Deberíamos portar lumbre en las manos al atravesar la noche mientras la lluvia empapa la tierra. Grandes capotes para caminar el bosque cegados por la barbarie del día. Cualquier camino indica que hay otros que ya han cruzado. Las hojas de roble caídas, se enternecen al mezclarse con el barro nuevo. Es otoño, al fin. La guerra, qué país más largo.
Un jardín que contempla la piel fresca del agua,
un árbol junto al pozo,
una rosa de octubre,
una línea de chopos,
el aroma rojizo de las nubes,
la tarde lenta y frágil del otoño.
La noche que se llega,
con temor de ave herida,
como un susurro leve,
¡atardece tan pronto!
Desde entonces,
sueño tu mano en sombra sobre mi hombro.
© Pedro Ojeda Escudero, 2016
Cada estación inspira sensaciones diferentes, eso es lo bueno de todavía poder ver los cambios...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hay paises largos donde el otoño no ha llegado, han pasado directamente al invierno.
ResponderEliminarSaludos
Preciosa inspiracion me ha encantado y he respirado. Ya estamos a otoño.
ResponderEliminarBesos.
El jardín de los sueños espera tras la barbarie del día. Es otoño, pisamos hojas doradas y amarillas, llueve, el barro es tierno. Sigue la barbarie, un día más.
ResponderEliminarSe ha resistido a hacernos un guiño, pero ya empieza a asomar su naricita, sí.
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Belo poema ...
ResponderEliminarQue o Outono te seja feliz, querido amigo.
Fuerte abrazo.
Las sombras de otoño son alargadas, los días añoran la luz de estío y las nubes responden con su rojez bellísima.
ResponderEliminarEl espectáculo conforta.
Saludos
Francesc Cornadó
cuando el romance de palabras no es amor es maravilloso
ResponderEliminarPor fin otoño... y la vida continúa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Pedro.
Sí, llegó por fin el otoño, con sus hojas caídas, su lluvia, su frescor y su melancolía en los paisajes.... y este año nos viene acompañado por esas guerras interminables que a veces toman un respiro, para resurgir con más fuerza, más muerte y sufrimiento.
ResponderEliminarMe gusta y mucho, este tu "retrato de interior". Y me lleva a estos versos de Miguel Hernández.
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Besos
Ser rosa en octubre tiene su mérito, verdaderamente.
ResponderEliminar"Cualquier camino indica que hay otros que ya han cruzado" qué gran verdad!
ResponderEliminarlinda estacion el otoño ....
ResponderEliminarbesines
La estación otoñal se merece el homenaje que le brindas con tu bello poema.
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo
Esa mano en sombra...
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