viernes, 31 de enero de 2025

No termina de pasar el tren

 


Veo pasar un tren cargado de automóviles recién salidos de la fábrica. En sentido inverso, otro tren de mercancías. Hay un ritmo en el lento encuentro, tac tac. Una base musical sobre la que construir una vida. ¿La de quienes ocuparán esos automóviles dentro de unos días? Quizá solo la mía, mientras los observo pasar.

Una de las cosas más llamativas en los últimos tiempos es la pérdida de la urbanidad. En todos los ámbitos: en el trato personal, en la literatura, en la política. Una cosa debería ser no caer en la trampa social de los convencionalismos y otra la pérdida de la cortesía. No nos damos cuenta de que al soltar las furias ya no las dominamos y se nos pueden volver en contra. Me sorprende la ingenuidad de algunos que utilizaron la actitud bronca para hacerse un hueco y ahora se sorprendan de que se les responda de la misma manera, como si tuvieran el patrimonio de la falta de respeto. También de aquellos que pensaron que se comprendería su teatrillo, que era todo ficción. También me sorprenden mucho los que aplauden al que tiene como armas la bronca y el mal gesto, el acoso y la mentira. A la bicha no se la controla. Si uno grita otro grita más.

En el arte, el grito siempre ha sido una herramienta: de compromiso, de desesperación, comercial. Usada en su medida es magnífica. Como ahora gritan todos, si todos gritan, nadie grita. Como ahora todos gritan, lo más revolucionario es bajar la voz. El grito ya no es un mensaje ni trasmite mensaje. En el ruido no hay nada.

No termina de pasar el tren, tac tac.

6 comentarios:

  1. Amigo Pedro, las malas maneras, la falta de urbanidad, el griterío y la exaltación arrebatada de los sentimientos, van marcando el ritmo, el tic-tac de los días. Muchas veces la falta de educación y de las buenas maneras roza la criminalidad, lo vemos instalado en lo público y en lo privado; en los parlamentos y en las relaciones comerciales. A menudo, todo esto tan zafio y torpe me desespera, sólo me queda el refugio del silencio y escuchar una música callada.
    Un abrazo.

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  2. Jolin con el palabro, urbanidad, desde la escuela no lo escuchaba, será por eso que se ha ido perdiendo poco a poco sin darnos cuenta y hoy la bronca es permanente, la urbanidad se ha ido al sueño de los justos, espero que algún día vuelva a escucharse en las escuelas.

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  3. ¿Urbanidad? ¿Civismo? ¿Buenos modales? ¿Comportamiento respetuoso? Qué ingenuos somos, ¿dónde fueron a parar, diría hoy el poeta Manrique?Diversos matices en interrogación hoy más que nunca. Y no por motivos que merezcan la pena. Simplemente por un hago lo que me da la gana y que los demás se fastidien. Ayer casi me atropellan en la acera dos con patineta y luego una en bici, ya no hablo del comportamiento de conductores que si te dejan pasar en cebra parece que te hacen un favor o...pero no sigo que a estas horas de un uno de febrero solo me apetece hojear el Calendario de los pastores, aquella joya francesa de grabados sobre las tareas y los días.

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  4. No termina de pasar el tren de los acontecimientos y ya llueven los insultos. Las uñas afiladas, la vergüenza de algunos políticos se perdió, o nunca la tuvieron. Y no nombremos la bicha.

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  5. No sé si ya hemos llegado a una sociedad desquiciada donde todo vale o quizás aún tengamos solución.

    Tiempo al tiempo.

    Besos

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