Es diciembre en el tren. El vagón toma impulso en los postes de la catenaria. Se agarra a uno y salta al siguiente. Pasan las tierras por la ventanilla. Hace tiempo que hemos dejado atrás las afueras de la ciudad y ya estamos en el campo detenido por el invierno. Los árboles han perdido todas las hojas y presentan su desnudez. Hay que saber amar este paisaje. He visto una corza, que ha levantado la cabeza para mirarnos pasar. Por un momento, hemos sido materia viva en sus ojos. Más allá, la niebla. Más allá, digo, qué irónico es todo.
Qque nostalgia mas bonita la que has escrito hoy Saludos desde Miami
ResponderEliminarTodo es verdad, o no.
ResponderEliminarEl paisaje áspero y un poco fantasmal de diciembre, en el tren, una buena compañía para el pensamiento. Un sueño dentro de un sueño. La corza os habrá mirado como las corzas al tren, os habéis colado en su sueño.
ResponderEliminarFeliz llegada a destino a pesar de la Niebla.
ResponderEliminarEl Sur es más benigno en estas épocas.
Besos
El frío, la niebla, los días que se han acortado y la ironía de los árboles ralos dibujan el paisaje de diciembre.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Qué bonitos son siempre tus retratos de interior, me encantan.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro.
La sucesión de estaciones además de marcar los contrastes y determinar reflexiones, resulta de vital importancia para la sanidad de nuestro planeta. Bienvenidos sean esas alternancias!
ResponderEliminarPaisaje invernal, frío... ❄️
ResponderEliminarNo me gusta.
Espero ansiosa la primavera 🌺🌻🌼🥀🌷
Al fin y al cabo todo resulta ser relativo.
ResponderEliminarSaludos,
J.