sábado, 25 de abril de 2020

Ama y ensancha el alma


Hoy también ha tronado. Los relámpagos se veían al otro lado de la sierra, hacia Extremadura. ¡Qué cerca y qué lejos la tierra extremeña! Nada más bajar de Puerto de Béjar -ese descenso prodigioso en el que suben cinco o seis grados la temperatura-, ya está allí Extremadura, incluso Puerto es medio extremeña, como diría Manolo Chinato, al que no le importa dónde esté la frontera. Espero que esté bien Chinato. Todavía recuerdo aquel día en el que me lo presentaron (yo iba con Mayca y Manolo Casadiego), la barra de su bar entre los dos, recitándonos sus poemas: Quisiera que mi voz fuera tan fuerte / que a veces retumbaran las montañas / y escucharais las mentes social adormecidas / las palabras de amor de mi garganta. Seguro que está bien. Hace tiempo que dejó de regentar su bar en Puerto, pero no dejó su campo, su tierra.

Hay que dejar el camino social alquitranado
porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas,
hay que volar libre al sol y al viento
repartiendo el amor que tengas dentro.

Ama y ensancha el alma, dice Chinato. Y no puedo dejar de oír la canción que hizo popular Extremoduro con su poema cuando me acuerdo de él.

Todavía quedan quince días de confinamiento estricto. Si no ocurre nada, en dos semanas nos permitirán salir de forma más libre, pero desescalada, como dicen. El término es correcto en español, pero qué extraño se me hace, quizá desescalonar. ¿Qué escalones nos quedan a cada uno de nosotros, qué escalones me quedan por descender, qué rampas, qué peñas? Y después, a qué llano llegaremos mientras la enfermedad esté al acecho. Pero no queda otra, hay que salir al mundo para hacerlo mejor, incluso en contra de los que preparan el odio futuro y la rabia. O precisamente por eso.

Intento amar a la manera de Chinato, pero qué difícil es limpiarse de asfalto la suela de las botas y echarse al monte para ser uno y naturaleza. Este amor nos debería hacer olvidar tanta soberbia y ceguera. Amar, amar y ensanchar el alma.

7 comentarios:

  1. Veamos las caras de los niños que salen por primera vez tras 43 días.

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  2. Cuando acaece la tormenta, los relámpagos, el cielo plomizo, yo también he sentido la cercanía de un paisaje lejano. El mal tiempo y el infortunio pueden traernos alguna lección de humanidad.
    Tengo pocas esperanzas. Sí. Confío, sin embargo, en la poesía y en las ganas de vivir.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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  3. Eso es, salir al mundo y hacerlo mejor. Pisar tierra y echarse a andar en mayo, con cautela, aunque esté nublado. Hoy ensanchaba el alma ver a los niños.

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  4. No es nada mala la recomendación de Chinato que transcribes en tu texto; supongo que lo que más ensancha el alma es AMAR... el concepto viene de antiguo... pero en todos los tiempos y casi a todas las horas lo que más hemos hecho es guerrear...

    No sé qué nos espera a la vuelta de la esquina de la estadística de cada día, pero el signo de este tiempo no hace presagiar un mañana tranquilo... ojalá que todo se ordene sana y armónicamente y podamos volver a donde lo dejamos para darle a nuestra libertad la oportunidad de revisar y repensar el patrón social que nos condujo hasta esta coyuntura que atravesamos y la oportunidad de cambiar lo que no ha funcionado ni funciona... ¿Una catarsis social? No lo creo, aunque lo pienso, no con optimismo, sino con realismo, precisamente por eso no lo creo... pienso que estamos en una de las mayores encrucijadas en las que ha estado la humanidad, no sé cuántos caminos podemos imaginar que parten de ella (cada cual tendrá sus pensamientos y sus ideales de presente y de futuro), pero no podemos elegir el mismo que nos ha traído hasta donde estamos... NO. Creo que he leído que Einstein definía la locura como "hacer siempre lo mismo esperando resultados diferentes"... pues ya veremos cuán cuerdos estamos...

    Y al hilo de la frase de Chinato, pongo aquí otra frase de Saint-Exupéry: "Si queremos un mundo de paz y de justicia, hay que poner, decididamente, la inteligencia al servicio del amor".

    Abrazo

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  5. Todo lo que ha sido subida, ahora es bajada. Pero claro, para volver al mismo nivel no vale la pena haber vivido esta experiencia.

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  6. Cuando te escrib esto, ya estamos en la desecalada. Todo tiene su empiece y su fin. Porque siempre que llueve,escampa, pero a veces el tiempo parece que dura más o menos dependendiendo de muestra forma de ser y/o estar.
    Besos

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