Campos de Castilla, en su versión de 1912, se diseñó, como hemos dicho con parámetros ideológicos concretos: una meditación sobre los problemas de España a partir de la metáfora de Soria -en realidad, el Duero en su curva de ballesta soriana- como núcleo de ese corazón castellano que hizo a España. Es decir, que impulsó el motor del país que se construyó hacia la modernidad en el siglo XV.
En el poemario de 1912 Machado tiene mucho de sentido excursionista (el mismo Machado siempre pareció estar de paso en Soria, Baeza o Segovia). El excursionismo, como concepto, no es algo que se haya inventado recientemente. La Sociedad Española de Excursiones se fundó en 1893 y trató de fomentar el estudio del arte, la geografía y las costumbres de las provincias españolas. Recogía de forma sistemática el legado que los románticos habían iniciado, especialmente en revistas como el Semanario Pintoresco Español. Por todo el país se fundaron sociedades y grupos con similares objetivos. No era un turismo a la moderna, sino un verdadero espíritu de conocimiento científico que construyó una herramienta metodológica para contarnos España en un momento en el que se hacía evidente el tránsito hacia la modernidad.
Machado pasea por los alrededores de Soria con esa mirada del curioso excursionista que quiere comprender lo que ve. Imbuido como estaba por las ideas de su tiempo, quiere ir un poco más allá y comprender las razones espirituales de la decadencia española.
La vieja teoría de la Generación del 98 se sostiene, en la práctica, sobre la edición de 1912 de Campos de Castilla. Es aquí en donde se cumplen escrupulosamente las características marcadas para la generación que tanto gustaron, especialmente, a los jóvenes pensadores falangistas que les dieron la versión definitiva que heredaron nuestros planes de estudios franquistas y postfranquistas de Bachillero y Universidad y que hoy arrastran, lamentablemente, muchos profesores en sus explicaciones y varios manuales cómodamente escritos. En efecto, Machado medita con seriedad sobre los males de España y encuentra en la intrahistoria -permítaseme el concepto unamuniano en este contexto- y en la ruptura de la necesaria armonía entre paisaje y paisanaje -es decir, en la traición a la tradición- las claves del mal español que habían llevado al desastre del 98. De esta lectura es fácil desprender -es la lección final de La Tierra de Alvargonzález- que solo volviendo a la tradición espritual se podrá salir de la decadencia.
Sin embargo, hemos de descartar esta vieja teoría que tanto ha distorsionado la lectura limpia de muchos autores. Nada hay en la llamada Generación del 98 que se diferencie del Modernismo: en especial, esa visión espiritual del paisaje y de la historia permanente. Rubén Darío, antes que Machado, sería un buen ejemplo de todo esto.
Pero era el caso que por aquellos años Machado meditaba con esas claves de mirada al paisaje y en sus excursiones en torno a Soria todo está condicionado por ellas. Hasta que llega el amor y la muerte, que giran el poemario para contradecir a los noventayochistas y hacer más grande a Machado. De esto hablaremos en la próxima entrada.
Noticias de nuestras lecturas
Paco Cuesta comenta las claves que nos pueden ayudar a comprender las razones de La Tierra de Alvargonzález en el poemario. No os podéis perder esta entrada.
Gelu enlaza todo el material necesario para comenzar la lectura del poemario machadiano y hace su primera antología.
Pancho aborda Campos de Castilla y lo hace con los poemas de meditación filosófica en una de sus más importantes claves de comprensión.el patriotismo comprometido de Machado.
Luz del Olmo se inspira en la temática del sueño tal y como la trata Machado en el poemario. Y lo hace
con acierto.
Mª Ángeles Merino comenta -e ilustra con tanto acierto que solo por esto merecería la pena visitar la entrada- la forma en la que Machado ve los casinos de provincias de aquel tiempo.
Kety Morales también se inspira en Machado para sus versos, cumpliéndole un merecido homenaje.
Yo, en mis viajes tengo siempre algo de excursionista en estos términos y esta vez, aún más con tus clases y Machado en la maleta: viajar viajando por dos lugares físicos al mismo tiempo (y también hacia adentro de mi y hacia afuera). No se si me explico o me enrollado. En resumen, estoy disfrutando mucho.
ResponderEliminarBesos
o me he enrollado, dice.
ResponderEliminarQuería agregar que Los comentarios de mis aplicados compañeros los leeré todos cuando llegue a casa, espero que sepan disculpar mi ausencia. Abrazos a todos.
Muy interesantes, para mí, tus apreciaciones. No había pensado en este aspecto del excursionismo. Seguramente debemos de llevar, cuando vamos de excursión, la mirada del geógrafo, una mirada a lo físico, a lo humano y a lo económico, además de a lo estético, para comprender y disfrutar también de las entradas, por ejemplo, de algunas ciudades, tan degradadas.
ResponderEliminarUn abrazo
para quien escribe es indispensable saber observar y contemplar en detalle y en perspectivas no solo el paisaje externo sino los internos de quienes transitan por su horizonte y hasta de sí mismo
ResponderEliminartodo escritor lo sabe, es algo innato
besitos
Todo se etiqueta, es más cómodo. Y si, además, casa bien con una ideología que se quiere imponer...miel sobre hojuelas. España ha de volver a su verdadero ser histórico...y a los falangistas se les hacía la boca agua. Pero, como tú indicas, los manuales más actuales lo han perpetuado.
ResponderEliminarSigamos leyendo y comentando los versos de este poeta modernista...y excursionista.
Besos
La curvatura del arco, imagen del corazón y núcleo del espíritu que anima una nación es brillante. La tensión permanente es necesaria para que los problemas te encuentren preparado a hacerles frente. La relajación significa decadencia, dormirse en los laureles y la invasión de los bárbaros.
ResponderEliminarDa la impresión de que Machado era una persona tranquila, pero a la vez curiosa y atenta a todo lo que ocurría a su alrededor.
La traición a la tradición... buff vaya tela. Llegan cerca los que reniegan de su origen.
Seguimos aprendiendo de estas reflexiones tan medidas.
Un abrazo.
Campos de Castilla es el retrato de una excursión por los sentimientos.
ResponderEliminarGracias un abrazo
Os sigo en silencio. Esta vez me resultó imposible...
ResponderEliminarBesos, Pedro.