Bastaría el primer cuento de esta colección para convertir a María Teresa León en uno de los autores que mejor han cultivado el género en la literatura española. Gran conocedora de las fuentes clásicas, de las estructuras tradicionales y su desarrollo convencional desde el siglo XIX, María Teresa León introduce el cuento infantil en la vanguardia por el lugar más apropiado. Juega en Rosa-Fría, patinadora de la Luna con un personaje que parte de un soneto que Rafael Alberti publicó en Marinero en Tierra (1924), el poemario con el que consiguió el Premio Nacional de poesía y que lo convirtió en una de las voces poéticas más importantes de la nueva generación. De él debió llamarle la atención su modernidad: presenta Alberti un personaje femenino que es todo dinamismo, modernidad estética, en medio de un paisaje helado. Sobre ese personaje construye todo el relato. En ella se respeta, aunque no lo parezca en una primera lectura, una de las estructuras más tradicionales del cuento infantil: la protagonista sale de casa y debe realizar una hazaña en la que triunfa por su habilidad pero, sobre todo, por el cariño generado por su personalidad y comportamiento que le vale el apoyo de otros seres -en este caso, no humanos porque nos movemos en el mundo de la fábula- y objetos mágicos. Gracias a todo ello, sale victoriosa de la prueba en la que arriesga su vida y puede, finalmente, volver a su casa. Como en todos estos cuentos, se contribuye a superar temores universales. En el fondo, este cuento es uno más de los que cuentan ritos de iniciación, de paso hacia la madurez progresiva de los niños. Y aquí viene la habilidad de María Teresa León: comprende cómo el surrealismo le ofrece una oportunidad de renovar el género.
El temor a la noche -la oscuridad, la posibilidad de no despertarse, de no controlar lo que sucede cuando se está dormido- y a todos los seres nocturnos -ruidos, Luna, estrellas, animales, monstruos- es uno de los universales más extendidos en todas las culturas humanas. La vaca que entra por la ventana de la niña es una metáfora del tiempo inevitable que saca a la niña del refugio del hogar y la expone a los riesgos del mundo. Si el cuento trascurre en ese tiempo nocturno, nada mejor que el surrealismo para enfrentarse a lo onírico.
Sobre esa estructura tradicional tratada con la vanguardia surrealista pone María Teresa León ese personaje de Alberti con otra intención, una mirada de género. Protagoniza el cuento una niña, una niña que ya no está educada para ser una mujer convencional que espera en el hogar, sino que es deportista, campeona de patinaje y soñadora de trofeos, que es capaz de saltar por la ventana y arriesgar su vida y triunfar sobre todos los peligros que en la fábula se le enfrentan. Hay muchos felices hallazgos en este cuento, pero este es el principal de ellos.
Noticias de nuestras lecturas
Coro Entreaguas recrea con delicadeza el cuento de Rosa-Fría, la niña que subió a la Luna.
Gelu publica su primera entrada sobre la colección de cuentos de María Teresa León. En ella encontraréis el recuerdo a mi añorado amigo Juan Carlos Estébanez, gran conocedor de la obra de esta escritora.
Pancho comenta con sagacidad el origen del cuento de María Teresa y su dinamismo desde la perspectiva de la protagonista.
Mª Ángeles Merino comenta La tortuga 427 dialogando con su sobrina en una deliciosa entrada.
Myriam juega y se desata para comentar iluminándolo el cuento de La tortuga 427. Y le sale por Gardel.
Myriam juega y se desata para comentar iluminándolo el cuento de La tortuga 427. Y le sale por Gardel.
Mª Ángeles Merino se arriesga con el chocolate y el veneno para comentar La saga/fuga y enlazarla con María Teresa León, un arriesgado ir y venir por el Vena.
Bastaría la cuarta entrega de Gelu sobre La saga/fuga para comprender el humor de Torrente y su capacidad de jugar con la materia narrativa y con el lector.
Bastaría la cuarta entrega de Gelu sobre La saga/fuga para comprender el humor de Torrente y su capacidad de jugar con la materia narrativa y con el lector.
En su comentario de la novela, Pancho llega a un momento clave, cuando se junta la sexualidad y el inicio de la tragedia, un momento en el que todo se inclina hacia la destrucción del paraíso...
Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.
Olá.
ResponderEliminarPasseando por aqui, para desejar-te um período Pascal com: alegria, saúde paz, e muita reflexão.
A Família, continua e continuará, sendo a sustentação deste grande arco humano, que chamamos de relacionamentos.
Um abraço fraterno.
No nos podíamos imaginar que existían estos cuentos tan extraordinarios. Tienen la magia de los cuentos pero sin ñonerías. Confío en que haya maestros de primaria que los conozcan y los hagan llegar a los niños.
ResponderEliminarY para los mayores serán un descubrimiento.
La vanguardia puede estar en los cuentos, increíble.
Lo pasé muy bien con la patinadora y con la tortuga. Y dialogando con una niña que está en mi corazón, aunque la tenga lejos.
En cuanto a don Torcuato, me busqué el antídoto a tiempo. El sorbito de Saga/Fuga fue muy satisfactorio. Me tomé ayer otro en torno a no sé qué trompas.
Besos, feliz viernes santo o no tan santo.
bien por quienes siguen las lecturas sugeridas Pedro,
ResponderEliminaryo la verdad es que paso , tengo tantas otras pendientes de mi gusto más personal que prefiero intentar hacer las propias sin más que por el placer de leerlas
besitos
Cierto, esa niña para la época era de avanzada, vence sus miedos, gana con ayuda de sus amigos.
ResponderEliminarMe he divertido escribiendo mi aporte, cuando empecé hacerlo no sabía por dónde iba a salir.
Me gustan todos a excepción de uno que me parece tristisimo: el de Bancanieves derretida y tragada el agua por un perro... a menos que el perro hable, claro y tenga una gran vida.
Besos
Buenas noches, profesor Ojeda:
ResponderEliminarDe los cuentos de María Teresa León, el que más me ha gustado es el de 'Rosa-Fría, patinadora de la Luna'.
En los restantes, haría algún cambio.
Lo explicaré en la próxima entrada.
Un abrazo
La metáfora juega un importante papel
ResponderEliminarUn abrazo
La autora recoge los cuentos tradicionales transmitidos oralmente de padres a hijos y los transforma a su manera de concebir la literatura, dándole una nueva dimensión al anacronismo, que seguramente no pase de ser otro nuevo anacronismo o antigüedad. ¿Quién ha dicho que lo tradicional sea rancio? García Lorca es otro ejemplo de perduración de la literatura, no solo en Poeta en Nueva York, los elementos vanguardistas ya estaban bien presentes en el Romancero Gitano.
ResponderEliminarOtra lección magistral de literatura que nos regalas en este breve comentario. Dice más que libros enteros.