martes, 23 de julio de 2013

Obra-colección. El artista como coleccionista


Para Manolo, que sabe cómo convertir un encargo en un acicate para pensar.

La evolución de los medios tecnológicos digitales ha acelerado la difuminación de las fronteras que separaban tradicionalmente, en el mundo de la cultura y del arte, al productor del consumidor, hasta el punto de que se aplicara al mundo cultural hace años el concepto de prosumidor -nacido originalmente para las relaciones comerciales- para resaltar, precisamente esta proximidad entre ambos o la alteración de los roles tradicionales a cada uno otorgados. Ha sucedido siempre que se ha generalizado una tecnología y el fenómeno creció exponencialmente en el siglo XX con la carta de naturaleza que el arte pop dio a la posibilidad de que todos pudiéramos ser artistas. La tecnología digital, su extensión y abaratamiento, el hecho de que en estos momentos un tanto por ciento cada vez más alto de la población pueda poseer un teléfono móvil que le permita hacer fotografías de calidad, editarlas y publicarlas en pocos momentos, ha alterado sustancialmente el panorama artístico. No solo de la fotografía, sino también del video o de la música.

Es interesante ver cómo reaccionan los artistas ante el fenómeno que ha generalizado los procedimientos tecnológicos que estaban reservados hasta hace poco a los iniciados. Ya no es, no puede ser, la tecnología lo que separe al artista del no artista. Cuando algunos pintores del siglo XV aplicaron la técnica de la cámara oscura para desarrollar el engaño del ojo en el que consiste el efecto realista de la tercera dimensión en un cuadro guardaron tanto el secreto que incluso hoy muchas personas ignoran que así se produjo un salto en la pintura. Hoy no es posible porque cualquier persona que desarrolla una tecnología quiere obtener beneficios económicos rápidos y convertirla en una aplicación para teléfonos móviles. Y en ese mismo momento saldrán cientos de personas capaces de desarrollarla y perfeccionarla incluso gratis.

Por eso, uno de los fenómenos más interesantes del mundo artístico actual es la forma en que se gestiona todo esto. Muchos artistas han vuelto al mundo analógico y la obra única. Los que siguen en el mundo digital se dividen entre aquellos que sienten amenazada su situación de privilegio y abominan de los bárbaros que invaden un territorio hasta hace poco reservado para unos pocos y aquellos que interactúan con lo que ocurre. Aquellos están condenados a extinguirse o a ser meros productos de moda.

Obra-colección. El artista como coleccionista, la muestra comisariada por Joan Fontcuberta que se expone actualmente en la Sala Municipal de Exposiciones de San Benito de Valladolid (que parece haber resuelto excelentemente en las últimas muestras sus problemas de iluminación, por lo que los visitantes nos felicitamos), es una excelente muestra de los caminos que se le abren al artista a partir de la interacción con el fenómeno descrito al inicio de la entrada. Una de las artistas expuestas, Penélope Umbrico busca en Internet fotografías de parejas ante una puesta de sol. El resultado puede ser de millones, una por una sin más valor que el emotivo para aquellos que se las hicieron como recuerdos. Pero su exposición en un panel (Subset Portraits from 11,827,282. Flickr Sunsets on 07/01/2013) con otras decenas de imágenes dota a la serie de un ritmo visual y de toda una reflexión sobre la necesidad del arte y de la reutilización de material para crear una obra nueva. Lo mismo sucede con la propuesta de videoinstalación de Emilio Chapela Pérez, Gun (2011), construida a partir de la sucesión de las imágenes surgidas en Wikipedia y Google tras buscar la palabra Gun (arma): un juego irónico con la facilidad de acceso a la información sobre algo sometido a debate permanente. Richard Simpkin (Richard & Famous) construye su proyecto sobre el fenómeno de masas de los fans que buscan el autógrafo o la fotografía con famosos: más de 450 fotografías en las que sale junto a personajes de actualidad. Una a una, sus fotografías son insustanciales y hasta de penosa calidad. Todas juntas crean un símbolo de nuestro mundo.Proyectos diferentes pero con la misma intención son el panel de Hans Eijkelboom que sale a buscar por Nueva York personas con números en su vestimenta, del 1 al 100 o el de Eric Tabuchi que durante meses fotografió en diferentes carreteras letras en las traseras de los camiones hasta construir un alfabeto.

Si en el mundo digital todos podemos ser artistas gracias a la extensión en la formación y las habilidades tecnológicas, algunos artistas deberán sobresalir sobre el resto de nosotros por la capacidad de su mirada para generar nuevas reflexiones o la ironía para interactuar con lo que otros hacen. El resto de los artistas, por mucho que sus marchantes se empeñen en situarlos en los catálogos de las grandes colecciones o de las principales salas, serán modas pasajeras para convertirse en uno más entre millones.


4 comentarios:

Manolo dijo...

Muchas gracias, Pedro, por haberla visto y analizado por mi.
Un abrazo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

He visto la fotografía de Casadiego: 'Tarde de julio en Gredos', que nos instala en ese paisaje maravilloso, al que él llega sin dificultad, y donde algunos solo llegamos con el pensamiento.
Como actualmente no se pueden escribir comentarios en su blog, nos quedamos en la mera contemplación de las imágenes que nos muestra de sus excursiones. Y nos convertimos en coleccionistas visuales.
Me ha gustado la idea de Joan Fontcuberta,
y la exposición que ha llevado a su ciudad.
Gracias a usted por toda la información.
Dejo la música que me ha venido a la cabeza, al ver la tarjeta de la Sala.

Abrazos

Myriam dijo...

jejeje me parece muy bien que hagas los deberes que te encomiendan los amigos y ya veo que Manolo quedó debidamente satisfecho. Me alegro.

Justo estoy armando una serie de aeropuertos y tránsitos, por ahora en fotografía, la idea es agregarles texto. Entendido así el Pop Art, entonces, me gusta porque meto mis narices amateurs en todo lo que puedo jajaja.

Besos

Myriam dijo...

Luego, con calme pasaré de nuevo a ver los enlaces que nos has dejado. Ya sabes que yo exprimo al máximo tus entradas.

Besos