Hasta el 27 de abril, en la Sala municipal de exposiciones de San Benito de Valladolid se exhibe la excepcional muestra Lewis Hine. Construir una nación. Lewis Hine fue uno de los maestros de la fotografía de las primeras décadas del siglo XX. Sin perder la condición artística en ningún momento, consiguió que sus imágenes fueran, además de un prodigio técnico, un testimonio de la sociedad norteamericana de aquellos años y una herramienta para la denuncia social. Desde el principio le llamaron la atención temas de tanta modernidad y actualidad como la inmigración, las condiciones de vida de los trabajadores -en el mundo urbano, en el rural y en la minería- y sus familias y, sobre todo, la explotación que supone el trabajo infantil. Las fotografías en las que vemos a los niños recogiendo algodón con sacos más grandes que ellos, vendiendo periódicos por las calles hasta caer rendidos sobre el taco de ejemplares que suponían su paga del día o trabajando de mensajeros con bicicletas en las que apenas llegaban a los pedales son, por sí solas, una gráfica y eficaz forma de poner ante los ojos de las personas lo que de otra manera pudiera pasar desapercibido por demasiado cotidiano. La serie que dedicó en 1932 a la construcción del Empire State reúne todo lo que era Hine. Por una parte, son fotografías de una técnica admirable y una belleza sobrecogedora. Por otra, la evidencia de una forma de trabajar sin ninguna seguridad en la que la vida humana no valía nada por la condiciones laborales de alto riesgo.
Hay algo todavía más admirable. En estas imágenes, el testimonio y la mirada crítica no se hacen a costa de la reducción de la condición humana de quienes las protagonizan para conseguir una fácil compasión del observador. Todos ellos -los trabajadores del Empire State, los adolescentes mineros, los niños que recogen algodón, los niños que fuman ante la cámara y adoptan serias actitudes adultas- son respetados en su dignidad humana. Es uno de los principales valores de las fotografías de Hine. Es fácil recurrir a lo melodramático para remover las conciencias; lo difícil es hacer lo que hace Hine, poner delante de nuestros ojos un relato de nuestra sociedad en la que estas personas que son la parte más baja sobre la que se construye una nación en los inicios de la modernidad se muestran en toda su alta condición de seres humanos.
La muestra, comisariada por Enrica Viganó, es magnífica en todo: en su oportunidad, en la forma en la que está expuesta. No deberían perdérsela los amantes de la fotografía como arte y como herramienta para el cambio social.
No lo conocía.... ¡Qué bueno es! además dirá él que fotografiar es arte, pero se nota su calidad sociológica (y ética, como bien dices) también. (Estuve mirando fotos suyas en internet)
ResponderEliminarLamento perderme la Exposición allá.
Besos
Gracias por enlazar el texto de Antonio Muñoz Molina.
ResponderEliminares archiconocida su fotografía en el andamio , se ha usado en múltiples afiches así como sus capturas en fábricas
ResponderEliminarlas he visto muchas veces por la web y en revistas , son maravillosas
suerte tienen quienes asistan a esta exposición PEDRO
besos
Excelente. Amigo Pedro. Saludos desde esta sufrida sociedad venezolana.
ResponderEliminarNacimiento en imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Pedro por esta información.-Tienes mucha razón que la fotografía es una gran herramienta para concienciarnos.
ResponderEliminarUn saludo.
Interesante muestra para visitar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Conheço o trabalho dele, mas aqui nunca houve nenhuma exposição...
ResponderEliminarInfelizmente, tenho a impressão que essas fotos continuam cada vez mais actuais.
Quem será o Hine destes nossos tempos, Pedro?
Fuerte abrazo, querido amigo mio.
Gracias, Pedro, por ser nuestros ojos.
ResponderEliminarUn abrazo
Si hiciéramos fotos sobre la explotación infantil actual, veríamos que no sólo no se ha abolido desde los años 30, sino que ha empeorado. Ahora que existen un montón de derechos reconocidos, se sigue explotando a los niños, a los emigrantes, a cualquiera que pertenezca a una clase baja. Y no sólo es que no se haya arreglado el tema, es que aunque pareciera imposible que sucediera, sus condiciones, ya en esa época horribles, ahora son peor.
ResponderEliminarLo que demuestra que lo que faltan no son ni leyes, ni recursos. Son simplemente ganas.
Buenas noches, profesor Ojeda:
ResponderEliminar- Será una estupenda exposición, por los certeros documentos que aportan esas fotografías de Lewis Hine, captando y mostrando lo que hay detrás del nacimiento de las grandes ciudades, y lo que cuesta vivir en el día a día, y contribuir a su construcción. La sociedad, recibe el trabajo, sin ver lo que hay detrás de cada persona, meros engranajes de la máquina del progreso.
- Excelente, el artículo de Antonio Muñoz Molina.
Saludos.