Solo el tiempo decide convertir la utilidad en belleza. Recuerdo entrar en aquella sala. En la repisa, todo tipo de frascos de cristal aluzados. He guardado esta fotografía desde entonces y hoy la comparto porque no he conseguido hacer un poema que la acompañe. No le hace falta.
Limpiar esa repisa sería como bruñir la memoria, como los monumentos tan restaurados que parecen falsos. La dejo así, lo tiene todo.
A Margarita, la de está linda la mar, le dicen que el azul no hay que tocar, el aluz no sé. Azul con alma.
ResponderEliminarAyer leí que se ha encontrado una vasija de cristal azul en perfecto estado del periodo de los romanos.
ResponderEliminarAluzados son: parecen estar repletos de luz.
ResponderEliminarHay objetos, transparencias, iluminación y sombras que constituyen un magnífico poema sin palabras. No hace falta nada más.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
La belleza se expresa por sí misma. Otra cosa es que los demás estemos a su nivel
ResponderEliminarSaludos
La mera foto es poesía.
ResponderEliminarBesos