El hielo a destiempo quema la planta, el brote tierno o la flor que se anticipa. Sucede también cuando el calor llega de pronto y agosta el campo, dorándolo antes de la madurez necesaria. Cada año hay una helada negra o un viento terrero, cada temporada se abrasa una cosecha o se echa a perder una huerta. Nadie se libra, nadie, aunque no salga de casa, aunque viaje a otros lugares para alejarse del mal tiempo, aunque realice sortilegios para evitar el destiempo, aunque haga duro su corazón para no soportar penas ajenas, aunque construya paredes que no le dejen ver a los que pasan a su lado con sufrimiento como si el dolor no se filtrara por las paredes cuando le toca a uno el turno. Ten pecho y vuelve a tomar la azada: el campo, cada día, tiene su labor. Fatigosa y tierna.
Siempre hay que estar dispuesto para coger el azadón. Mientras no sea para cortar cabezas, todo va bien.
ResponderEliminarBuf
Cuidando la propia huerta damos ejemplo al vecindario, aunque de poco sirve cuando el mal tiempo iguala las cosechas de aquellos que las trabajaron con las de los negligentes.
ResponderEliminartodos somos permeables
ResponderEliminary cada día trae su afán
somos como piezas de dominó en un tablero especial, las cosas del clima y del corazón son la sazón de nuestro andar terreno
besos y buen fin de semana
Cada día.
ResponderEliminarHabrá que aguantar el chaparrón del destiempo como bien se pueda, pasó el tiempo de cortarse la coleta o mudarse de planeta. Es difícil sustraerse al desánimo cuando ese tiempo te sale pardo por el lomo traidor y el pedrisco o la helada destroza en un rato lo que has plantado, amparado y mimado en su crecimiento con pies y manos.
ResponderEliminarRetrocedemos al tiempo del cacique matón que pisotea al trabajador, que ya ni se preocupa de disimular su malandanza porque todo se ve turbio, nublado el horizonte por una nebulosa oscura, ceniza de corrupción que campa con todas sus banderas.
Aunque tarde este año, yo algo tengo andado, el huertito labrado, a la espera de que el tiempo asiente y plantar algo que se recoja cuando pasen los calores del verano.
Un placer leer esta reflexión, metáfora de estos destiempos de ortigas.
Hoy tengo que admitir, que sin ser diestro en medicina(como tu bien sabes), me has dado en mi punto débil sin herirme el corazón. Felicidades
ResponderEliminarla naturaleza nunca perdona.
ResponderEliminarbiquiños,
Aunque la helada parezca dañina, la hierba es más fuerte, puede parecer derrotada pero solo necesita un poco de sol para derretir el agua que humedecerá la tierra volviéndola lozana.
ResponderEliminarMala cosa el frio tardano, como decimos por aquí, profesor. Cada cosa en su tiempo y en su justa medida.
ResponderEliminarSino es así...algo falla. Saludos.
...a mi me duele el pecho...muchas veces.
ResponderEliminarBesos corazón.
Los contratiempos son muy difíciles, por no decir imposibles de controlar. Tenemos que aprender a vivir con ellos.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
vuelvo a leer el texto y me digo: "que bonita la expresión de echar pecho y que poco se emplea hoy en día".
ResponderEliminarbiquiños
La vida nos reclama una actitud humilde.
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