Lo que va de siglo (un cuarto ya) ha despejado todas las incógnitas. Perseveramos en la ignominia. Después del fin de la historia ha resultado que ya no creemos en el futuro, el presente nos encanalla y fabricamos el pasado a medida. Qué poca esperanza y, sin embargo, qué necesaria.
La incertidumbre se nos impone y más allá de la persecución de lo material/mercado parece que carecemos de ilusión. Más necesario que nunca interpretar el pasado como fue, nos guste o no. El pasado fabricado nos llevará más abajo, al pozo.
ResponderEliminarTriunfaron los fabricantes de disparates y maldades sangrientas que nunca imaginamos. Las distopías ya no son distopías. Y la historia se reinventa y la moldean a su capricho. 25 años.
ResponderEliminarTal cual, querido Pedro. No se puede decir mejor. Abrazo.
ResponderEliminarTienes toda la razón
ResponderEliminarEstamos num fosso, esperemos que se consiga sair ...
ResponderEliminarBeso, amigo mio.
Auguro unos setecientos años de miseria creativa, así que desesperanza total.
ResponderEliminarSaludos
Ya nadie escribe canciones para tararear. Todo es chunda chunda.
ResponderEliminar