Anula los rellanos ante la tentación de hacerlos escaleras de un único sentido.
¿Cuántos descansillos hay en tu mirada?
Hay escaleras que nunca se acaban.
Aquel hombre sacaba los rellanos de los bolsillos y los llenaba de palabras.
Aquella época en la que me sentaba despreocupadamente en los escalones y miraba sin prisa subir y bajar el tiempo. ¿Qué has hecho de ti, Pedro?
Decir descansillo y los labios se me llenan de infancia.
Luego, más tarde, los iras buscando, digo los descansillos.
ResponderEliminarSaludos
Los descansillos y los aramboles me llevan a mi infancia, en una casa viejísima de la calle de la Paloma. El amor también tiene descansillos y la vida también. Eran buenos para jugar los descansillos. Y los aramboles un peligro.
ResponderEliminarAhora el ascensor elimina la poesía del descansillo.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
No tengo problemas con los escalones los prefiero a los ascensores. Respecto al tópico chorras del gallego en la escalera, no tengo dudas siempre las bajo.
ResponderEliminarEl gran valor del descansillo. No solo como espacio a tomar fuerza física, si era el caso, sino de repaso de los pensamientos y reflexiones que tienen lugar a medida que ascendemos. Obviamente, el ascensor ha desplazado mucho ejercicio mental, o lo ha reconducido.
ResponderEliminarMuy bonita la imagen que dibujas!
ResponderEliminarTe ocurre con los descansillos, como a Proust con su magdalena ; )
A veces los recuerdos nos atrapan sin previo aviso en cualquier escalera, pero nunca es mejor el pasado que el presente, más que nada porque el pasado pasó y lo único que realmente tenemos es el instante que vivimos, aunque lo dediquemos a recordar; )
Un beso y bun finde!
PD
Mis disculpas por la tontería q cometí el otro día, lo siento : (
Que bonito o teu texto, amigo mio.
ResponderEliminarA infância sempre fica em nós...
Te abraço
Cada frase me sugiere una imagen... me gusta esa forma en la que le das profundidad, amplitud y recuerdo al "descansillo"...
ResponderEliminarMe gusta, especialmente, la quinta, mirar sin prisa subir y bajar el tiempo...
Abrazo
Ese descansillo : lo recuerdo siempre, esperando a mi padre que solía silvar cuando regresaba de sus servicios...
ResponderEliminarNo me molestan las escaleras y me dan un poco de grima los ascensores
:(
Recuerdos, morriñas, nostalgias, como dice esa estrofilla que con el tiempo suelen aflorar...
Un tranquilo finde, Pedro
Ciertas remembranzas conllevan estos recuerdos emotivos.
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ResponderEliminar"Aquel hombre sacaba los rellanos de los bolsillos y los llenaba de palabras".
Qué imagen más bonita y original.
Besos
Hay lugares que saben cómo arroparnos... y hasta desprenden ese aroma que perfuma nuestra memoria.
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Me gustan las escaleras cuando tienen esos rellanos que, aunque a veces sean incómodos, también sirven para descansar y en especial en esas escaleras que parecen interminables.
ResponderEliminarLa vida tiene sus escaleras con rellanos, en los cuales podemos detenernos y pensar, para así encontrarnos con nosotros mismos.
Besos