Cartografiar el mundo para hacerlo comprensible es una tarea dolorosa e ingrata. El que la realiza, por muy firme que sea su voluntad, se cuestiona a diario sobre la necesidad de tanto esfuerzo. Por eso, una mano sobre el hombro a tiempo, salva. También a quien hace el gesto. En una tierra de serviles, romper el cerco hace mejor el mundo. Nos deberíamos preguntar, cada día, si no somos responsables de nuestra propia situación por no querer implicarnos.
Para implicarnos, para motivarnos, para darnos calor; una mano al hombro siempre salva.
ResponderEliminarBesos
Amigo Pedro, con el permiso de ella,tomo prestadas las mismas palabras de Myriam, para dar contestación tu estupenda propuesta.
ResponderEliminarSaludos Profe.
depende PEDRO
ResponderEliminarimplicarse en todo y en todos es to much pa'mi
pienso que lo mejor es dar el paso donde nos sintamos motivados
de lo contrario es dar palos de ciego
besos
Siempre neecsitamos esa mano, ese hombro, en cualquier circunstancia...
ResponderEliminarGracias por tu reflexión y por tu invitación, ¿por qué no?
Un abrazo
Siempre son necesarias y vienen muy bien en esos momentos cruciales.
ResponderEliminarY no sé quien sería capaz de no aceptarlas.
Besos, Pedro.
Aquí te dejo la mía.
pocas veces la mano en el hombro es suficiente, pero ayuda, claro!
ResponderEliminarSAludos!
"Entre una palmada en la espalda y una patada en el trasero solo hay unas vértebras de distancia pero están muy lejos en resultados"
ResponderEliminarLa compañía en lo difícil ayuda bastante, la soledad, por el contrario, desanima e incluso derrota.
Poco se puede hacer sin organización ni síntesis previa que entresaque lo esencial del caos. Todo lo valioso requiere esfuerzo y dedicación continuada. El fruto queda para la historia,como el que dejaron los dos hermanos de la imagen, salidos del frío que congela estos días.
ResponderEliminarSe empieza a implicarse justo por allí, con un aliento y palmada de hombro, es el comienzo de la unión lo más mínimo, esencial y justo para romper los cercos.
ResponderEliminarGran reflexión y motivación!!!
Abrazos!!!
No tengo la menor duda de que somos corresponsables, dada nuestra apatía generalizada, de lo que está ocurriendo. Eludir responsabilidades no conduce a nada... Seguirán ahí por los siglos de los siglos, estos o similares, si no movemos "ficha"...
ResponderEliminarUna mano en tu hombro y un abrazo, Pedro
A veces no la damos por cobardía, temor, inseguridad.
ResponderEliminarY sin embargo, cuánto bien podrían hace.
Beso
Lo vemos cada día en los acontecimientos sociales, hablamos, damos soluciones, planteamos alternativas... mientras tomamos una caña.
ResponderEliminarUn abrazo
Una mano en el hombro es como una caricia en el alma.
ResponderEliminarUn beso.
Entre la comodidad y la cobardía sólo hay el grosor de un hilo. El que vive bien no quiere complicarse, y el que vive mal e intenta levantar la cabeza, se siente muy, muy sólo. Hay que ser valiente para hablar cuando todos callan, y la misma valentía es necesaria para poner una mano en el hombro del que está hablando cuando todos los demás hacen como que si no lo vieran.
ResponderEliminarCierto, que solo implicarnos cambiara las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo