Está el mar sin mar, ajeno a sí mismo. Está y no está, se muestra y se oculta. Sin embargo, desde la barandilla del muelle, todo parece mar, quizá sea yo el que no está y el mar siga a lo suyo.
Recuerdo la bahía de Nápoles frente al Castel dell´Ovo después de cruzar la Via Partenope. Yo te había preguntado cómo se cruza una calle con tanto tráfico, sin pasos de peatones ni semáforos. Así, dijiste.
Recuerdo un café en la playa de Monte Gordo. A unos metros, los pescadores vendían los peces que acababan de sacar del agua. Yo te observaba mientras mirabas la faena. Tengo aún el sabor de aquel café en los ojos.
Me has dado la mano para obligarme a bajar a la arena desde la pasarela de madera, con suave imperio. Te habías descalzado y recogido los bajos del pantalón. Yo solo quería quedarme mirando tus tobillos, pero sonreías.
¿Fue en Cortadura en donde nos amaneció aquel día de verano? Al siguiente, leímos en la prensa que aquella barcaza varada en la playa junto a la que pasamos abrazados había llegado con más de setenta personas. Recuerdo tu mano sobre la mía impidiéndome pasar la página.
Recuerdo la arena infinita y blanca de do Barril y tu sonrisa. Hay días de los que uno no regresa.
En Praia Verde, dijiste: Esto es el mar y el mar fue hecho.
De noche, el mar mira hacia dentro.
Atardece hoy en la bahía y parece mentira que haya guerra. Se encienden las farolas del paseo y el mar próximo devuelve su luz temblando. Me acerco a tu nuca mientras el sol termina de esconderse y se enreda en tu cabello. Cierro los ojos, qué espesura de oscuridad, qué densidad de mar adentro, de mar solo.
En nuestro viaje a Italia, preferí quedarme en Roma y no visitar Nápoles, ¿me equivoqué, si lo hice, no estoy descontento.
ResponderEliminarEl mar solo y negro abre la caja de recuerdos y se hace la luz. Eres mar solo y negro. O parte de él. Lo sabe todo de todos.
ResponderEliminarEs arrebatadora tu relación de recuerdos...
ResponderEliminar"Tengo aún el sabor de aquel café en los ojos": interesante recurso literario. Ahora mismo no recuerdo el nombre. "Sinestesia", ¿tal vez?
ResponderEliminarDespués de leer tu texto he mirado al mar y lo he visto de terciopelo oscuro, pero es que ya está anocheciendo.
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