Cada vez me gustan más las fotografías desenfocadas, imperfectas, con ángulos tan oscuros que ni siquiera son reconocibles los objetos o tan pasados de luz que todo queda difuminado y quemado por ella. Cada vez que aprendo algo nuevo de cómo los medios técnicos me permiten corregir los colores, alterar las formas y los contrastes, suplantar aquello que no supe hacer cuando miré a través del visor de la cámara, me gustan más las imágenes que ningún programa informático puede corregir o dramatizar o hacer líricas o que ningún proceso de revelado puede hacer más artísticas. Quizá tenga pendiente una revisión a mi oculista, pero cuánta vista se puede ganar cuando una fotografía no puede parecerse a otras tan oficialmente correctas.
el ojo y la mirada son particular-mente interpretaciones a voluntad
ResponderEliminarqué bueno que lo perfecto quede fuera de tu ojo y tu mirar
besos
No sé que decir, si te gusta a ti...tu eres el autor de la foto.
ResponderEliminarAunque sé que tu buen ojo va más allá del paisaje y de las formas.
A mí me ha gustado tu fotografía entre sombras, luces y reflejos.
ResponderEliminarUn beso.
Para obtener ese desenfoque has utilizado una cámara. Pero si eres el afortunado poseedor de una ”tierna miopía” (como la de Dámaso Alonso) de 25 dioptrías y te quitas las gafas, entonces quedarás envuelto por la niebla y no tendrá importancia nada de lo que haya alrededor tuyo.
ResponderEliminarUn muy miope y borroso abrazo.
En las fotografias desenfocadas podemos imaginar las cosas a nuestro antojo, es una buena forma de poder imaginar lo que queremos.
ResponderEliminarCreo que la realidad puede ser suficiente.
ResponderEliminarUn abrazo
¿El Pisuerga, quizás?
ResponderEliminarYa sé que es lo de menos, pero me gusta jugar a las adivinanzas.
Ese río que sirve de excusa para cualquier cosa, porque pasaba por... allí.
De las fotos me atraen mucho los colores, después el estado de ánimo también interviene. Creo que el que disfruta de verdad es el que las hace.
Abrazos.
En el fondo somos un desenfoque constante que intentamos salvar enfocando la realidad. Eso si, a nuestra manera. Precaria la mayoría de las veces. Demasiado altiva otras.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarPues hazte lomógrafo y así además volverás a la fotografía química. Te advierto que se pasa bien. Además puedes intercambiar opiniones y experiencias con un montón de colegas.
un abrazo
Así es como fotografía la memoria, Pedro, que no tiene nada que ver con la memoria fotográfica.
ResponderEliminarA mi que me da que este post ya lo escribiste hace años..., o si no, otro muy parecido (por favor confírmalo o desconfírmalo porque quiero hacerme un test anti-alzheimer :) Besotes memoriados o desmemoriados, M.
ResponderEliminarMi Señor Escudero,
ResponderEliminarAsí escribiendo a pluma vuela, ya imagino el principio de la reseña de una teórica exposición de fotografía:
Don Pedrojeda de las Manchas,
No ha mucho que exponía, una y algo, hombre que las lanza a foco libre, a la antigua y sin trípode, entre rocíos y charcos, con notas que son duelos, desenfocao los sábados, enborronao los viernes y algún palomar en muros de Castilla los domingos consumen tres partes de su hacer y la paciencia de la agencia Magnun.
El resto della (la paciencia) vierte allá en la Acequia, donde calza textos velludo aterciopelados bajo sus píxeles.
Con sus pantuflos de profesor ensimismado, frisa la edad de los cincuenta, y a buenas horas, fotos negras o con sobrado sombreado.
Pues es tanta su curiosidad y desatino, que vendió muchas hanegas de tiempo al encandor Kodaraus, para unir a su vocación de comelibros y enseñagarrulos, la de hacedor de fotos invendibles, pues esa su afición y gusto; y así, si algo queda sobrexpuesto, quemado o mal dispuesto al flashearlo, sus labios pintan la sonrisa (dicen los más, que por pérdida de juicio, los menos que por genio).
Suyo, Z+-----
Hay fotografías desenfocadas, borrosas, casi cliches...que son maravillas. muchos buenos fotógrafos las hicieron y siguen haciéndolas, es un arte
ResponderEliminarMERCHE: he hablado de esto en varias ocasiones. Si pinchas en la etiqueta "fotografía" podrás verlo. No es la misma entrada, sino una nueva meditación para reafirmarme en la idea. Así que no te falla la memoria del todo... Besos.
ResponderEliminarMe gusta...
ResponderEliminar¡Gracias profe! Me has quitado un peso de encima... De paso, me encanta lo que te dice el SEÑOR DE LA VEGA :)) Besotes de nuevo, M.
ResponderEliminarTodo es tan relativamente enfocable. Tu, digamos desenfoque me encanta.
ResponderEliminarBesito.
Pues a mí también me sonaba tal reflexión...yo también he pensado en la perfección de lo imperfecto y me atrae de una forma realmente mágica...no sé...
ResponderEliminarPreciosos rincones desenfocados, lúgubres, misteriosos.
Mostrar la visión personal y que llegue a los demás, quienes puedan interpretarla. ALgo así debe ser el arte, o formar parte de él. No?
ResponderEliminarBuena toma!
¡Me encanta la luz de esta foto tuya!
ResponderEliminarA mi tampoco me gusta retocar con programs de fotoshop las "obras de arte" fotográficas con las que decoro mi blog.
Un beso
¡Más por genio, Sr. DE LA VEGA, que el profe sienta escuela...!
ResponderEliminarA veces no damos suficiente valor a aquellas imperfecciones que nos reflejan. Un abrazo, querido amigo.
ResponderEliminarMi Señora Miryam,
ResponderEliminarCréame que yo aprecio el genio de Don Pedrojeda de las Manchas, capaz de alancear con punto de vista, allí donde pone el ojo y desenfoca.
Pero de sus fotos yo admiro, justamente su pérdida de juicio, el suicidio que infringe a la imagen espejo a cambio de salvarle el alma en reflejos y sombras, rescatada in extremis, con unos cuantos píxeles y menos letras.
Suyo, Z+-----
Parece un espejo el río. Y los edificios, unos extraños seres ansiosos de la última luz del día.
ResponderEliminarSe aprecia al fondo unos árboles. Lo más inquietante que ofrece la naturaleza en invierno es la copa de un árbol de hoja caduca. La imagen de sus retorcidas y desnudas ramas tiene un carácter ambiguo. Desde la propia belleza de esos largos dedos recortados contra el cielo hasta cierto matiz siniestro en sus puntiagudas garras alzadas al aire.
Nada mejor que ver a cuatro ojos en esta ciudad doblada que desvela el misterio de abajo, al tiempo que el sol busca su tumba al atardecer.
ResponderEliminarTú tienes un ojo fantástico y, desenfocadas o no, siempre captas las sutilezas de la realidad.
ResponderEliminarBesos
yo no sé retocar las fotos más allá de ponerle un marco o pasarlas de color a blanco y negro, y tampoco tengo ningún interés de aprender a retocalas, me gustan también imperfectas.
ResponderEliminarbiquiños,