- Hace demasiado que no hablas de actualidad.
- Podemos estar buceando dentro de nosotros mismos unos días y al regresar todo estará igual para volver a hablar del estado de la cuestión. Por desgracia siempre hay una guerra en Crimea. El mapa entero del mundo está lleno de Crimeas. Todas iguales. Todas con los mismos muertos, aunque tengan diferentes uniformes o sean paisanos, aunque sean ortodoxos o católicos, cristianos o musulmanes, altos o bajos, rusos o ucranianos, hombres o mujeres, adultos o niños, zurdos o diestros, todos nuestros porque los muertos nunca son de ellos.
Lo triste de esta y de todas las guerras es que los muertos caen por un puñado de dinero. Pobre del país que tenga algo de interés para una potencia, ya sea gas (como en este caso), petróleo o diamantes, que siempre habrá una superpotencia dispuesta a quitárselo. Y encima quieren hacer creer que lo hacen por saldar deudas históricas.
ResponderEliminarMe gusta la fotografía, con ese aire como casual. Y lo que dices, claro.
ResponderEliminarUn abrazo
"siempre los muertos son nuestros"...cómo me gustaría que así sintiéramos todos. De esa manera se acabarían las guerras.
ResponderEliminarUn abrazo
Levantarse y acostarse cada día y cada noche con estas mismas noticias... es terrible!
ResponderEliminarPero presumo que muchos ya hayan (o hayamos) perdido un poco de sensibilidad, de "tembleque" interno ante tamañas tropelías!
Como tú bien dices, hay muchas Crimeas, todos los días, y en lugares tan recónditos, que ni siquiera imaginamos que existieran...
Esto es un fraude, el ser humano muchas veces es un gran fraude. Menos mal que siempre hay honrosas excepciones!
Beso, y un abrazo solidario!
;)
Me suenan mucho estas dos puertas.
ResponderEliminarYa hubo otra Guerra de Crimea entre las potencias de entonces, como aquí estábamos enzarzados entre nosotros, todo el siglo lo estuvimos, no nos hacía falta buscar quimera fuera.
ResponderEliminarOtra foto sacada a la contra(buscando escaleras),pero no al revés.
Cierto. Todo el mapa es Crimea, incluso nuestro modesto callejero personal.
ResponderEliminarUn abrazo
Si, siempre son los mismos muertos y son los mismos los que ganan dinero a costa de ellos. si se conocen ¿porqué no los eliminamos?, seguro que acabaríamos con ellas.
ResponderEliminarSaludos
Para ellos, "nuestros muertos" son un mal menor, necesario para sus fines.
ResponderEliminarEs sencillo intepretar los conflictos que desencadenan guerras. Forma parte de nuestra idiosincrasia humana que tiene en el territorio la expresión del poder. Todas las guerras tienen como origen el territorio. Es mío. No, es mío. Así. Y no es fácil desentrañar ese nudo que nos ata a las guerras.
ResponderEliminarLo peor, no sabemos si Crimea puede acabar llamándose Europa...
ResponderEliminarNo me gustan las guerras pero siempre hay guerras "olvidadas"; como las de la República Democrática del Congo, Mali o Sudán... esas guerritas nos la sudan de verdad. Pobre África. A este paso y dentro de poco, con la exscelsa calidad de líderes políticos que pululan ahora por el mundo, nosotros también podríamos ser una buena carnaza para las armas...
Un abrazo.
La única gloria en la guerra es unaa escusa para la destrucción. Los recursos energéticos menguantes empiezan a fructificar en genocidios.
ResponderEliminarUn saludo
el comentario de Josef me interpreta
ResponderEliminarbuena semana Pedro
bss
Espléndida imagen, Pedro, sin necesidad de asomarte del todo, retratando el dentro y el afuera, en perfecta continuidad de elementos unidos por un hilo que solo la fotografía hace visible.
ResponderEliminarUn abrazo.
El caso es que es así. Todos nuestros. Y cuando no lo parezca es que, seguro, no lo hemos mirado bien.
ResponderEliminarEs impresionante como somos los humnanos, siempre a punto de empezar una guerra, aquí, allí o al otro aldo. Son más los países en convulsión que el resto. t
ResponderEliminarTotal, los que mandan los que las organizan nunca caen bajo las balas.
Un beso
Si lo miramos así, el mundo da asco y en pleno S. XXI, más asco aún.
ResponderEliminarParticularmente de esta Crimea, he estado pensando en mi abuela paterna (era ucraniana de Odessa, judía y hablaba ruso e idish) tratando de imaginar lo que diría...
Besos
y español, hablaba, no se si ucraniano. Nunca la oi hablarlo.
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