lunes, 5 de septiembre de 2016

Inicio de curso

Espacio central del antiguo Hospital Militar de Burgos, nueva sede de la Facultad de Humanidades y Comunicación

Hoy he comenzado mis clases del presente curso en la Universidad. Por muchos años que uno tenga y por mucha que sea la experiencia acumulada, el retomar las clases y conocer al grupo de estudiantes con los que vas a compartir unos meses de su carrera universitaria es siempre un reto y una aventura. Comencé a dar clases en la Universidad en los años ochenta y hasta hoy he tenido siempre la misma sensación el primer día de curso. Han cambiado varias veces las modas de vestir y de relacionarse con el profesor, se ha introducido definitivamente la tecnología digital en la docencia, la forma de afrontar las clases se ha trasformado. He notado lo que mis profesores me decían: se te quedan anticuados los chistes y las referencias con las que partías entonces y de pronto te das cuenta de que la mayor parte de tus alumnos tienen la edad de tu hijo y que no han visto las películas o las series de televisión que tú viste y consideras tan importantes o que no han leído aquellos libros que te marcaron. Por suerte, estar en contacto con jóvenes te mantiene, de alguna manera, joven porque debes interactuar con ellos, comprenderlos para hacerles llegar los conocimientos que consideras imprescindibles.

Si tuviera que resumir mucho, diría que en la forma de afrontar la docencia universitaria han cambiado, sobre todo, dos cosas más allá de la tecnología. En primer lugar, en ninguna de las carreras universitarias se pretende que un estudiante aprenda todo durante los años de su estancia en la Universidad -antes tampoco sucedía pero se fingía que era así-, lo que nos lleva a una formación permanente y a considerar la estancia en la Universidad como la etapa de adquisición de los conceptos fundamentales pero, sobre todo, de las destrezas y competencias que permitan renovar los conocimientos cada cierto tiempo. En segundo lugar, hemos pasado a considerar al estudiante como la pieza fundamental en el proceso de aprendizaje, no al profesor. Todo ello ha sido favorecido, evidentemente, por el desarrollo de las teconologías digitales, la facilidad de acceso a la información y la velocidad en el intercambio de conocimientos.

Por otra parte, el sistema universitario español y, en especial, la Universidad pública, arrastra las deficiencias del proceso de adaptación al sistema de Bolonia. El lamentable ministro Wert -al que tardaremos en olvidar-  intentó una reforma que provocó graves problemas en la gestión universitaria (que sí necesitaba una reforma pero no a la manera Wert) y que tampoco llegó a nacer. Así estamos desde hace un par de años, con una normativas que no son las mejores posibles y a la espera de que alguien se decida a hacer algo que reoriente, fortalezca e impulse el sistema universitario español. De todo ello ya he hablado mucho en este blog, así que evitaré repetirme hoy. Eso sí, tendremos que esperar a la formación de gobierno y que el nuevo ministro sea capaz de gestionar un  pacto educativo -todo el sistema está cogido con hilos-. Es imprescindible y urgente. Yo, que siempre he sido optimista, me voy creyendo que no lo veré hasta después de mi jubilación. Mientras tanto, cada uno hace lo que puede de la mejor manera que sabe. Yo entro en clase todas las semanas e intento explicar literatura, que es lo que me toca.

13 comentarios:

  1. El que enseña lo que sabe y lo hace de forma didactica está trasmitiendo conocimientos, de una forma y otra, la simiente arraiga.

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  2. A nuestra universidad hay que darle la vuelta como a un calcetín, no se puede aceptar que un país de la importancia de España no tenga, según los ranking, una entre las 20 primeras, nuestro problema educativo y universitario no solo es de Wert, nuestro problema viene desde muy atrás.

    Saludos

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  3. ¡Felicidades!, Pedro, ojalá que tus estudiantes disfruten y sepan valorar
    tus clases tus clases, porque ellos no lo saben aún pero son privilegiados
    por tenerte, Por suerte para los estudiantes venideros aún te quedan
    muchos años para la jubilación.

    Y ojalá también que el nuevo Ministro de Educación impulse las reformas necesarias.

    Besos

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  4. Según te leía me preguntaba en qué forma sustancial pueden haber cambiado las nuevas tecnologías la forma de enseñar literatura. ¿Compartir, quizá, comentarios y visiones a través más allá de las paredes del aula utilizando las distintas plataformas?

    Las ventajas de las nuevas tecnologías en los estudios de lengua, ahora con la eclosión de los corpus, me parece bastante más clara.

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  5. Según le he dado al "publicar" he recordado los MOOC, esos cursos gratuitos a través de Internet, y para mí son una gran plataforma de acceder o ampliar conocimientos sobre determinados autores o temas. Yo he hecho alguno sobre autores británicos impartidos por universidades británicas, y he llegado casi hasta el final, alguno era realmente intenso, pero también me he aburrido al segundo día en más de uno importido por un gran profesional español, lo conozco en directo, que a través de las Web duerme a las ovejas.

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  6. A Universidade deve ser como a vida, em constante mudança.Portanto, nunca será o bastante tentar adaptar-la.É um indicativo docaminho para o futuro

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  7. En tu caso lo primero que les diría a los alumnos es que leyeran La acequia, diez años de enseñanza continuada de literatura dan para estudiar dos carreras por lo menos.

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  8. Bonne rentrée, Pedro.
    Yo tampoco lo veré, pero a fin de cuentas en esto lo único que cuentan son ellos, los chavales.
    Lo demás...
    Espero que las vacaciones hayan sido reparadoras y llenas de oxígeno ;)

    Besos.

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  9. Puede que el alumno sea central. Pero el profesor, el maestro -quizá esté un poco anticuado- es tan importante, tan básico y fundamental.

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  10. Feliz curso académico, espero que disfrutes, como siempre lo haces, enseñando y enseñándonos.

    Un abrazo

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  11. Espero que hayas descansado lo suficiente, Pedro, y sí, cada uno hace lo que puede de la mejor manera que sabe.

    Un abrazo

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  12. Los q te conocemos sabemos la importancia del profedor mas aun cuando ama lo que hace. Claro que todo cambia...pero la instrucción queda querido Pedro,Afortunadamente.

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