En todas las historias hay fantasmas. Con los personales uno carga hasta que decide sentarse con ellos y echarse la vida a unos llantos o a unas risas. Con los de la historia de un país todo es más difícil: se empeñan en reaparecer en las paredes, pícaros y juguetones, hasta pegarse en la piel de aquellos que los perpetúan en el presente, porque parece que algunos espectros no van a dejarnos nunca. Son capaces, incluso, de pasar de una dictadura a una democracia sin despeinarse apenas. Quizá porque los fantasmas usan gomina fijadora resistente al agua y, para el frío, abrigos de paño caro y cuello de terciopelo oscuro. Así no se acatarran en su retorno a la vida.
Pero en su continua reencarnación, nunca pierden su identidad definitoria: la mano ancha, la piel fría, la ausencia de dignidad y la gomina.
ResponderEliminarSon sólo eso: fantasmas.
Fantasmas, fantasmones, fantoches... Sí,todo muy fantasmagórico!
ResponderEliminarDan miedo, pero también resultan patéticos hasta decir basta. Basta, eso es lo que decimos nosotros: basta de tanta fantasmada que nos está costando a los humildes mortales eso... morir por serlo!
Katxis diez, qué cabreada me tienen estos fantasmas de la gomina y el cuello de terciopelo!
Besos.
;)
Gomina, abrigo y un gran tornillo; para muestra un botón: el venezolano, un fantasma bien atornillado...
ResponderEliminarBesos
Lo que dices en las líneas: toda la razón.
ResponderEliminarLo que dices entre líneas: Toda la razón.
Un abrazo.
Los fantasmas y sus fantasmadas que tenemos que pagar los mortales.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Esos fantasmas de abrigo con cuello de terciopelo son los hijos y nietos espabilados de los viejecitos con loden, sombrero tirolés y ABC debajo del brazo.
ResponderEliminarTodos fantasmas de los que dan mucho miedo.
Besos
¡Estoy de Bárcenas hasta la coronilla! y de toda la ralea fantasmal pepera. Besotes imaginarios, M.
ResponderEliminarSon nuestros. No se si los hemos criado nosotros, se han criado a nuestro abrigo, o simplemente se "pegan" a nuestro grupo como el conocido que nunca paga. Lo indudable es que los mantenemos.
ResponderEliminarDesaparecer y reaparecer es la esencia del fantasma. Los nuestros son espíritus de larguísima vida. Besazos.
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ResponderEliminarNo había reflexionado sobre ello hasta hace poco, pero cada vez se me hace más evidente la correspondencia de este tiempo corrupto y decadente con el que precedió a la caída de Isabel II y a la de Alfonso XIII. No es que sea solamente un problema dinástico, no. Pero sí que es un problema del sistema creado en torno a él. Los dos partidos gobernantes han llegado a un grado de desgaste ya inasumible y los pícaros que han proliferado son la imagen viva de esa degeneración del sistema. Sin embargo, veo en buena parte de Europa ese mismo escepticismo sobre la realidad política. Hoy un periódico hablaba en su portada del fracaso de Europa, y creo que expresaba certeramente lo que está pasando. Por un lado, el fracaso preclaro de España, pero, por otro, el de Europa que se hunde en los índices de confianza de sus ciudadanos. No sé si era una broma pero una imagen que he visto en facebook alertaba sobre si los españoles están preparados para volver a la peseta. Atención a los próximos meses.
ResponderEliminarEn Europa, España y el mundo entero han salido los fantasmas del pasado...o será que nunca se fueron; que nos engañaron con sus mascaras de demócratas.
ResponderEliminarLos fantasmas personales rondan nuestras vidas, como si de su casa se tratara. Algunas veces nos reímos con ellos; otras lloramos por ellos; hasta somos capaces de olvidarnos de su compañía, pero reaparecen en el momento menos indicado.
!Qué miedo los fantasmas! con gomina o no, fantasmas y no creo en ellos, son de carne y hueso.
ResponderEliminarEspero que te equivoques y agarren una buena gripe de la que nunca puedan recuperarse...o apañados estamos.
ResponderEliminarUn besito
Irónico y muy bueno.
ResponderEliminarEs que los de la dictadura nunca se fueron y los echamos ni nada. Solapados, continúan alrededor nuestro.
ResponderEliminarBesos
Pues si, pasaron de la dictadura a la democracia sin despeinarse jajaja muy agudo. Es que gastan mucha gomina
ResponderEliminarsi ya nadie quiere arriesgar el pellejo por el bien común y hacerse responsable en representar a los que quieren el cambio
ResponderEliminarsin duda el Anarquismo o la Dictadura es lo que queda
que pena que las personas no se organicen y legalicen sus propuestas y levanten a sus propios representantes, y dejen siempre que otros se muevan para criticarles
así no hay sistema democrático que aguante, al final es como le decía a una amiga que hablaba de lo mismo
(crisis española), todos gritan con gritos sordos y nadie escucha, como las gallinas cuando entra el lobo al gallinero, todas las gallinas se alborotan pero son incapaces de organizarse y defenderse
entonces unos pocos que son los que tienen el poder ejercen y la masa acata
buena semana PEDRO
"hasta pegarse en la piel de aquellos que los perpetúan en el presente"
ResponderEliminarDebe de ser eso. Necesitamos a un exorcista.
también hay fantasmas de esos que podríamos llamar también fantoches... o espantapájaros.
ResponderEliminarbiquiños,