Ya está cerca la flor del viejo almendro, ya está cerca. Apenas promesa aún, frágil anuncio. Recuerdo hoy aquellos almendros de mi infancia. Cuatro vigorosos, que escalábamos los niños para aventurarnos al cielo, dos enfermos y uno muerto, que servía de poste al tendedero en el que mi madre ponía a secar las sábanas. Se agitaba la ropa con el viento, jugaba con la luz y blanqueaba el aire: blancas también las flores de los almendros cuando anunciaban la primavera. La urbanización de aquella zona, a las afueras de la ciudad, los arrancó de cuajo, descorazonando la tierra.
Cada año temo perderme la floración de los almendros. En este me ha burlado: o bien ya habían perdido la flor cuando llegaba o no se habían abierto aún cuando marchaba. Antes de subirme al tren he visitado los almendros que suelo fotografiar cada año para traerlos aquí, esperanzado, como si el deseo pudiera adelantar el tiempo. A estos almendros les faltan apenas unos días, quizá unas horas, pero he de tomar el tren y salir de viaje. Quizá este año no tenga primavera.
Cada año temo perderme la floración de los almendros. En este me ha burlado: o bien ya habían perdido la flor cuando llegaba o no se habían abierto aún cuando marchaba. Antes de subirme al tren he visitado los almendros que suelo fotografiar cada año para traerlos aquí, esperanzado, como si el deseo pudiera adelantar el tiempo. A estos almendros les faltan apenas unos días, quizá unas horas, pero he de tomar el tren y salir de viaje. Quizá este año no tenga primavera.
Es una flor tan bella como frágil. El conjunto de almendros en flor produce un paisaje que nunca se olvida.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Lo que no ha habido es invierno, hasta las alergias están locas.
ResponderEliminarSiempre tendras primaveras.
ResponderEliminarBusquemos antes de que sea tarde de todo alguna clase de primavera dentro de nosotros. No nos conviene obsesionarnos con el otoño antes de tiempo, que ya se ve a mucho renunciante. Y no te preocupes si el rito de tu visión de almendros te falle este año, vendrán otros años y otras visiones.
ResponderEliminarLa delicadeza de la flor del almendro enamora.
ResponderEliminarNo sé qué habrá sido de los del Parral.
Besos y seguro que la tendrás.
Por el sur está toda en flor.
ResponderEliminarBesos.
Almendros, cerezos, flores blancas e inmaculadas para anunciar con anticipación el cambio de estación. Aquí tenemos las mimosas, planta invasora donde las haya, pero que hemos terminado por asociar con la primavera.
ResponderEliminarLa primavera siempre llega y en especial, cuando se trata de la tuya. Bueno, hasta que llegue el calorcito de un verano estelar.
ResponderEliminarBesotes, todavía desde Brasil.
Tu foto es hermosa.
Habrá primavera, más o menos cálida, más o menos florida, más o menos lluviosa... espero que los hielos no se carguen los brotes de los almendros... y algunas otras más...
ResponderEliminarEn mi recuerdos de infancia también se han instalado, esas flores del almendro, pero en los míos no hay ropa tendida, están, allí a lo lejos, casi difuminados como lágrimas blancas, los que miraba desde la tronera de mi casa, aquellos que aún siguen, los del monte, compañeros del enebro.
ResponderEliminarHas podido comprobar que la primavera: siempre vuelve.
Besos