Baila la avena al viento
silvestre de la sierra.
Frágil, hermosa, leve,
exacta.
Cómo brilla
a la luz del verano.
Vibra y su delicada
actitud me interroga.
Soy menos que su espiga,
con la brisa me quiebro.
© Pedro Ojeda Escudero (2021)
Has sacado buen provecho del estío. Conciso y hondo el poema. Gracias.
ResponderEliminarMe encanta saberte de nuevo por aquí . Y que manera tan poética bailando a la vida los últimos días de verano con este brillo de luz.
ResponderEliminarFeliz Septiembre.
Besos.
La avena baila y se baña en luz de siete en siete soplos de brisa. Así de leve. No se tronza.
ResponderEliminarA delicadeza plasmada na foto e no poema....
ResponderEliminarBeso, amigo mio
... soy la avena loca.
ResponderEliminarRecuerdo muy bien como el viento ondulaba una inmensa pradera de cebada, y no podía apartar la mirada de aquellas olas verdosas que nacían en la lejanía... una experiencia ideal para escribir un buen poema, como el tuyo.
ResponderEliminarAbrazo.
Me gusta el poema. Es verdad, todavía es verano.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Me gusta esa avena loca que se deja cimbrear por la suave brisa del viento en el verano.
ResponderEliminarBonito poema.
Precioso y certeri poema.
ResponderEliminarBesos
Pedro, ¡Qué fortaleza en la fragilidad!
ResponderEliminarY viceversa.