He terminado mi clase de hoy de Literatura y cine con una propuesta difícil. Normalmente, cuando pensamos en las relaciones entre literatura y cine nos referimos a las adaptaciones cinematográficas de novelas o de obras de teatro, pero hay autores que buscan una creatividad de un nivel superior. Los mundos sutiles, el largometraje que dirigió Eduardo Chapero-Jackson en el año 2012 se construye a partir de un trenzado de códigos (puede verse completa en este enlace, tras unos minutos de presentación que sirven para contextualizarla). Es cine, cine brillante y arriesgado. En esta película se nos cuenta la historia de Sira, estudiante de danza que prepara su trabajo fin de curso sobre la poesía de Antonio Machado. Para ello, busca información sobre el autor, su época y su obra. Esta información se traslada a una libreta con pequeñas frases, verbos, palabras, casi obsesivas, sobre las que reflexiona y crea su coreografía. Hay, por lo tanto, una primera traducción: del poema -tras comprender al autor y la época- a la danza, un juego de códigos que nos lleva a la deconstrucción, la intertextualidad y la creación en el nuevo lenguaje basado en la música y el movimiento, es decir, en el ritmo y el cuerpo humano que crea un espacio o lo ocupa y lo trasforma, que viene a ser lo mismo. Filmar ese trabajo de documentación y de preparación y continuarlo con los primeros pasos del proceso creativo era uno de los primeros retos. Es una película que reflexiona sobre el proceso creativo pero hay más. La construcción del proyecto final es el cierre de la película, pero solo podemos comprenderlo después de asistir a esa prodigiosa labor de tanteos, meditación y estudio. Hay un siguiente paso, la traducción de la danza y de todo ese proceso de comprensión de la poesía de Machado a imágenes cinematográficas en las que se sume todo. Y el resultado final es prodigiosamente hermoso y certero, respetuoso con Machado al que se interpreta en este doble o triple código para construir una obra de arte diferente. Chapero-Jackson elige para ello espacios urbanos, algunos desolados, lugares propios de nuestro mundo, de nuestras ciudades a los que rescata de su cotidianidad. Consigue con ello traernos a Machado a nuestro presente, no solo traducirlo al código de la música, la danza y el cine. La secuencia en la que una pequeña nota pasa de mano en mano es suficientemente elocuente del mensaje de la película. He advertido a mis alumnos de que esta película hay que verla dejándose sorprender por un cine al que no estamos acostumbrados. Lamentablemente.
Estupendo ¡la veré!,
ResponderEliminarBesos
(Y gracias por el enlace)
...yo amo los mundos sutiles,
ResponderEliminaringrávidos y gentiles
como pompas de jabón...
Machado siempre sugerente y maravilloso.
Será interesante verla.
Besos
"dejándose sorprender"...una buena estrategia para ver cine
ResponderEliminarsúbitamente y quebrarse
ResponderEliminarEL POETA Y LA MUERTE
ResponderEliminarSe le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque - yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
"Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!"
nuestro don Antonio Machado
¡Interesante! Me gustaría verla.
ResponderEliminarUn abrazo
Me viene a la memoria aquella frase de Woody Allen, "Una película de éxito es aquella que consigue llevar a cabo una idea original"
ResponderEliminarEsta que nos muestras tiene toda la pinta de triunfar...
Me la recomendó un amigo y ya la he visto dos veces, no me importaría verla otra vez, es hermosa. Si a sus alumnos le gusta la poesía, o la danza, o simplemente indagar "mundos sutiles" seguro que les gusta esta película.
ResponderEliminarSaludos
Buenas noches, profesor Ojeda:
ResponderEliminarGracias!!!
Enhorabuena, al joven director Eduardo Chapero Jackson y a todo el equipo, de ‘Los mundos sutiles’.
Ilusiona, y emociona, encontrar este tipo de trabajos maravillosos. Gracias por traerlo a su Blog. Me ha gustado mucho, desde las voces, el guión que siguen, la coreografía, los lugares. Todo.
La bailarina, Sira (Amaia Pardo), tiene unos ojos increíblemente bellos.
Me llevo el enlace a una de las entradas que dediqué a Antonio Machado
Saludos.
Querido profe: sabes implicar a tus alumnos en retos que por el hecho de serlo no son fáciles. No todos, pero con seguridad, muchos, sabes que te siguen.
ResponderEliminarGracias un abrazo
La veré, desde luego. Es encomiable ese interés por tus alumnos, ya sé que va en el sueldo, pero a ti te gusta.
ResponderEliminarPor cierto, ¿recuerdas que te hablé de una novela llamada "Stoner"? No sé si has leído algo sobre ella (trata de un profesor de universidad, por eso te la nombraba).
Un abrazo
Mostrar en imágenes el momento de creación es un hecho que nos fascina. En la película Amadeus, una escena está dedicada a imaginar cómo se llega a la creación del Requiem, con Salieri colaborando con un enfermo Mozart. O aquella otra, en la película Farinelli, creo, en la que un Haendel desbordante toma la titubeante pluma del hermano del legendario contratenor y le ayuda a componer una pieza que no terminaba de florecer. Cómo se llega, cómo se logra hacer brotar el arte. Si el producto terminado es maravilloso, el proceso de su parto resulta atractivo también.
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