirle. Saludo a voacé. Me envían los compañeros. Ellos me dicen que ya pasaron por aquí.

Le cuento:

Aquel día, ese que cuenta el famoso libro, subo desde el aldea a la majada. Llevoles provisión de pan y noticias frescas. He de contarles lo de la muerte del pastor estudiante Grisóstomo, "muerto de amores, de aquella endiablada moza de Marcela, la hija de Guillermo el rico". Sabe voacé, la que va en hábito de pastora por esos andurriales.

El desdichado de Grisóstomo muerto está. Y manda en su testamento que le entierren a lo moro, en el campo, al pie de la peña, la de la fuente del alcornoque; donde vio por vez primera a esa ingrata moza de Marcela. No, una moza de Marcela no; Marcela mesma.


Les digo que será cosa "muy de ver" y "yo no dejaré de ir a verla". Ellos tampoco se quieren perder el entierro, junto al alcornoque. Echarán a suertes quién se queda junto a las cabras. No, no es preciso tal sorteo, hay un cabrero con el pie malo, él lo hará por todos.

Un extraño caballero, al que llaman don Quijote, pregunta por el muerto y la pastora. Ahora que vivo en el limbo de los personajes secundarios del famoso libro, sé bien quién es el "ingenioso hidalgo". Pero, en aquella ocasión, me hacía de cruces escuchando su discurso.

Le cuento lo que sé. El muerto es un hijodalgo rico que fue estudiante en Salamanca. Mu sabio, mu leído era el mochacho. Anunciaba cuándo iba a ser el "cris" del sol y la luna, si el año iba a ser abundante o "estil", lo que convenía sembrar...de to.
El señor don Quijote me corrige: que si eclipse, que si estéril, que si astrología es esa ciencia.

Abejita de la Vega dijo...

Y un día Ambrosio “remaneció vestido de pastor", despojándose de los hábitos largos de escolar. Lo mismo hizo Grisóstomo, su compañero de estudios; aunque este no era de astros sino de componer coplas, villancicos y autos que era un primor.

Cuando los del lugar vieron de pastores a los dos escolares no podían adivinar qué les había movido a tamaña bobería. Ya en este tiempo había muerto el padre de Grisóstomo y heredado sus hijo muchos ganaos y tierras. Dueño soluto de to y buena presona, pa mí que le aburría ocuparse de su hacienda y se puso a jugar a ser pastor como los de sus libros. Ya sabe: prados amenos, aguas como el cristal y to el día de palique con guapas pastorcicas.

Después se vino a entender que era para ir por esos despoblados en pos de esa Marcela, de la cual andaba enamorado. Don Quijote no me ha preguntado entodavía por la rapaza, pero yo le adelanto que no habrá oído nunca algo así, “aunque viva más años que sarna”.

Y el viejo me replica, que diga "Sarra" y no sarna. Si sabré yo lo que dura la sarna. Un poco inritado, le cuento ahora quién es Marcela. A la manera de los cuentos, le digo que en nuestra aldea hubo un labrador más rico entodavía quel de Grisóstomo, al cual dio Dios una hija de cuyo parto murió su madre, la más honrada y bella mujer. De pesar muere el padre poco después y queda Marcela, huérfana y sola, en poder de un tío suyo sacerdote.

Sigo con que la niña creció tan bella, tan bella que enamoraba a los más, aunque su tío la guardaba con "mucho encerramiento". Y su fama se extendió muchas leguas a la redonda. Y rechazaba a todos los que su tío le proponía, que todavía no se sentía hábil para la carga matrimonial.

Pero hete aquí que la niña Marcela se viste un día de pastora y se va con las zagalejas a cuidar su ganao. Y tos detrás, "ricos mancebos, hidalgos y labradores", tos de pastores, requebrándola por esos campos. Uno de ellos, nuestro difunto.

Y no se piense nadie que haya dado indicio de faltar a "su honestidad y recato", aunque viva sin recogimiento. Mira tanto por su honra que ninguno se puede alabar de "que le haya dado alguna esperanza de alcanzar su deseo". A todos trata "cortés y amigablemente", pero si les ve alguna intención, "los arroja de sí como con un trabuco".

Y con esto hace Marcela más daño que la peste porque atrae a los corazones y luego los hace desesperar. Por sierras y valles suenan los lamentos, por aquí cerca hay dos docenas de altas hayas, todas con su nombre grabado. Suspiran, quejan, cantan endechas, se quejan "al piadoso cielo".

Triunfa la hermosa y todos esperamos en qué ha de parar "su altivez". Quién ha de ser el que domeñe su terrible condición y goce de tantísima hermosura.

Todo lo que conté a don Quijote es verdad y creo que también lo de la causa de la muerte de Grisóstomo. Aconsejo al viejo hidalgo que falte al entierro, que no es más de media legua. Me contesta que en cuidado me lo tiene y que me agradece el gusto que le he dado "con la narración de tan sabroso cuento".

No me gusta que se lo tome como un cuento y le replico. Mañana, en el camino, podremos encontrar quien nos cuente más "casos sucedidos a los amantes de Marcela". Yo no sé ni la mitad.

Le aconsejo que se vaya a dormir bajo techo, que el sereno puede dañarle la herida de la oreja, Aunque el romero masticado con sal es buena medicina, pienso.

Antes de retirarme, señora mía, le digo que aquí nadie desea vivir su verdadera vida. Los señoritos quieren ser pastores y los honrados hidalgos van de caballeros andantes. Y a los pastores de verdad, como nosotros, ciertamente nos gustaría vivir como los hijos de los labradores ricos, aunque haya que ponerse en hábito de pastor y recitar endechas.

Me retiro. Quede voacé con Dios.

Anónimo dijo...

Q edad tenía Grisóstomo cuando murió ?