Dan ganas de hacer el petate, liarse la manta a la cabeza, ponerse el mundo por montera y decir ahí te quedas. Nos retiene la responsabilidad, el temor, las excusas, el amor, la comodidad, el deber, las cadenas emocionales, la hipoteca que debemos al banco, que hace frío, que hace calor, que nos duele un pie o una muela. Pero bastaría con hacer un gesto tan extravagante como volver a tomar café con un amigo al que hace tanto que no vemos, apagar la televisión cinco minutos antes o no haberla encendido, recuperar los atardeceres o un buen amanecer con las calles recién regadas, no gastar un euro más ni cinco céntimos en aquello que ayer no sabíamos que necesitáramos, o practicar la risa tonta delante del espejo, saludar con la mejor sonrisa a quien ayer ni saludábamos. Y ahí te quedas. Practicar el sano deporte de echar migas de pan a los patos del parque.
hay un montón de acciones que no se miden ni se sopesan en dinero, y nos dan más riqueza que el oro
ResponderEliminarbesos y abrazos y abrazos y besos
:D
Echar migas de pan a los patos en el hermoso parque que hay en tu ciudad, saludar a quien no saludábamos hace tiempo y sobre todo reírnos de nosotros mismos delante de un espejo denota alegría y me alegra de que te sientas así Pedro.
ResponderEliminarMe retienen las mismas cosas, con matices. Pero me gusta plantarme de vez en cuando y -a mi escala- decir "ahí te quedas".
ResponderEliminarUn abrazo :)
Sí, es cierto, algunas veces dan ganas de ponerse el mundo por montera.
ResponderEliminarUn beso.
Romper con lo establecido es parte de una necesidad que más tarde o temprano, terminamos por tener.
ResponderEliminarUn abrazo
Habría que animarse a retirarse a vivir con la naturalidad de quien poco y nada necesita. Sería una profunda revolución.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarPues parece tan fácil como decir ¡que les den!.
saludos
Me ha gustado eso de echar migas a los patos... Besotes patosos, M.
ResponderEliminarMigas de pan a los patos del parque, esa idea me suena, y ahí te quedas, exprimiendo zumo de naranja compartido. Besito lunero, que tengas buena semana.
ResponderEliminarTienes razón, cojo ahora mismo el pan y me voy a dar de comer a los patos del Vena.
ResponderEliminarBesos
Quizá sea mucho más fácil de lo que creemos. Es cuestión de querer hacerlo y no tener miedo a las consecuencias. Se puede empezar a practicar poquito a poco. Dicen que el mundo cambia cuando empiza cada individuo a hacerlo. Puede que la revolución esté precisamente en lo qe apuntas en la segunda parte de tu texto. Yo ya empezado a practicarlo un poco y no me va mal.
ResponderEliminarBEsos
Luz
O sea, nos retiene casi todo.
ResponderEliminarUn abrazo
para no llegar a ser tan rotundos están las burbujas físicas y emocionales... son muy sanas y necesarias.
ResponderEliminarout pero no for always
biquiños.
Creo que sí, que llega ese día en el que soltamos lastre y cuando hemos sido capaces de hacerlo y de pronunciar ese "ahí te quedas" que nos había tenido tanto tiempo arrinconados entre la espada y pared, al hacerlo esa primera vez, hasta repetimos...
ResponderEliminarBesos, Pedro.
No hay deporte que me guste más que echar migas de pan a los patos.
ResponderEliminarSaludos.
Rita.
Cuidado con las tentaciones. Que donde menos se lo espera uno...
ResponderEliminarAhora mismo me voy a practicar lo de la risa tonta delante del espejo! Lo necesito, y además es que me viene que ni pintado, el flequillo me ayudará... ;)
ResponderEliminarGracias por el recordatorio de "buenas y necesarias acciones"!
Besos.
;)
“Los viejos tenemos dentro del pecho corazón de niño”
ResponderEliminarMari Belcha (Pío Baroja).
Jugar con mis nietos, contarles cuentos y reirnos de cualquier cosa, es una forma de ponerse el mundo por montera.
Si además lo llevo a un libro...;-))
Un abrazo
Me encanta esa expresión de "ahí te quedas". La he practicado bastante y ahora que me he jubilado voluntariamente creo que la voy a practicar mucho más. Me interesan las cosas de mi mundo, las malas y las buenas, pero no tanto como para no poder prescindir de ellas en muchos momentos y dedicarme a esas pasiones que de verdad me suavizan el corazón, me endulzan la sonrisa o hacen brillar mis ojos.
ResponderEliminarIgnorar lo que sucede, no soluciona nada. Ni siquiera con el desprecio al decir !Ahí te quedas¡... que se puede devolver con la elegancia de ¡que te vaya bonito!...La puerta está abierta. Pero no es fácil salir sin mirar atrás. Mi cordón umbilical mide ya 10.000 Km. y aún soy incapaz de cortarlo para siempre.
ResponderEliminarbssos
A mi cada día me dan más ganas ojú....
ResponderEliminarEn el existir hay muchas vivencias que valen mas que el dinero, mirar un amanecer, despertar con el canto de las aves, tomar el primer sorbo de desayuno escucahndo el silencio, mirar el navegar a lo lejos, mirar la puesta de sol, oir el zumbido de abejas en busca del néctar, mirar, a los animales, oir las voces de los hermanos animales, ver un cabllar salvaje en pradera, cabalgar en el mar, oir el silencio y en su pronunciación del verbo para ser enesencia, entre tantos de tantos... y vivimos aflijidos detás de la moneda.... porque si bien nos mantiene no es esencial para ver, sentir, disfrutar tantas otras cosas maravillosas de la vida.
ResponderEliminarGracias por una nueva hermosa entrada que invita apensar, explayardse y decir.
Has escrito una vez mas a puro sentir con el latido de tu corazón, por ello te abrazo en las letras.
He estado un tiempo ausente de este medio, el cuál retome, por ende vengo dejarte mi
agradecimienro por tus decires y visitas a mis blogs.
En virtud de tal te invito a pasar por ellos y retirar lo dejado como detalles para que lo lleves a tu casa.
dejo ante las orillas de tu ser
aires frescos de vida,
un manojito de lavandas,
junto a un mate amigo
y mi cariño.
Tuya
María del Carmen
Mis Blogs
www.walktohorizon.blogdpot.com
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Yo no sé si es posible provocar lo inesperado, pero al menos deberíamos darle una oportunidad.
ResponderEliminarQué ganas dan de decir a veces "ahí te quedas" pero arrastramos tanto lastre que en el mismo momento que lo pensamos sabemos que no lo vamos a hacer.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo:)
Siempre mejor que tomar el olivo, darse a la fuga o vivir para mirar cómo otros le dan de comer a los patos.
ResponderEliminarBuenas noches, profesor Ojeda:
ResponderEliminarTenemos miedo a quedarnos fuera del sistema.
Hasta las migas cuestan un dinero que hay que ganar, pero... los patos de los parques urbanos están inflados. Si no les echamos comida no se acercarán, pero podemos mirarlos, a su aire.
Saludos
Es ya ni los patos nos esperan.
ResponderEliminarPues otra vez, besos
Me apunto al café, después veré a los patos.
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