El otro día amaneció sin color en Valladolid. Es algo muy extraño asomar al día y verlo desleído. La escena, con el sol oculto entre la niebla sin conseguir que los colores tuvieran la nitidez suficiente para ser percibidos, resultaba un tanto angustiosa, como si una amenaza constante se cerniera sobre los habitantes de la ciudad. Tomé la fotografía por si me engañaban los ojos, pero no, ahí está sin truco y la contemplo. El día había amanecido gris, como si se hubiera metido en la lavadora la mañana con la noche y esta destiñera.
Vivir es una seria amenaza que no llegamos a resolver nunca.
En días como este dan ganas de salir a la calle con una caja de doce pinturas Alpino. Con el tesón de un escolar aplicado, pintar las cosas con su color aunque en ocasiones nos salgamos de la línea. Incluso con una caja de seis pinturas Alpino, aunque la tarea parezca hercúlea. Queda todo un día por delante.
Si el día se presenta sin colores, vamos a por la caja de pinturas de la niñez, buena idea Pedro. Borramos los colores de la incertidumbre, lo que nos está tocando ahora. No nos gustaba la pintura negra, esa para qué. Un cielo azul, muy azul, una nubecita blanca y un sol amarillo muy amarillo.
ResponderEliminarEn lo que a mi respecta cuando se presentan esos días me entran ganas de quedarme en casa arropado en la cama.
ResponderEliminar¡Qué bien escogidas las palabras y la metáfora de la lavadora!
ResponderEliminarY sin embargo...cualquiera de los colores -con apariencia de ausencia incluso- son nuestros colores. Los que como humanos asumimos. Y los tiempos nos dicen que debemos comprender y aceptar otros colores paralelos que hemos coloreado -valga la repe- los ciudadanos. Me haces pensar.
ResponderEliminarUn cielo cobrizo, apastelado con grises indefinidos de un otoño peligroso.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Es curioso el verbo desleír. Le desconocía.
ResponderEliminarA mi me gustan las nieblas de Valladolid, siempre me enamoraron. Ya sabes lo que dicen en Valladolid: Mañana de niebla, tarde de paseo.
Y ahora voy a prepara las acuarelas, para poder desleír la niebla, en una paleta infinita de colores.
💚💚✔✔
Também me desagradam dias cinzentos, inclusivamente alguns até me dão a sensação de não existirem.
ResponderEliminarBeso, amigo mio, feliz semana
Supongo que es el otoño, que aparece de golpe. En los campos es más fácil, pero en las ciudades a veces no se ve más que un poco de cielo, y mucha gente con prisa. Y todo descolorido, como hoy aquí. En fin, aquí otra vez. Me ha gustado mucho lo que has escrito.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues a mi me encanta este amanecer que parece una acuarela de Juankar Cardesín.
ResponderEliminarMe gusta esta fotografía del día "desleído"- qué bella palabra- y los colores que hay en ella, especial con ese sol que intenta dar claridad a lo que parece oscuro.
ResponderEliminarLa vida es una continua zozobra y más cuando nos azota una pandemia.
En días de niebla y más si viene de Valladolid, lo mejor es adentrarse en ella y esperar que pase.
Besos
Si desleido es el día y tu lees como acostumbras,
ResponderEliminarni pinturas necesitas :-)
Beso grande
Y a foto es muy buena, se podría decir que hasta mística.
ResponderEliminarCon ese punto incierto en el que todo es posible.
Sigo pensando que si sigo aquí, tras lo visto, lo sufrido y lo vivido... ha de ser por algo que aún me quede por hacer, si bien no logre entender muy bien qué.
ResponderEliminarBesos, Pedro.