El centenario del fallecimiento de Benito Pérez Galdós, que se cumplió el pasado 4 de enero, revivió una vieja polémica sobre la actualidad de su obra y su importancia para la historia de la narrativa española. La devolvió a las páginas de los periódicos Javier Cercas, que sin ser antigaldosiano canónico, considera al autor sobrevalorado, le dio la réplica Antonio Muñoz Molina, defendiéndolo. Han seguido la estela de Cercas o de Muñoz Molina otros, no faltando quien ha buscado puntos de encuentro. Las polémicas sobre Galdós vienen de lejos. Ya en su vida sufrió feroces ataques por el lado de los neocatólicos, que veían en sus novelas un furibundo anticlericalismo. En su inquina, llegaron a promover una campaña para impedir que Galdós obtuviera el Premio Nobel de Literatura. Y lo consiguieron. Esta campaña siguió durante décadas. A ella vino a sumarse el desprecio estético que lanzaron contra su obra los renovadores del lenguaje a partir de finales del XIX, modernistas y vanguardistas, que apreciaban en él las claves decimonónicas de las que querían desprenderse.
Sin embargo, Galdós ha seguido teniendo fortuna editorial y contando con numerosos lectores, mucho más allá de los meramente académicos. También gloriosas e interesantes adaptaciones de sus obras al cine. Sin embargo, la televisión ha desaprovechado una fuente magnífica. Bastaría con lanzarse a convertir los Episodios Nacionales en serie televisiva moderna para difundir la historia del siglo XIX de España, en la que está todo lo mejor y también todo lo peor que somos. Los Episodios son un retrato múltiple de España, pero especialmente del gran fracaso colectivo de aquellos tiempos, el incumplimiento de la burguesía española, que no estuvo a la altura de la necesaria trasformación del país.
Una de las cosas que más claramente define Galdós es la desafortunada falta de buenos gobernantes en la historia española, que se hizo más patente en una época de cambio radical. Al final de Trafalgar, el primero de los Episodios Nacionales, un marinero que ha participado en la batalla naval cruza unas palabras con Gabriel, el protagonista. Palabras de desánimo, pero no solo por la derrota, sino por todo lo que ocurre en un sistema tan corrupto y nefasto:
-Pues de esta me despido -prosiguió el marinero-. No quiero más batallas en la mar. El Rey paga mal, y después, si queda uno cojo o baldado, le dan las buenas noches, y si te he visto no me acuerdo. Parece mentira que el Rey trate tan mal a los que le sirven. ¿Qué cree usted? La mayor parte de los comandantes de navío que se han batido el 21, hace muchos meses que no cobran sus pagas. El año pasado estuvo en Cádiz un capitán de navío que, no sabiendo cómo mantenerse y mantener a sus hijos, se puso a servir en una posada. Sus amigos le descubrieron, aunque él trataba de disimular su miseria, y, por último, lograron sacarle de tan vil estado. Esto no pasa en ninguna nación del mundo; ¡y luego se espantan de que nos venzan los ingleses! Pues no digo nada del armamento. Los arsenales están vacíos, y por más que se pide dinero a Madrid, ni un cuarto. Verdad es que todos los tesoros del Rey se emplean en pagar sus sueldos a los señores de la Corte, y entre éstos el que más come es el Príncipe de la Paz, que reúne 40.000 durazos como Consejero de Estado, como Secretario de Estado, como Capitán General y como Sargento mayor de guardias... Lo dicho, no quiero servir al Rey. A mi casa me voy con mi mujer y mis hijos, pues ya he cumplido, y dentro de unos días me han de dar la licencia.
Levanto la vista del libro. Miro cómo oscurece este primer domingo de octubre de 2020. Siempre me sorprende Galdós por la actualidad de muchos de sus párrafos. Casi dos siglos nos separan del momento en el que fue redactado este texto y mutatis mutandi... Yo seguiré leyendo a don Benito. Que polemicen.
Pues yo te acompaño en la lectura para corroborar la actualidad de esta España de Galdos tan parecida a esta España nuestra.
ResponderEliminarNo estudié a Galdós en el Bachillerato ni tampoco en la Universidad, ahora estoy planteándome leer sus "Episodios Nacionales", pero al igual que con "El Quijote", me tengo que preparar para ello.
ResponderEliminarExtraordinario texto el tuyo. Ya había oído lo de que la reacción española puso trabas para impedir que se concediera el Nobel a Galdós, pero me gustaría saber si ese turbio asunto figura en algún estudio, para conocerlo más ampliamente. Ya me dirás.
ResponderEliminarDe aquella campaña despreciable se conservan los artículos y las cartas dirigidas a la Academia sueca. Pudo verlas Unamuno, que se interesó por el tema. Por no ser prolijo, lo tienes documentado en la Vida de Galdós que escribiera Pedro Ortiz Armengol. Ahora se recoge en las biografías recientes escritas por Francisco Cánovas y Germán Gullón. Hay varios artículos académicos sobre este tema publicados en la revista de estudios galdosianos y en congresos especializados. No fue solo en una ocasión, sino hasta tres veces en las que su candidatura decayó por esta campaña en prensa, cartas y telegramas.
EliminarPues mira, yo estoy encantada de tener siempre a mano un escritor como Galdós, a la antigua, con su maravillosa capacidad de observación y sus pinceladas minuciosas de personas y cosas, garbanzos incluidos. Una pintura magistral de la vida cotidiana de su tiempo, mucho más allá de los linros de Historia. Y notamos su presencia, su punto de vista de todo, algo que molesta a Cercas, otro tipo de escritor.
ResponderEliminarSigo con Galdós, ahora estoy con Torquemada, el prestamista, un tacaño comparable a los más famosos de la literatura universal, y este no es de una pieza, tiene su corazoncito, aunque sea una rata. Y nunca falta el toque de humor.
Sigamos con don Benito. Con Cercas también, por qué no.
Yo siempre fui garbanceramente madrileña galdosiana.
ResponderEliminarEs un autor que da para mucho, aunque sus cartas, lo último que leí allá por el lejano febrero, me defraudaron un poco, esperaba más, aunque las considero interesantes para conocer los intrínguilis literarios del XIX.
Era de esperar la reacción de los neocatólicos, Galdós era una mente ilustrada y contra esto y contra la libertad de pensamiento, los ignorantes siempre se han opuesto.
ResponderEliminarTelevisión Española y el Ministerio de Cultura han perdido una oportunidad de oro al no producir algún programa con la obra de Pérez Galdós, en cosas como esta se demuestra la incultura de un país.
Saludos
Francesc Cornadó
Creo que llegué al episodio 14 o 15 o quizás a alguno anterior. Dejé de leerlos y me cuesta volver a encontrarlos y tengo la colección entera. Lo de la serie seríe más que interesante aunque creo que muchos libros requeriría varios capítulos sin se hiciese fiel al original.
ResponderEliminarLa polémica sobre Galdós me recuerda a las polémicas de Umbral sobre Pío Baroja, siendo el propio Umbral un arduo polemista.
Hago una confesión con respecto a Galdós: He leído varias de sus obras, en especial, las más conocidas por su divulgación en series de televisión y películas, y de todas ellas, me encanta "Marianela", pero cuando cogí "Trafalgar" y no pude con ella. Tanta batalla, oscurecía me lectura. Intenté algo de sus otros "Episodios Nacionales", los tuve que volver a dejar. Últimamente, he leído "Gloria" y es buena, muy buena para conocer los años en los que la desarrolla, y en especial, con una gran fuerza, tanto que en determinadas páginas, tenía que coger aire para seguir porque su historia, me dolía.
ResponderEliminarTambién me empapé en su vida, digna de otra novela, donde no recuerdo que mencionarán lo del Premio Nobel y hace pocos meses leí "Pérez Galdós en Santander" donde no llegué a verlo tampoco, aunque me centré más en algunos temas que en otros. Donde sí he leído lo de la oposición a su premio Nobel, ha sido en la Introducción de Benito Madariaga de la Campa, al libro de Galdós "Cuarenta leguas por Cantabria" que está en PDF .
Besos
Tengo 8 entradas en mi blog dedicadas a Benito Perez Galdós, 7 de ellas kilométricas de cuando leímos La Estafeta Romántica en 2013, o sea hace ya 7 años. Cómo pasa el tiempo. Todavía recuerdo como disfruté esa lectura y la actualidad de sus personajes que trascienden la época. ¿Quién puede decir que está sobrevalorado o que no tiene actualidad? Me sumo a su defensa.
ResponderEliminarBesos
PD- Lamento haber llegado tan tarde a comentar esta entrada y te pido disculpas por ello.
ResponderEliminarTengo pendiente el episodio dedicado al Sitio de Zaragoza, y siendo que vivo ahora en uno de los lugares emblemáticos de los sitios debería leerlo. Pero también tengo pendiente tu libro. No siempre es posible leer todo lo que querrías. ¿Sabes esa sensación de cuando tienes un libro, un disco, que sabes que te va a gustar y no puedes aún leerlo pero también disfrutas con la espera, porque sabes que te van a gustar? Pues eso con tu libro. También es verdad que estoy priorizando El Quijote, que es largo.
ResponderEliminarUn abrazo