Recuerdo el amanecer sobre la pradera empapada por la sangre de los centauros y al viejo Quirón llorando sobre los cadáveres antes de que aquel hermoso joven -cómo le brillaba el sudor que cubría sus músculos a la luz lenta del verano- traspasara su pecho con la lanza.
También recuerdo cómo aquella muchacha se hirió ligeramente con la hoz al segar la hierba y a su enamorado arrodillado a su lado, vendándole el dedo después de chuparle la sangre.
Tengo recuerdos de un duro invierno de nieves en el que se helaron los ríos y de la madre avivando el rescoldo de la hoguera para encender de nuevo el fuego en la vieja casa a las afueras del pueblo. En la primavera que dejó de hacer frío, los prados se cubrieron de amapolas.
En la noche, me asalta la memoria de los niños muertos en la infancia y las madres en los partos y el luto en las familias durante años.
Hasta recuerdo un tiempo de romerías y almuerzos en las praderas de las ermitas.
Recuerdo también tu mano sobre mi frente cuando enfermaba y el sabor del queso fresco con dulce de membrillo.
Ayer encontré una vieja fotografía de la familia en la Rosaleda junto al Pisuerga. Detrás de nosotros, al cruzar el río, una tribu antigua miraba a la cámara.
La cantidad de recuerdos que nos traen aquellas fotos antiguas.
ResponderEliminarLos recuerdos duermen en las viejas imágenes vividas y en las imaginadas por otros. Las hacemos nuestras. Mitología al fin.
ResponderEliminarAvivar el rescoldo, ese es el secreto.
ResponderEliminarA veces acechan y se acumulan en sucesión los recuerdos del pasado. Importa medir su calidad para no dejarnos abrumar por la cantidad.
ResponderEliminarSomos recuerdos, por eso morimos un poco cuando los perdemos.
ResponderEliminarSaludos,
J.
As memórias acompanham-nos e são, por vezes, a única coisa que nos resta.
ResponderEliminarQuerido amigo, beso, boa semana.
ResponderEliminarHay recuerdos que nunca se olvidan, pues permanece en lo que se llama la Memoria a Largo Plazo, sino ha cambiado de nombre, desde cuando yo estudiaba y no solo recuerda lo que pasó en el antaño sino también y en especial, los sentimientos que nos fueron emocionando
Besos
ResponderEliminarHay recuerdos que nunca se olvidan, pues permanece en lo que se llama la Memoria a Largo Plazo, sino ha cambiado de nombre, desde cuando yo estudiaba y no solo recuerda lo que pasó en el antaño sino también y en especial los sentimientos que nos fueron emocionando.
Besos
A veces la desmemoria es más sana...Pienso que debería ser más selectiva y conservar solo recuerdos gratos aunque estos provoquen nostalgia.
ResponderEliminarSomos todos eso, pero ahora vamos delante
ResponderEliminarUn abrazo