Toda la sierra candela. Camino al arroyo de la Paloma. Tenía ganas yo de volver al rumor de la flor del castaño, que comienza también a tapizar los caminos. Por estas peñas ando, mientras pienso en esta vieja España, vieja, vieja, tan vieja que hasta lo nuevo envejece con tanta rapidez que amarillea y todo es mesa de truco y nonada. Llegarán tiempos mejores pero no son estos. Ahora, hacia arriba, arriba, entre los castaños, oliendo a candela y al fresco de la tarde. Qué ganas.
Las sierras nos salvan. Me encanta esa capacidad de condensar en una frase una idea que nos revolotea a todos y quizás no sabemos precisar. El envejecimiento de lo que parecía nuevo es un trago amargo.
ResponderEliminarSaludos
No conozco tu sierra pero gracias a ella he aprendido que la candela puede ser una flor.
ResponderEliminarLlegarán tiempos mejores
ResponderEliminary el rumor de la flor del castaño,
te lleva consigo mi abrazo...
Sigamos caminando mientras esa luz llegue.
ResponderEliminarY dejemos atrás a los trileros y trampantojos a la orilla del camino.
Han de llegar tiempos mejores... sigamos subiendo.
¡Qué ganas!, sí. ¡Qué ganas!
Besos, Pedro.
Ahora toca esto, el monte, ya llegarán tiempos mejores, y peores, más adelante.
ResponderEliminarUn abrazo