lunes, 7 de abril de 2014

Serena oscuridad


A veces es bueno no acercarse tanto a la luz para no perecer achicharrados como las polillas. Cuánta serena oscuridad necesitamos.

20 comentarios:

  1. ¡eso! profe y una buena madriguera con tunel y algunos caramelos


    /el topo Gigio

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  2. La penumbra acoge, la luz atrae.

    Besos.

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  3. A demasiada luz cega...

    Meu querido amigo, que tenhas uma noite serena.

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  4. De vez en cuando necesitamos de esa sombra...
    Gracias
    Saludos

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  5. Cierto.
    Noches oscuras para sanar el alma.
    Besos, Pedro.

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  6. Muy necesario poder entrar en esa serena oscuridad...

    Besos

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  7. Ni la obscuridad ni la luz segadora; con ambas se puede morir o volverse loco.

    Saludos

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  8. La oscuridad necesaria y reconfortante, antídoto de la estridencia de muchas luces que hieren más que iluminan.

    Saludos!

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  9. En la oscuridad, una vez que se supera el miedo y la pupila se acostumbra, también se pueden descubrir cosas, además la luz no siempre está ahí para alumbrar objetos o mentes, la luz puede ser también una sustancia que se muestra asímisma sólo desde la oscuridad. El cielo de la noche: oscuridad y estrellas.

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  10. Nunca estamos contentos, Pedro: o necesitamos más luz o al revés.
    Besitos

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  11. ¡Gracias por salvarme!


    /la polilla

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  12. Necesitamos pararnos, meditar, cambiar de rumbo si es preciso...

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  13. Estoy de acuerdo, necesitamos de serenidad para calmar nuestro interior, cuando a veces, lo tenemos algo alborotado por causas o personas externas.

    Un beso.

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  14. dosificar Pedro
    sin duda

    que mucha luz encandila es cierto
    la ausencia de ésta al menos hace que despierten los otros sentidos como el tacto y el oído

    bss

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  15. Siempre en la prudente distancia.
    Un abrazo

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  16. Creo que necesitamos oscuridad y silencio, ambas cosas.

    Un abrazo

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  17. Tanta oferta de luces falsas como espejismos -ocupaciones que creemos necesarias y que no lo son tanto o meros entretenimientos- nos dejan vacíos y nos alejan de la serenidad y de nuestra verdadera esencia. Damos tanta importancia al estar que el ser se nos escapa.
    Cuídate, Pedro, de esa sobreexposición a la "luz". Reencontrarse con uno mismo en el silencio es, como tú dices, completamente necesario y enriquecedor.
    Un saludo.

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  18. En los días luminosos siempre me pongo las gafas de sol

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