jueves, 15 de septiembre de 2016

Cuando había que viajar para conocer el mundo, noticias de nuestras lecturas y cambios en el listado para el presente curso.


Las Cartas marruecas parten de un conocido y acertado juego narrativo. El género epistolar es el apropiado para el fin que se proponen. Hoy, que ya se ha perdido la costumbre de escribir cartas -sustituidas por la inmediatez y el descuido formal del correo electrónico- solo los mayores de una cierta edad recordaremos la trascendencia que suponía escribir o recibir una en la que se daba cuenta de las circunstancias personales en las que se encontraba quien lo escribía quien, además, redactaba el texto para un receptor especial, concreto, que se convierte en el lector ideal de la carta. El sosiego que exigía escribir una larga carta, la emoción de echarla al buzón o recibirla de manos del cartero, es algo que todos recordamos.
 
Aunque no es un género nuevo -el Lazarillo es una larga carta, en el Quijote hay cartas, en el teatro barroco es habitual su uso como recurso dramático-, en el siglo XVIII adquiere la extensión e intención moderna hasta el punto de que poder definir toda una narración. Es un recurso narrativo inteligente porque da verosimilitud formal a una historia en la que alguien cuenta lo que ve como observador no implicado en el país y situaciones que visita. Con esto, el autor puede distanciarse de lo narrado cuando es una crítica de costumbres de su propio país: finge no ser él quien lo cuenta sino un extranjero, con lo que de esta forma se exime de responsabilidad.

La carta permite también dotar de naturalidad e intimidad a lo contado en una época en la que las relaciones sociales están más ritualizadas que hoy en día. En el siglo XVIII lo que se contaba en una carta de este tipo no se decía usualmente en público. Es una forma de conocer mejor a los personajes y sus relaciones, con mayor profundidad psicológica, y de abordar temas que de otra manera quedarían fuera de la literatura o no se tratarían así. La intimidad -otra de las cosas que hoy en día han casi desaparecido- permitía el desahogo sincero. Por eso, la epístola tuvo mucho éxito en las narraciones galantes (o eróticas).

Estas son las razones por las que Cadalso escoge este género, aparte de la moda y prestigio que había adquirido con las Cartas persas. Pero hay otra, a mi modo de ver, que la conecta con la propia biografía del autor, viajero por Europa. En la primera carta de la serie, Gazel, el corresponsal árabe en España, ha decidido quedarse tras cumplir su función en la embajada de su país ("He logrado quedarme en España después del regreso de nuestro embajador") y conocer mejor el país. Por aquellos años, entre los jóvenes europeos pertenecientes a las clases acomodadas, comenzaba la costumbre del viaje como parte de su formación. Estos eran muy diferentes a las excursiones turísticas que hoy llamamos viaje de vacaciones. Aquellos viajeros pasaban meses o años en los sitios visitados, se integraban en las costumbres del país e intentaban conocerlo, aprender el idioma y hacer amistades que solían durar toda la vida. Esto es, exactamente, lo que quiere hacer Gazel para comprender mejor España:
 
         Mi ánimo era viajar con utilidad, y este objeto no puede siempre lograrse en la comitiva de los grandes señores, particularmente asiáticos y africanos. Éstos no ven, digámoslo así, sino la superficie de la tierra por donde pasan; su fausto, los ningunos antecedentes por donde indagar las cosas dignas de conocerse, el número de sus criados, la ignorancia de las lenguas, lo sospechosos que deben ser en los países por donde caminan, y otros motivos, les impiden muchos medios que se ofrecen al particular que viaja con menos nota.
Me hallo vestido como estos cristianos, introducido en muchas de sus casas, poseyendo su idioma, y en amistad muy estrecha con un cristiano llamado Nuño Núñez, que es hombre que ha pasado por muchas vicisitudes de la suerte, carreras y métodos de vida. Se halla ahora separado del mundo y, según su expresión, encarcelado dentro de sí mismo. En su compañía se me pasan con gusto las horas, porque procura instruirme en todo lo que pregunto; y lo hace con tanta sinceridad, que algunas veces me dice: «De eso no entiendo»; y otras: «De eso no quiero entender». Con estas proporciones hago ánimo de examinar no sólo la corte, sino todas las provincias de la Península. Observaré las costumbres de este pueblo, notando las que le son comunes con las de otros países de Europa, y las que le son peculiares. Procuraré despojarme de muchas preocupaciones que tenemos los moros contra los cristianos, y particularmente contra los españoles. Notaré todo lo que me sorprenda, para tratar de ello con Nuño y después participártelo con el juicio que sobre ello haya formado.


En las Cartas marruecas está en gran medida el espíritu abierto, cosmopolita, viajero e ilustrado de la Europa de su tiempo, cuando se intentaba comprender el cambio sociológico que traía la modernidad y sus efectos sobre la gente. Y también la mirada de un viajero cuando aún había que viajar para conocer las cosas y no bastaba con encerrarse en la propia habitación ante el monitor de un ordenador o un teléfono móvil.

Es fácil encontrar buenas ediciones en papel de esta obra -uno de los clásicos de la literatura española-  dirigidas tanto a un público especializado como al público en general. En internet recomiendo dos: la reproducción fotográfica de la primera edición (1793) en la Biblioteca Nacional y una cuidada edición moderna alojada en el portal que la Biblioteca Vritual Miguel de Cervantes dedica al autor.


Noticias de nuestras lecturas

Entre presente y pasado, lecturas y vidas, comienza su andadura por este título de Cadalso María Ángeles Merino, aún a riesgo de chocar con un pokemon...

Sobre la falta de entendimiento o/y de vergüenza en los políticos españoles  nos habla Mª del Carmen Ugarte García al hilo de la lectura de Cadalso... eso sí, tras buscar y no hallar a la mitad de la población española en la obra...

Sobre el tema de la decadencia de España en la obra de Cadalso y sus causas publica una interesante y apasionante entrada Pancho. Hasta el final, en el que Serrat trabaja sobre los buenos tiempos y la chapuza...

Luz del Olmo escribe una Carta a Fátima, que nos lleva tanto a la ténica de Cadalso como a nuestro presente. Al enfrentarnos con nuestro presente, Luz saca la mejor de las lecciones de las Cartas marruecas. Un regalo para este club que no os podéis perder.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos. El listado de lecturas del presente curso, en este enlace.


Cambios en listado del presente curso

A veces hay circunstancias que obligan a cambiar los planes. Hasta ahora, el listado de títulos que os proponía cada curso sufría escasas variaciones o ninguna. Siempre es difícil elaborar un listado que parezca del agrado de un público tan heterogéneo, amplio y diverso como los que siguen este club de lectura, tanto en su formato presencial como en el virtual. Por eso todos los años os solicito que me propongáis títulos que sean de vuestro interés.

Compaginar ambos formatos supone un esfuerzo de organización, sobre todo por las actividades paralelas a las lecturas (inauguración y clausura, encuentro con autores, presentaciones de libros, etc.). Entre otras cosas, dado que este club se sigue desde diferentes países, hay que contemplar la dificultad a la hora de adquirir los libros propuestos a tiempo para su lectura y comentario. También supone esfuerzo estar al tanto de los comentaristas habituales. Todo esto lo hago con agrado porque este club de lectura, desde su nacimiento en el año 2008, no me ha dado más que satisfacciones. Una de ellas el crecimiento en seguidores, comentaristas y visitantes en las entradas semanales.

Este año ha surgido alguna dificultad que me ha llevado a modificar el orden propuesto. Por eso, me veo en la necesidad de retrasar la lectura de Brillante, el poemario de Luis Ángel Lobato, y Pasos en la piedra, la más que interesante novela de José Manuel de la Huerga. Hasta que confeccione el nuevo orden de los títulos que os sugeriré leer en el presente curso, los primeros quedan como siguen: 

-Septiembre. Lectura de las Cartas marruecas, de José Cadalso. Este título, que ya está sorprendiendo a muchos lectores por la modernidad de algunos de sus análisis de la realidad sociológica e histórica de España, terminaremos de leerlo y comentarlo aquí el  29 de septiembre.

-Octubre. Lectura de Queremos que vuelvan, novela negra del joven burgalés Miguel Ángel Santamarina, que toca temas muy actuales con una narración ágil y entretenida que, además, hace pensar y deja un fuerte recuerdo tras terminarla. Podéis encontrarla en la libería Luz y Vida de Burgos (también alguna más de esta ciudad cuenta con ejemplares) y a través de Amazon, que la sirve en pocos días, en este enlace. Más información en la página del autor. Como recordarán los lectores habituales de La Acequia, tuve la fortuna de ser quien presentara esta novela en Burgos. Al final de la lectura, el autor tendrá un encuentro con los lectores del club, abierto al público general.

La próxima semana informaré del resto de títulos. Al final del curso tendremos Brillante y Pasos en la piedra. A partir de noviembre valoro introducir Las inglesas de Gonzalo Calcedo (un delicioso volumen de cuentos), Don Quijote de Manhattan (Testamento yankee) de Marina Perezagua (una divertida narración de esta autora española, en la que Don Quijote y Sancho Panza se pasean por el Nueva York actual), A sangre y fuego de Manuel Chaves Nogales, una selección de las novelas breves de María de Zayas y Patria de Fernando Aramburu (uno de los mejores novelistas españoles de hoy), pero admito sugerencias que debéis hacerme llegar cuanto antes.


El Club de lectura de La Acequia comenzó el jueves 24 de abril de 2008 con la primera lectura colectiva del Quijote realizada en el mundo con los medios de la web 2.0. Esta iniciativa de lectura de la novela cervantina permanece abierta para aquellos que quieran sumarse a ella en cualquier momento en este enlace y puede usarse como la única guía de lectura completa del Quijote disponible hoy en Internet, con licencia Creative Commons 4.0.


El éxito del proyecto impulsó el lanzamiento de uno de los clubs de lectura más antiguos en Internet en español, gratis y en abierto. Durante el curso académico se propone la lectura de un título al mes, de todos los géneros: narrativa, poesía, teatro y ensayo. Se alternan autores clásicos con autores vivos y por él han pasado títulos de Miguel de Cervantes, Óscar Esquivias, Gustavo Adolfo Bécquer, Eduardo Mendoza, Valle-Inclán, Lope de Vega, Juan Cavestany, Almudena Grandes, Pío Baroja, Lorenzo Silva, Antonio Machado, Miguel Delibes, Jesús Carrasco, Benito Pérez Galdós, Antonio Muñoz Molina, Pablo Neruda y Laura Castañón, Gonzalo Torrente Ballester, María Teresa León, Leandro Fernández de Moratín y José Luis Sampedro, Avellaneda, Carmen Laforet, José Antonio Abella, Carmen Martín Gaite, Mario Vargas Llosa, Antonio Muñoz Molina, Fermín Herrero, Núñez de Arce, Diego Fernández Magdaleno, José Jiménez Lozano, Pedro Calderón de la Barca, Emilia Pardo Bazán, José Cadalso, Sara Mesa, Mariano José de Larra...
La ventaja de este club de lectura es que absolutamente voluntario. Nadie tiene más pretensión que el de la lectura en común de las obras y el encuentro con los autores que quieren acompañarnos. No depende de ningún interés editorial y, por lo tanto, aquí no leemos bajo presiones comerciales o modas. Quien quiere sumarse a la lectura y a las actividades que programamos a lo largo del curso es bienvenido y puede hacerlo en parte del listado anual o en su totalidad, compartiendo con todos sus opiniones -que no tienen por qué ser siempre positivas- o en silencio, como guía de lectura personal. Y, además, al leer un libro al mes puede hacerse compatible con cualquier plan de lectura personal o con los propuestos por otros clubs de lectura.

Desde el año 2011 cuenta con dos formatos:
 
  • El club de lectura virtual, al que pueden sumarse libremente todos los aficionados a la literatura. En La Acequia se publican todos los jueves entradas correspondientes al libro del mes, más un resumen de las noticias de las lecturas en las que se enlazan los blogs del resto de los participantes. También puede seguirse el club de lectura a través de comentarios en las entradas correspondientes o como meros lectores.  Súmate a la página del Club en Facebook en este enlace.  Si decides seguir la lectura publicando aportaciones en tu blog, te agradecería que me lo comunicaras para incorporarlas en las noticias semanales.
  • El club de lectura presencial, sostenido por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos, que se reúne una vez al mes para comentar el título correspondiente. Se programan también encuentros con los autores de las obras (hasta ahora hemos celebrado sesiones con Laura Castañón, José Antonio Abella, Fermín Herrero, Diego Fernández Magdaleno y Jaime Covarsí y viajes a los espacios de algunas de las obras leídas (El hereje nos llevó a Valladolid, El río que nos lleva a Aranjuez y las Crónicas de la guerra de África a Tánger, con Cervantes y Jaime Covarsí viajamos a Alcázar de San Juan y Campo de Criptana). Este segundo formato tiene plazas limitadas y hay que inscribirse al comienzo de cada curso. 


ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

5 comentarios:

  1. Qué libro tan moderno, todavía, no obstante lo olvidado que está, en parte por aquello de ser ya antiguo, en parte porque nos lo obligaron a leer (mal leer) en los estudios y no le cogimos todo el punto que tiene. Mira, yo mismo ya lo tenía bastante ignorado y tal como van las cosas de la España post moderna igual el cuerpo me pide retomarlo y consolarme con sus valoraciones.

    Lo del correo...aquellas cartas que nos traían emociones y noticias, éstas no siempre buenas, por supuesto, han sido sustituidas por el estrés, el vértigo, la dejadez de lo inmediato en las nuevas y diversas formas de correo electrónico.

    Un abrazo.

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  2. Había que viajar y los viajes, aparte de ser costosísimos, constituían una incómoda aventura. Recordemos el artículo La diligencia de Larra.
    Marruecos era lo más cercano de lo lejano. Gazel es un personaje ficticio que quiere conocer el país con una mirada en blanco. Nuño es su guía, un mentor que desea quedarse en el justo medio, donde vive la virtud; pero incluso a alguien tan comedido como Cadalso le resulta difícil. Gazel consulta también a un viejo y sabio paisano. Ben Beley. Tres personas distintas y un sólo Cadalso verdadero para hablar de lo único que interesa y conoce bien: España. La del XVIII, de la que algo nos queda...o arrastramos.
    En mi primera entrada, cacé junto a las cartas: historia. leyenda y recuerdos de los marroquīes de carne y hueso que conocí en las aulas. Sentimientos muchos y ni un sólo pokemon. Myriam me entendió muy bien.
    Seguimos hablando. Un abrazo.

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  3. Excelente lección sobre el género epistolar, un truco narrativo eficaz como demuestra Cadalso en estas Cartas marruecas, muy utilizado en la narración desde los primeros autores hasta la actualidad, como hemos visto aquí en numerosas ocasiones en diferentes lecturas. Incluso saber escribir cartas era un talento apreciado por las sociedades antiguas que incluso permitía vivir de ello.
    Vas ampliando al relación de títulos, de "Patria" de Fernando Aramburu se lee mucho por ahí últimamente.
    Un abrazo.

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  4. Gracias por tu comentario. Es cierto que escribir cartas se ha perdido, sustituído por los correos electrónicos. En cierta manera tiendo a pensar que mis hijos, como tantos otros, trabajando por Europa, lo que están es conociendo mundo, aunque no es exactamente así. "Familias acomodadas", no es nuestro caso. Es un libro fácil de leer, y yo no lo leí en bachillerato, aunque conocía el título.

    Un abrazo

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  5. He terminado la lectura de las Cartas Marruecas
    que me ha gustado mucho. Estoy pensando en mi aporte,
    no se si llego a publicarlo antes de irme de viaje.
    Trataré, pero no puedo prometer.

    Igualmente, encargué el próximo libro, pero
    ignoro si alcanzo a recibirlo antes de tomar el avión,
    Veremos, ojalá que sí, porque me gustaría leerlo
    durante el vuelo.

    Besos

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