Dentro de las conmemoraciones con motivo de los quinientos años de la revolución de las Comunidades de Castilla (1520-1521), que toman como eje la batalla de Villalar (23 de abril de 1521) y la ejecución, al día siguiente, de Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, la ciudad de Valladolid ha centrado sus actividades en el programa Valladolid Comunera. También con este motivo, la XIV Semana de Estudios Románticos que coordino dentro del programa Valladolid Letraherido, se ha centrado en el análisis del significado de las Comunidades. En este caso, a través de la mirada del siglo XIX sobre lo que suponen los comuneros para la historia de España. La conmoción que provocó la revolución y la durísima represión posterior explica mucho de lo ocurrido en Castilla y en España desde el siglo XVI. El silencio, la persecución de las ideas defendidas por los comuneros y la destrucción de lo castellano para asimilarlo al proyecto imperial que terminaría asociándose con la Iglesia, provocó un territorio sin la dinámica de modernización y demandas de progreso que ha llegado hasta nuestros días. Es más, Castilla y lo castellano sufrió y sufre del estigma de esa forzada asimilación al Imperio, como si hubiera tenido que conformarse con nutrirlo a cambio de ser despojada de una estructura económica y social sostenible. De todo esto y otras cuestiones se ha hablado los días pasados en esta Semana, celebrada en la Sala Cossío de la Casa Revilla de Valladolid.
La recuperación del legado comunero y la construcción de la imagen colectiva actual sobre las Comunidades se nutre de la mirada que sobre ellas generó el liberalismo que desde finales del siglo XVIII combatía contra el absolutismo. El título de la Semana está tomado de un verso de José Zorrilla que, en la introducción a la leyenda que da lugar, alude a una consideración romántica del pueblo y a que lo que comenzara como rebelión terminaría, gracias a la mirada y reinterpretación del siglo XIX, en una revolución, puesto que las ideas comuneras sustentan en gran medida el cambio de régimen que se produjo entonces y seguirá inspirando a grandes intelectuales de la II República española.
El martes día 2, inauguró la semana María Isabel del Val (Catedrática jubilada de la Universidad de Valladolid) con una charla sobre La presencia de la mujer en las Comunidades de Castilla: María de Pacheco. De la mano de la figura protagonista de la mujer de Padilla y el núcleo de su actividad en la ciudad de Toledo, repasó su actuación y los hechos esenciales de la revolución, sin olvidar la presencia de otras mujeres, como han venido demostrando las más recientes investigaciones. María de Pacheco, por su origen familiar, su formación y su posición central en los últimos meses de las Comunidades, es un hecho singular dentro del contexto europeo. Aunque se trataba de una mujer procedente de la gran nobleza española del momento, su casamiento con alguien cuya familia era de rango inferior y la decidida actuación al frente del gobierno de Toledo, no tiene parangón en aquel siglo.
(Puede consultarse la grabación de la charla en este enlace: https://fb.watch/97WL59Q9Hg/https://fb.watch/97WL59Q9Hg/)
El miércoles 3, Jesús Urrea (Catedrático emérito de la Universidad de Valladolid), intervino con una charla sobre La invención figurada de los comuneros: pintura y escultura. Partiendo del análisis de la obra más icónica sobre el movimiento comunero, Ejecución de los comuneros de Castilla, cuadro pintado por Antonio Gisbert en 1860, conservado en el Palacio de las Cortes de Madrid, hizo un repaso extenso sobre las principales obras dedicadas al tema, especialmente a la figura de la viuda de Padilla. Aparte de la reinterpretación de los cuadros históricos del siglo XIX, dio oportunas pinceladas sobre cómo debemos mirarlos hoy y noticia de alguno que lamentablemente está enrollado en los sótanos del Museo del Prado.
(Puede consultarse la charla, aquí: https://fb.watch/97X5tSSSEB/)
El jueves 4, me tocó el turno para abordar la construcción de la mirada romántica sobre los comuneros a través de la literatura en Padilla y libertad. De cómo los escritores románticos construyen el mito comunero. La asociación que los liberales hicieron de las Comunidades con la lucha de la libertad frente a la tiranía es central para comprender las razones que tuvieron para su recuperación. Desde la Oda a Padilla de Quintana el tema provoca cientos de títulos. Muchos de ellos sirven para fijar la imagen colectiva de los comuneros, pero también para que su legado se encuentre detrás del constitucionalismo del siglo XIX y de lo mejor de la reflexión política del siglo. A partir de los años cuarenta, la aproximación romántica se nutre fundamentalmente de rasgos sentimentales y legendarios.
(Puede consultarse la charla, aquí: https://fb.watch/97XxnExYQ_/)
El viernes 5, intervino el historiador Francisco Cánovas Sánchez para charlar sobre El movimiento de las Comunidades, la historiografía del siglo XIX y la reconstrucción del Estado Liberal, que abordó cómo la historiografía y la actuación política de aquel siglo tiene como una de sus bases fundamentales la recuperación del significado de los comuneros, en el que se encuentra el precedente más evidente de la propuesta de cambio frente al Antiguo Régimen para asentar un proyecto político basado en los conceptos de nación y soberanía nacional.
(Puede consultarse la charla, aquí: https://fb.watch/97XMmcn1xG/)
El jueves 4 por la noche, tuvo lugar la acostumbrada representación de las escenas del cementerio del drama Don Juan Tenorio de José Zorrilla a cargo de la Asociación Amigos del Teatro de Valladolid, que representa la obra desde hace más de cuatro décadas, todos los meses de noviembre, y que colabora en la Semana desde su inicio hasta el punto de que no puede entenderse la misma sin la reunión de todo el público en torno a los cipreses del jardín romántico de la Casa de Zorrilla en la media hora que dura la representación de estas escenas.`
No han terminado los actos que conmemoran la revolución de las Comunidades de Castilla y reflexionan sobre lo que fue y su significado para la historia española posterior. El V Centenario no terminará hasta el próximo 32 de abril, pero lo más importante es que las reflexiones que se están elaborando continuarán con posterioridad porque el análisis de aquellos hechos y el replanteamiento de su influencia en nuestro presente seguirán de actualidad.
Quiero dar las gracias a todo el público que ha asistido a las sesiones y que ha visto su emisión en directo o la grabación posterior.
Esperaremos ese 32 de abril de 2022.
ResponderEliminar¡Castilla entera
ResponderEliminarse siente comunera!
La locura de los Comuneros no cayó en el olvido, durmió un sueño de siglos, nada menos que una revolución burguesa en el siglo XVI. Los románticos y liberales la recuperaron pero mis libros de texto de Historia de los setenta todavía daban una raquítica versión, ocupaba dos líneas y a continuación otra para las Germanías de Valencia. Rebeliones que tuvo que sofocar el gran Carlos primero de España y quinto de Alemania. Hasta que escuchamos aquello de "1521 y en abril para más señas...". Cambió nuestra visión.
ResponderEliminarIré a las charlas que me faltan. Buen balance.
Um importante acontecimento para a vossa História, sem dúvida...
ResponderEliminarFeliz semana, amigo mio.
Abrazos
Muy interesante.
ResponderEliminarYo lo veo así:
Girón* hizo un movimiento
y se perdió Tordesillas,
se intuye baile de sillas
y algún emolumento.
Dejó su flanco abierto
por donde las tropas reales
entraron con sus males
sembrando gran desconcierto.
Y perdida la tal villa,
también la reina perdieron,
a quien ellos propusieron
fue a Juana de Castilla.
La torre “comió a la reina”
quedando allí recluida,
allí encerraron su vida,
allí se lava y se peina.
La nobleza, ¿sobornada?
por Carlos I de España,
hizo de su lanza caña
y no quiso saber nada.
La suerte juega a los dados
y a Villalar eligió,
la batalla se perdió,
pero aún siguen honrados.
Derrota de Villalar,
por lluvia y barro derrota,
la sangre en torrente brota
empapando ese lugar.
Quinientos años pasaron
desde que los Comuneros,
en defensa de sus fueros,
sus cabezas se jugaron.
Sabemos que las perdieron
como lo cuenta la historia,
y hoy en su memoria
se recuerda lo que hicieron.
Sabemos lo que pedían
y cómo lo defendieron,
por ello su vida dieron
luchando con lo que tenían.
Se oponían al servicio que, presto,
el rey flamenco pedía,
ser emperador quería,
pero a costa de lo nuestro.
El pueblo a ellos se unió
pidiendo comunidad,
y pidiendo libertad
junto a ellos luchó.
Con el fuego de Medina
la sangre del pueblo hirvió;
su artillería empleó
en combatir dicha inquina.
Después de dicha batalla,
tres alcaldes** dictaron sentencia,
en ella no hubo clemencia
y la espada se hizo canalla.
Desde que El Empecinado
por Villalar dio una vuelta***
la derrota y la revuelta
tomaron otro calado.
Más tarde, en la transición,
la derrota se hizo mito,
la reivindicación rito,
y la fiesta tradición.
Corren tiempos de pandemia
en la actual primavera,
no habrá gente en la pradera
por causa de esa epidemia.
Si no hay celebraciones
en multitud expresadas,
aunque queden aplazadas
estarán los corazones.
*Pedro Girón y Velasco.
**Cornejo, Salmerón y Alcalá.
***23 de abril de 1821.
No sé si mi visión es acertada o no, pero es como lo veo después de hurgar en el relato de los hechos y de los dichos...
Creo que lo que hizo Girón fue fundamental en la derrota comunera; amén de la inhibición de los nobles burgaleses y palentinos que primero apoyaron el movimiento y después se desentendieron ¿sobornados?
Es cierto que subyacen muchas incógnitas que probablemente nunca se despejen acerca de todo lo que sucedió...
Ese poema de métrica anárquica lo escribí en conmemoración del quinto centenario para publicarlo en una revista de una asociación sociocultural con la que de vez en cuando colaboro, y, la verdad, después de publicarlo me asaltaron muchas dudas acerca de si la interpretación que hago, a grandes rasgos, de los hechos es acertada o totalmente errada, pero así lo veo...
Perdón por la chapa, pero este tema me interesa desde que hace tres o cuatro años tratamos el tema en la asociación... Yo antes tenía otra visión de los hechos, pero ahora tengo esta...
Abrazo
La de trabajo que habrás tenido antes y durante esa semana. Espero y deseo que todo haya ido bien. Y a seguir.
ResponderEliminarUn abrazo