Hay besos como este que nacen del odio y que te llevan al abismo. Es una sensación extraña, que te agarra justo en la boca del estómago o en la nuca y que dura desde la primera mirada hasta la eternidad del beso. Desearías morir allí mismo porque solo así se llega al momento justo en el que todo renace o todo desaparece. Solo algunos elegidos han cruzado ese umbral que nunca se olvida: quedan marcados para siempre por los labios deseados, con la marca diáfana del fracaso o del éxito. Jamás de la indiferencia. Al menos en esos segundos intensos.
romántico y clásico beso nos dejas como telón para tu entrada
ResponderEliminarcuando la pasión , la emoción y la química se conjuga entre dos
un beso es solo el comienzo...
buen fin de semana PEDRO
besos
¡Qué gran película! un clásico del cine negro: Gilda, cuánta intensidad hay en ese beso, unido por dos bocas que se imantan por el deseo.
ResponderEliminarUn beso.
Não é o ódio , em alguns casos, o amor pelo avesso?
ResponderEliminarBom final de semana, amigo mio.
Es fruto de la pasión sexual reprimida. Saludos Isabel.
ResponderEliminarUnos de esos besos eternos.Soñarlos, desearlos, vivirlos, recordarlos.
ResponderEliminarY así una vez y otra.
A cada beso que he dado sólo he pedido eso y nada más, que no me deje indiferente...
ResponderEliminarCon eso me conformo.
;-)
Un beso, Pedro.
Buenas noches, profesor Ojeda:
ResponderEliminarNo hay que odiar a nadie.
Por ese motivo censuraron la película.
Dejo un enlace de la entrada que dediqué a ‘Gilda’ en mi blog de cine.
Saludos.
Creo que la censura fue por el erotismo con el que se quita un guante...el guión y la bofetada que le propina Glen Ford quedaron íntegros...
ResponderEliminarabrzos.
Y recordemos que unas escenas antes fue Gilda quien abofeteó a Johnny... En efecto, la censura no tuvo nada que ver con el odio ni con la bofetada...
ResponderEliminarBesos que nunca serán olvidados... ♡
ResponderEliminarBesos que nunca serán olvidados... ♡
ResponderEliminardicen que del amor al odio hay un paso... intento pensar... y sí, supongo que alguna vez también besé con algo de ese odio del que hablas.
ResponderEliminarbiquiños,
Cuando el odio fracasa se convierte en deseo.
ResponderEliminarTambién es el odio hacia lo inaccesible, a lo que está vedado. Eso nos recuerda nuestros límites, y en ansia por superarlos, derribarlos cual si fueran los muros de una cárcel.
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