De todas las ciudades que no existen, esta es, sin duda alguna, mi favorita. Y esta es la calle que no me canso de recorrer en ella, parte de mi caminar diario hacia la ribera del Tormes. Cada uno debería interrogarse sobre la suya para comprender mejor qué ha hecho de su vida.
Y la mía, Pedro.
ResponderEliminarAhí viví y realicé todos mis sueños...
Desde mi primera conferencia, hasta mi primer "monólogo" en un antrillo cerca de la Plaza Mayor.
Lo que natura non dat Salamanca non presta...
Es una manera de hacernos regresar siempre al origen...
Como esta canción :
https://www.youtube.com/watch?v=sgDFuxDfLRU
Besos, Pedro.
Salamanca es una ciudad preciosa, y tengo ganas de volver a visitarla.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, cada uno debe interrogarse sobre cuál es su ciudad, y su calle.
ResponderEliminarUn abrazo
Ire practicando en la calle del Olvido
ResponderEliminarLa mía también...
ResponderEliminar...es una calle que te lleva recto a la Pontificia y a la Casa de las conchas y a otras zonas que rebosan historia... y además es muy tranquila en el trayecto que has fotografiado...
Saludos.
Gosto muito de Salamanca, mas no teu país ( e não só) a cidade que me apaixona de todo é Barcelona...
ResponderEliminarE muitas cidades espanholas tenho perto do coração,rrss
Meu querido amigo , desejo-te bom domingo
Hay grabado en la pared una cita del "licenciado vidriera" de Cervantes que dice "Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que la apacibilidad de su vivienda han gustado"...he vuelto mil veces y otras tantas he disfrutado de ella aunque no por haber gustado "la apacibilidad de su vivienda" pues fui obligado por el ejército a permanecer en Salamanca catorce meses y seis días.
ResponderEliminarO qué no ha hecho
ResponderEliminarTodos los senderos están en nuestro interior, los trazados y los no trazados: De Fuenterroble a Montejo o de Arapiles a Fresno pero también de un corazón a otro o así mismo o, hacia la aventura y la sorpresa.
ResponderEliminarY por supuesto, Interrogarse, debería ser parte del hacer diario...
ResponderEliminarBesos
Una invitación muy necesaria, porque comprender qué se ha hecho de la vida propia nos puede ayudar a decidir si queremos seguir por esa misma calle o cambiar... Un abrazo.
ResponderEliminarNos has dejado unos buenos deberes, no creas...
ResponderEliminarY en cuanto a Salamanca...
¡Ay, Salamanca!
Y esto es una tontería, pero se me ha venido a la mente esta canción de Rafael Farina (soy una almoneda, lo sé...), la de "Mi Salamanca":
"...Salamanca campera
Toro, torito fiero
Con divisa verde y blanca
¡Ay que te quiero, te quiero
Ay que te quiero, te quiero
Ay que te quiero!
¡Cuánto te quiero ay... mi Salamanca!"
Jajajaja!
Folclore aparte, Salamanca tiene un encanto muy especial, embruja.¡Salamanca, me encanta!
Besos charros!
;)
¿Una calle real, en una cuidad que no existe, que se recorre siempre hacia la misma ribera? ¡Que triste! Hay que cambiar los rumbos, para no tropezar persistentemente con las mismas piedras.
ResponderEliminarTener un lugar donde los pasos propios resuenan de una manera especial, reconocible, aun mezclados con todos los sonidos. Un calle o un camino.
ResponderEliminarEn modo alguno es una tontería quien nace en Martinamor. Generaciones de gentes antiguas han crecido con el cante de Farina. La calle Compañía es Contrarreforma, sinónimo de tiempos peores para las ovejas descarriadas. Es austera, huraña con escasas ventanas y por sus rejas de pinchos erizados en los conventos, hosca. Pero siempre hay un Sin embargo
ResponderEliminaryo no debo de tener ninguna calle favorita, porque con la cantidad de ciudades y calles que he recorrido, aun no me acabo de comprender. O ¿es a lo mejor porqué he nacido en un pueblo pequeño?
ResponderEliminarMe gustaría conocer la respuesta, profesor.
Te envío un saludo entrañable.
Estoy con ANÓNIMO... Muy triste esa calle en una ciudad ¿qué no existe? Definitivamente, tienes que cambiar de rumbos... Besotes salmantinos, M.
ResponderEliminarTendré que buscar la mía...
ResponderEliminarBuscamos calles que sólo existen dentro de nosotros.
ResponderEliminarY no solo los senderos, también a la ciudad la llevamos dentro ¿Verdad? "urbanizada con la materia exacta de nuestros sueños y esperanzas"
ResponderEliminarEn catalán decimos: "qui vulgui sapiguer que vagi a Salamanca" más o menos: quien desee conocimiento que vaya a Salamanca, añado, me enamora.
ResponderEliminarAlgo imperdonable. He recorrido bastante España pero desconozco Salamanca. Nunca encuentro la ocasión para enmendar tal ausencia entre mis ciudades soñadas. Otra es Segovia. Me duele este desconocimiento. Tu texto me lleva todavía más a añorar esa visita todavía no realizada.
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ResponderEliminarDebo volver pronto. Es necesario.
saludos
Es curioso. La ciudad ideal no existe, pero todos tenemos una calle ideal.
ResponderEliminarUn abrazo
todos tenemos lugares especiales a los que volver una y otra vez.
ResponderEliminarbiquiños,
De vez en cuando me gusta preguntarme si vivo la vida que quiero vivir. Si la respuesta es afirmativa, sigo adelante, si no cambio de ruta.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
lo que hemos andado solo nos compete a nosotros mismos,
ResponderEliminarel resto siempre especulará y prejuzgará arbitrariamente
:)