domingo, 9 de diciembre de 2007

La sed primitiva. Rumor otoñal en la umbría de la Fuente del lobo.


A Javier Garcìa Riobó y Luis Felipe Comendador.
No me preguntéis por qué me ha salido un cuento de terror
tan directo e inusual en lo que escribo,
pero he pensado que las otras historias ya las habíais contado
con vuestras fotos de nuestra excursión por Béjar.
Además, me apetecía, en esta soleada tarde de domingo otoñal,
en la que las nieblas de los últimos días se han disipado,
jugar con este género, como si narrara una historia ante el fuego
de la chimenea, con una copa de ron, sabiamente envejecido, en la mano.

He marcado los árboles de mi camino con rasgos que sólo yo conozco. Sé que se perderán conmigo pero hay secretos que no deberían nunca acumularse en la sabiduría de ninguna especie.

Desde el monte vigilo a los habitantes de la ciudad y el valle como si me pertenecieran, presas fáciles a las que desgarrar los miembros cuando llega la ansiedad del hambre. Cuando bajo entre ellos, camino con sosiego y los sonrío, miro sus ojos débiles y las ataduras que los ligan a cosas insignificantes.

Algunos de ellos pensarían de mí, si me conocieran, que soy un asesino, pero me veo a mí mismo como un liberador.

En el café rasguño las servilletas con imágenes delirantes que escondo en mis bolsillos cuando alguien se acerca a ofrecerme su amabilidad o su consejo, que acepto mansamente, como el amor que me ofrecen algunas mujeres. ¿Qué les atrae de mí si aparento ser un individuo gris y tan común que podrían repetirse mi rostro y mis gestos en mil otros?

Esta tarde se me acercó una de ellas, a la que conocía desde hacía tiempo. En estas pequeñas ciudades todos resultamos conocidos y nuestros círculos tienen apenas sorpresas. Ella era una más, como otras y otros hubo antes: ellas siempre eran las mismas; ellos, en cambio, solían adoptar formas que fingían ser únicas pero también repetían patrones. No me acuerdo de los nombres. Las identidades con las que se nombran para saberse miembros de familias y clanes no me interesan.


Todo comenzó como siempre. Un paseo fatigoso, monte arriba, hacia la soledad de estos lugares. El primer fugaz abrazo, su mirada falsa de ingenuidad, la reticencia al beso. Para luego llegar a la entrega anhelante del más sencillo deseo, sobre una prenda extendida vulgarmente en el musgo, que crece sobre las piedras como la forma viva más exacta de estas tierras. Cómo me cansa dejarme utilizar para la satisfacción más estéril.


Junto a la muralla que rodea este espacio, agobiándolo como si los que la construyeron tuvieran miedo a lo que imaginan más allá cuando el terror está en su centro, se adecenta, con gesto tan repetido y predecible. Se recoge el pelo y pretende una vana conversación, pero ya es tarde. He saltado sobre ella y con las uñas y los colmillos rasgo su carne y me abro camino en sus entrañas, devorándolas en la única acción merecedora de ser narrada en las historias, manchando mi rostro de sangre. Sé, por sus ojos agónicos, que ha encontrado el verdadero sentido de la existencia humana.


Qué fatigado me siento, otra vez, por la rutina, mientras bebo de la fuente y limpio mi cuerpo de su sangre.

17 comentarios:

jg riobò dijo...

Mereció la pena la espera.
No sabía que teníamos por nuestra tierra, un hombre lobo eterno, que no depende de la luna llena.
Que facilidad para inspirarte viendo unas fotos que ilustran con su belleza el relato.

Anónimo dijo...

Esta mente deforme que rezuma hastío por la vida, por la suya propia y la del resto, a los que considera “útiles”, tristes alfileres de su propia inexistencia, dormita atormentado por una inteligencia que no le cabe en un cuerpo tan inservible, tan vano.
Qué inane y tortuoso paso del tiempo, tic, tac, a la espera de otra presa furtiva, a la que observa con desprecio.
Él mismo, que se considera un liberador, necesita desesperadamente ser liberado.
Se asfixia en su contenedor orgánico.
Grita, pero nadie le oye, porque nadie le ve como el mounstruo que lleva dentro.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JAVIER: aquel lugar era especial, y la compañía ayudaba a inspirarse.

BIPOLAR: Gracias por tu análisis. Pienso que has comprendido el texto y que tu comentario lo mejora.

Gracias a los dos por vuestros comentarios.

Luis Felipe Comendador dijo...

Jo, Pedrito, me había perdido este mojicón por entrar apresurado, como siempre.

Todo hermoso de verdad, hermano.

Un abrazote.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No te preocupes, Luis Felipe, que estos días andamos todos volados. Dentro de poco te dedico, en exclusiva, una entrada, dirigida también a mis alumnos.
Saludos.

Silvia_D dijo...

Genial, es muy bueno ...
A mi me encantan los relatos de este tipo, tengo uno "parecido" y me lo pasé pipa escribiéndolo, se titula "Mi otro yo".
Saludos^^

Silvia_D dijo...

Las fotos son una maravilla ;)^^

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DIANNA: Gracias por tus palabras y por comentar un texto antiguo. Recibir estas sorpresas en los blogs, te hacen recordar las sensaciones de cuando uno escribe una entrada. Si lo tienes publicado en tu blog, allá voy, a leerlo.

fotosbrujas dijo...

ostris pedro, me creeras necio, pero no sabia de tu amistad con el pipe, que pequeño es el mundo , incluso el mund@ en serio que me llevé sorpresa, te conozco de esta guisa y me sorprendo así sin comas ni "na"
un saludo y me alegro que te guste este rincón, nuestra fuente el lobo, coño haber avisao en la visita , nos habriamos visto
un saludo brujo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

La próxima, publicamos cartel en las plazas principales. Saludos.

isla_errante dijo...

La narración excelente la trama innovadora ,visión del personaje intimista , me ha gustado mucho . Saludos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ISLA: Bienvenida a La Acequia, en la que espero encontrarte en próximas ocasiones. Gracias por tus palabras y un saludo.

Juan Luis dijo...

El lobo acecha siempre; dentro y fuera.

Saludos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JUAN LUIS: da más miedo el de dentro. Gracias por comentar una entrada de hace tantos meses.

Anónimo dijo...

Brillante, Pedro. Simplemente brillante.
Es una enorme alegría haber descubierto tu blog. De a poco lo voy a ir hurgando.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

XAVIER: Gracias por tus palabras. Un abrazo.

Martine dijo...

Guardadas estan ya estas dos Entradas, en una carpeta muy especial..Como se lo merece tu escrito, especial y hermoso..
Un beso, Pedro