Vas a tus cosas
con el ceño fruncido,
preparado a la guerra
incesante de un día
que se prolonga en grises
y de pronto lo ves.
Ahí te paras,
ante el almendro en flor.
No importa dónde
ibas ni para qué
saliste de tu casa.
Después de unos minutos,
echas a andar de nuevo.
Aunque lo intentes,
no eres el mismo.
©Pedro Ojeda Escudero, 2022
Juraré siempre que el primer beso que recuerdo lo recibí debajo de un almendro en flor y que nos rodeaban hormigas voladoras. El mundo aún no había sido descubierto y carecían de nombres las cosas, el suelo estaba tamizado de pétalos de flores y ambos éramos niños. ¿Recordará ella aquel beso?
(En mi viaje de regreso, he visto el campo lleno de almendros en flor, me preocupaba que los míos, que suelo traer a este blog, aún no estuvieran florecidos y he salido hoy en su busca para traerlos. Pinchando aquí podrás leer todas las entradas que le he dedicado a la flor del almendro en el blog, desde la primera de 2008).
As amendoeiras em flor são lindas ... e este teu poema também.
ResponderEliminarE que terna a recordação desse teu primeiro beijo memorizado...
Sabias que as amendoeiras algarvias foram plantadas por um califa árabe em honra de sua mulher?
Te abraço e que tenhas um inesquecível Dia de S. Valentim em companhia de quem amas, querido amigo!
En este día de ceño fruncido sería un alivio ver los almendros en flor, muy difíciles en mi ciudad.
ResponderEliminarLlegaste al almendro en flor de las hormigas con alas, tras seguirle la pista de sur a norte. La memoria sólo nos concede pequeños flashes y nos queda la duda, tal vez nos engaña, pero embellece el camino.
Mis primeras flores de almendro, están en una infancia feliz porque las veía florecer por el monte y semejaban a las lágrimas del invierno que ya se iba. Esa imagen nunca se me ha borrado y siempre la busco.
ResponderEliminarLa memoria es selectiva y engañosa, pero... nos gusta tanto recordar los buenos momentos, que siempre permanecen, distorsionados o no, en nuestro recuerdo.
Besos
Me encanta este enlace que pones aquí, con las diferentes entradas a esos almendros tan queridos de una infancia que permanecen en ti y también, lo confieso, en mí, aunque el transitar de esos caminos sean algo similares, pero muy distintos.
ResponderEliminarBesos
Seguro que lo recuerda...
ResponderEliminarHay una parte de homenaje, otra de memoria y siempre, seguramente, de admiración por ese arte efímero de tales árboles. Un placer para los sentidos visuales, que se implican también en el pensamiento.
ResponderEliminar¿No será que la suerte del almendro tiene que ver con que su aparecer temprano le descarta la competencia? Y encima tan blanco, vestido de Primera Comunión.
ResponderEliminarTu pensabas en hormigas voladoras y pétalos de flores, ella sabe dios en que pensaba.
ResponderEliminarYa viene....👏👏
ResponderEliminar🌹🌸🌼🌺💐🌻🌸
Primavera!! ❤️
Me parece un beso hermoso.
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