El intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 hoy nos parece una ópera bufa que no podía terminar bien. Se insiste demasiado en lo chapucero de su planteamiento y desarrollo, en el bigote-esperpento de quien lo protagonizó y en las voces cuarteleras propias de quien sobreactúa.impostado. Sin embargo, en aquellos días hubo miedo, amenazas, listas negras de a quién se tenía que buscar en sus casas para pasear, engaños, desaparición de pruebas documentales, ocultación interesada de otras, juegos a dos barajas. Nos salvó la cobardía y la lucha de ego de algunos de los protagonistas. Por mucho que la inercia histórica y la evolución de la sociedad española nos empujara a la democracia, esta podría haber sufrido un paréntesis de años y no deberíamos olvidarlo. Una ópera bufa que estuvo muy cerca de convertirse en farsa trágica.
ResponderEliminarHola, Pedro Ojeda Escudero.
Obras atractivas.
Usted es el excelente artista.
Doy las gracias por su apoyo habitual y abundante.
Que tengas una buena semana.
Un abrazo.
Desde Japón, ruma ❃
siempre habrá quienes intenten el poder por la fuerza, es parte del hombre y su hambre irrefrenable de sobresalir a costa de lo que sea
ResponderEliminarbesos
Cuando ocurrió el intento de golpe, yo era una cría, no era consciente del alcance de todo lo que estaba ocurriendo. Sólo recuerdo el miedo que tenían mis padres. Ellos sí sabían como podía acabar.
ResponderEliminarCuando ya de mayor he vuelto a ver las imágenes, me parece mentira que alguien haga algo así por conseguir el poder.
Sólo era un fanático seguido de un grupo de asustados. Menos mal que al final los asustados reaccionaron y dejaron sólo al fanático.
P.D. Pedro, cada vez que intento entrar en el blog de "La Arañita Campeña", se me bloquea el ordenador y no me deja ni avanzar por la página, ni hacer comentarios.¿Puede haber algún tipo de incompatibilidad?
En linea con lo que en el día de ayer emitió el programa de Jordi Evole sobre el 23-F, siempre he creído que aquello fue un gran montaje para hacernos creer lo importante que era nuestra falsa constitución, hoy hace aguas por todas partes, y nuestra débil democracia, basta ver la fuerza que tienen los poderes fácticos, aquí el concepto de ciudadano no existe.
ResponderEliminarSaludos
Que "La arañita campeña" no es incompatible, que yo sepa. Creo que depende del navegador...
ResponderEliminarA mí me pasa si accedo con el Explorer. Desde que lo hago con Google Chrome, no hay problema. Te agradezco tu visita, Dorcas,, paisano o paisana, creo.
ResponderEliminarBesos
Un día sabremos, sabrán, lo que pasó aquel 23 F. Ayer hubo un experimento televisivo que nos hace reflexionar.
ResponderEliminarAsí es, un día histórico para no olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo
Tal vez sea un iluso, y a "toro pasado" la afirmación es facilona. Pero nuca pensé que podía prosperar. No se porqué pero no lo creí
ResponderEliminarMe alegro
Ayer viendo el programa de Jordi Evole, estuve tentado de creer lo que allí se parodiaba. Pero era mentira. Era ficción. Me sentí engañado. Sí. Engañado y defraudado porque yo tomé aquel programa en serio. Y serios me parecían personajes como Iñaki Gabilondo o Garci. La realidad deberá esperar. Creí ver la luz, pero no. Algún día se sabrá que pasó allí.
ResponderEliminarA lo mejor es verdad lo que cuentan las crónicas oficiales...
Un saludo.
Viví aquello aunque no me dio tiempo a sentir miedo, miedo que sí sintieron mis alumnos de aquel tiempo en el colegio donde trabajaba. Leí los artículos de Joaquín Prieto en El País sobre el juicio del 23 F y devoré todo lo que se publicaba en este diario. Sin embargo, tengo la impresión de que quedan zonas oscuras que no han sido abordadas o sobre las que ha habido sospechas. El monarca hablaba mal públicamente de Suárez con sus hombres cercanos. Suárez estaba acabado políticamente y contribuyeron a machacarlo todos aquellos que luego lo llevaron al altar laico como un prohombre de la patria. No me extraña que en aquel ambiente turbio de aquel 1981 la posición del rey fuera equívoca y diera lugar a que alguien quisiera interpretarla como parece que hizo el general Armada. Creo que no sabemos demasiado de lo que pasó y se construyó una historia a la medida de las circunstancias para no acabar aplastados por las mismas.
ResponderEliminarPero de esa ópera bufa creo recordar que hace unos años hicieron un thriller político para la televisión -me imagino para reflescarnos la conciencia histórica- qué papelón el del Rey!
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ResponderEliminarMenos mal que quedó en opera bufa y no terminó en farsa trágica. Menos mal. Yo vivía en Estocolmo en esa época y recuerdo muy bien haber seguido en suceso en las noticias de Televisión y prensa.
ResponderEliminarBesos
Ahora vemos eso y nos parece imposible haberlo vivido. Y más si nos pegamos a la tv viendo las recreaciones que han hecho, que más bien parecen comedias.
ResponderEliminarBesos
Esta vez ya ni me acordaba. Pues la verdad es que el recuerdo que tengo efectivamente no es el de un sainete.
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