La postmodernidad es la consecuencia inevitable del fracaso de la modernidad como época histórica. Así se denomina al período que comienza hacia finales de los años cincuenta del siglo pasado y que, según todos los indicios, se cierra ahora.
Las grandes ideologías que procedían de la modernidad se habían demostrado, a la altura de los años cincuenta, manifiestamente incapaces de resolver los conflictos históricos. Es más, habían provocado el estancamiento de las dinámicas internacionales, llevando al mundo a un peligroso juego entre dos bloques cuya resolución se demostraba difícil, teniendo en cuenta la potencia militar de ambos. Por una parte, daba apariencia de estabilidad pero, por otra, amenazaba siempre con deslizarse hacia el caos, en una estrategia diplomática insostenible a largo plazo. Lo que se llamó la Guerra fría no consistía sólo en un posicionamiento de fuerzas armadas una frente a la otra, sino -y sobre todo- en un conflicto ideológico al que se subordinaba todo lo demás. Ya analizaremos, en otra entrada, qué queda de aquello.
El agotamiento real de la modernidad era manifiesto hacia finales de la década de los cincuenta. Intelectuales de ambos lados en conflicto comenzaron a proponer modelos alternativos tras una autocrítica, especialmente dolorosa entre los antiguos partidarios del comunismo. La sociedad civil aparece ya no como masa empujada por consignas y manifiesta su desacuerdo con la situación en cuestiones claves de la segunda mitad del siglo XX: contestación a la participación en guerras en las que los bloques ponían en juego sus fuerzas, como la Guerra de Vietnam; últimas guerras contra las potencias coloniales, como la Guerra de Independencia de Argelia; movimientos para alcanzar la igualdad de derechos, especialmente entre los afroamericanos de los EE.UU. y las mujeres del mundo occidental, etc.
Todas esas tensiones, provocadas por la contestación al rígido planteamiento que parecía explicar el mundo tan solo como conflicto, tuvieron, como sabemos, varios de sus principales hitos en los años sesenta. Son muestra de ello las esperanzas que despertó la elección de John F. Kennedy, la Primavera de Praga, el Mayo del 68, las vías de toma de conciencia de minorías como la protagonizada por Martin Luther King. Son sólo unos ejemplos que, aunque manifiestan perfiles no del todo claros, indican la aparición de grietas en lo que tan rígidamente esquematizado parecía.
Por otra parte, surgen movimientos contraculturales de todo tipo, ideología e intenciones. De todos ellos, el que nos ha llegado con más fuerza -quizá porque pronto fue convertido en referencia caricaturesca por sus detractores y por los que se sumaron a él sin saber bien en qué consistía- fue el de los hippies, de más larga y persitente huella en el mundo posterior de lo que parece. Pero no es el único.
Habrá tiempo de hablar más en extensión de la democratización de la cultura como uno de los resultados de la postmodernidad y cuyo máximo exponente es el arte pop y sus consecuencias en todos los géneros artísticos.
Todos estos elementos ponían de manifiesto que entender el mundo como conflicto permanente de ideologías, tenía sus días contados. El desmoronamiento de la Guerra fría vino por el lado más insostenible, el que menos tenía en cuenta al individuo como entidad. El bloque soviético se desintegró y siempre se ha señalado la caída del muro de Berlín en 1989 como el fin definitivo de la modernidad. Yo introduciría, en el mismo ámbito, la Revolución de los claveles (1974), la Transición española a la democracia (1975) o el final del apartheid en Sudáfrica (que culminó en 1990-1991). Evidentemente, hubo, en todo el mundo, intentos de que no se avanzara hacia fórmulas diferentes a las de la Guerra fría, como el golpe de estado de Chile (1973) o los esfuerzos de los últimos gobernantes soviéticos anteriores a Gorbachov, que no consiguieron detener el final de la Unión Soviética.
En resumen, lo que se ha llamado postmodernidad, hizo su aparición en los años cincuenta, se manifestó por todo el mundo en los sesenta como ariete antisistema y contracultural, adquiriendo consistencia ideológica y cristalizando en figuras históricas aun recordadas, muchas de ellas, como mártires civiles.
La erosión de las fuerzas que constituían el mundo hasta esos momentos, consigue sus primeros logros en los años setenta y termina con el triunfo de un nuevo planteamiento del mundo en los noventa. Recordemos que fue justo al final de este recorrido cuando un teórico proclamó el final de la historia.
Desde entonces, las fuerzas impulsoras de la postmodernidad que habían alcanzado su mayor presencia al final del siglo XX -aparición de la sociedad civil como fuerza transformadora y capacitada para controlar a sus gobernantes y el destino de lo colectivo; redefinición del individuo como valor social basado en la búsqueda de una nueva identidad no regida por grandes ideologías sino por compromisos cercanos, con la consiguiente desorientación inicial; entendimiento del mundo como suma de partes heterogéneas entre las que se tiene muy en cuenta a las minorías hasta entonces marginadas de las decisiones; visión del mundo globalizado, etc.- han visto mermada su influencia hasta la situación actual.
Esta entrada se ha alargado más de lo que pretendía. Dejémosla, pues, en una primera aproximación a las claves de comprensión de la postmodernidad. Continuaremos la próxima semana.
Que seria de la modernidad isn la historia no?
ResponderEliminarsaludos brujos, interesante forma de mirar, interesante forma de ver
saludos brujos
Yo creo que el dinamismo de la posmodernidad no está tanto en el desmoronamiento de las estructuras anteriores (que ésas acabarían cayendo por sí mismas, por contradictorias y sin sentido) si no en la fuerza y protagonismo que toma la persona: que marcada por los calamitosos acontecimientos del mundo moderno ya no está para grandes promesas o utopías. Bueno. Un abrazo
ResponderEliminarOs mando este breve repaso historico del siglo XX de Juan Antonio G.F
ResponderEliminarpedro
ResponderEliminarayer veía un canal x de tv
y daban un reportaje sobre los pueblos neolíticos aún existentes en áfrica y en la amazonía...que cosas no??
postmodernidad subjetiva y social ciertamente, ya que nos compete a un segmento de esta civilización .
Sin duda da para un prolongado diálogo.
Los siglos se siguen marcando
pero la evolución a veces no va en línea recta...es como vuelo de mariposa:-)
un abracito apapchado pa'usted
gracia spor dejar su huella en mi espacio
Interesante foto. Este trozo de muro dibujado, si hubiera sido de Berlin tendria un precio inestimable!!!! La relatividad de todo!!!!!
ResponderEliminarUn saludo y feliz semana!
He vivido todo lo que cuentas de primera mano... Ahora, los asesinatos de los hermanos Kennedy y de Martin Luther King, fueron muy traumáticos para los de mi generación porque ellos simbolizaban el cambio que anhelábamos. Hoy en dia veo al mundo muy, muy mal y a los ciudadanos de a pie alienados por, principalmente, los programas basura de la tele primando la zafiedad e ignorancia para tenernos anestesiados y silenciados. No me gusta esta postmodernidad. Besotes, M.
ResponderEliminarYa tengo tu Entrada para disfrutar esta tarde.... con tiempo, se la merece como todo lo tuyo..
ResponderEliminarUn beso mañanero y dormidito, Pedro.
Para mi el inicio de la postmodernidad viene dado por el gran avance de los medios de comunicación, antes los intelectuales eran lo que se reunían en los cafés a las tertulias y compraban y escribían en los periódicos... aparece la televisión y se da el primer paso hacia la globalización y a lo que es la gran manipulación de las masas, y así comunicación, comunicación y consumo, realmente la única preocupación es el dinero y el bienestar, bienestar que da nombre a esta sociedad y que es alcanzable por casi todos.
ResponderEliminarCUENTOSBRUJOS: veremos cómo se equivocó el pronosticador del final de la historia.
ResponderEliminarNOME DIGAS: en efecto, una de las claves de la nueva época, es la aparición del individuo con unos matices nuevos. Entre ellos, el descrimiento y, como digo en el texto, una forma diferente de compromiso. Un abrazo.
OJOS DE PAPEL: buena aportación, hay que leerlo con calma.
LICHAZUL: contradicción permanente (aunque cada vez se da menos): pueblos que viven en un tiempo histórico diferente al nuestro. Quizá ellos son los que tienen razón. Un abrazo.
SERENDIPITY: la foto está tomada en la iglesia de Sasamón 8Burgos) y quería mostrar lo que dices, la relatividad de todo y la mezcla de cosas.
MERCHE: lo que no te gusta es la deriva de la postmodernidad, igual que sucedió con la de la modernidad. Estos mitos generacionales que señalas constituyen la cristalización de la postmodernidad, quizá su lado más auténtico y esperanzador.
SELMA: espero tus comentarios. Un beso.
MAFALDIA: en efecto, los medios de comunicación tienen una gran fuerza en este período y, sobre todo, su extensión, para bien y para mal. Lo veremos en otra de las entradas.
Gracias a todos por vuestros comentarios y un abrazo con fuerza para comenzar bien la semana.
Uno de los problemas que aprecio en aquellos que intentan construir una historia que explique el mundo en su generalidad, es esto precisamente, que se generaliza mucho. En todas las épocas ha habido minorias que han intentado contruir en su entorno otro sistema de comprensión o visión para cambiar lo que veian como equivocado. En muchos casos al dejar de lado tales personas en esa construcción de la historia, y sobre todo poniendole etiquetas para poder seccionar o seleccionar aquello de lo que se quiere hablar, construye un minusculo puzle de la diversidad y riqueza que hay en este planeta.
ResponderEliminarNo siempre han sido los artistas, los filósofos,etc. los que han construido algo diferente. Qué si han recogido lo que estaba presente y lo han plamado si. Quizá mi visión de esto es precisamente porque me centré en buscar siempre los que disintieron de alguna manera de lo que les tocaba vivir, y que ahora tras el paso de los años -por fin- van saliendo a la luz y se les está escuchando. ¿Donde deja la historia -esta historia- a estos seres? He tenido en la manos un libro muy interesante, te pasaré el autor en otro momento: "El miedo en Occidente". Je,je, no me llames pesada, o como hizo alguien que quiere salvar el mundo, paranóica. El nombre que escogí no ha salido de la nada.
Personas no personajes... si no nos volveremos a perder lo que importa, que es responsabilizarse cada uno de si mismo y de su parcela de actuación - no hablo de el individulismo que impera-, para hacer que todo adquiera una mayor armonía de (y en la) comunicación.
Me gusta el contraste: trozo de muro lleno de trazos iracundamente pueriles -deformación profesional- y la iglesia al fondo en la derecha, y un trocito de narutaleza a la izquierda. Muy simbólico, ¿lo habias tenido en cuenta? Me gustaría saberlo...
Un abrazo
Haideé dice: "lo que importa es responsabilizarse cada uno de si mismo y de su parcela de actuación".
ResponderEliminarTu dices: "en la búsqueda de una nueva identidad no regida por grandes ideologías sino por compromisos cercanos".
En mi opinión, ahí está la clave, mejor, una de las claves.
UN SALUDO.
HAIDEÉ: veremos cómo, precisamente en la postmodernidad, la historia comienza a explicarse de otra manera, fijándose en el mosaico completo y no sólo en las partes dominantes: eso se aplica a las minorías sociales y a las diferentes culturas. Y veremos cómo eso está cambiando ahora mismo, para volver a un intento de explicación del mundo según factores generales y no particulares, con las consecuencias para el individuo que vemos.
ResponderEliminarEn cuanto a la foto, como imaginas, fue buscado el contraste. Todas las de esta serie -como siempre procuro en el blog-, intentan dialogar con el texto y su temática. A veces, es curioso, significa más la imagen que el texto.
CORNELIUS: en efecto, esas son algunas de las claves más importantes de la época que comienza a morir. En parte, han sido vividas como utopías, pero las utopías siempre han ejercido una enorme influencia en la evolución histórica.
Veremos dónde paramos.
Un saludo.
Un repaso lúcido y comprensible que recorre más de 50, casi 60 años.
ResponderEliminarEste post sí lo he entendido. Me pasa lo mismo que a Merche, que estos acontecimientos los vivimos y forman parte de la historia personal de todos los de nuestra generación.
Estoy de acuerdo con la tesis del fin de la historia. Los criterios económicos priman sobre los ideológicos. Hoy en día ya no tiene sentido ser de izquierdas o de derechas. Las políticas vienen dictadas por criterios económicos y todas son muy semejantes a pesar de la palabrería.
Un abrazo.
Benditos sesenta. Y comparto la opinión de PALLARÉS. Un saludo
ResponderEliminaral leer lo de la Guerra Fría me ha hecho gracia recordar que Zapatero ha dicho hace días que la Guerra Fría va a volver. Si lo dice el profeta jajajaja
ResponderEliminarun abrazo.
Efectivamente que la historia a muerto, y en especial desde que Rusia es uno de lo paises con mas ricos por metro cuadrado y en Estados Unidos proponen para vicepresidenta a alguien como la Palin... (que el mundo nos coja confesados)
ResponderEliminarsaludos
Siempre he odiado esta parte de la historia, por su frialdad en los hechos acontecidos, por el poder economico que se ve en todos y sobre todo por que me cuesta entender, que se pueda hacer historia con echos que estamos viviendo, como quien dice forman parte de nuestro presente. Dejemos que nuestro futuro haga historia de nosotros.
ResponderEliminarSaludos.
aparición de la sociedad civil como fuerza transformadora y capacitada para controlar a sus gobernantes y el destino de lo colectivo
ResponderEliminarLas empresas tratan de mantener sus márgenes de beneficio recurriendo al mecanismo de bajar los costes o incrementar la productividad. Lo que pasa es que ahora la inversión puede dar un salto geográfico a escala mundial para procurarse un entorno que satisfaga el primer arbitrio, el de bajar costes (deslocalización), privando así a unas zonas de la riqueza por otras. Y la sociedad civil asiste a este movimiento del capital inerte y sin recursos para evitarlo sin causar más daño. Por esta razón discuto el poder de esta sociedad civil sobre su propio destino,
aecagh
Buenas tardes Pedro!
ResponderEliminarHe leído con suma atención tu Entrada, los comentarios y algunos Enlaces,me llama la atención el penúltimo el que se refiere a Francis Fukuyama en su "obra" "El fin de la Historia y el último hombre", todo vocablo que lleve a "Neo" me da yuyu...
Me voy a seguir instruyendo... a por una segunda lectura y abriendo los otros Enlaces... sin prisa pero sin pausa, para asimilarlo todo...
Gracias una vez más por estas clases desde la cercanía en el estar, en las palabras que nos dedicas a cada uno...
Un beso Pedro.
El autor es Jean Delumeau.Ed. Taurus. No sé si hay nueva edición. Bueno, estoy suponiendo que no lo conoces... mal hecho, si. Aquí habla desde el siglo XIV al XVIII.Pero como lo trata desde muchos aspectos, entre ellos psicoanálitico, psicológico y antropológico, resulta un mosaico muy esclarecedor para el momento actual que vivimos, pues al fin y al cabo, las emociones siguen siendo las mismas acompañadas de otros condicionamientos.
ResponderEliminarMuy rica en simbolismos pues, se puede hasta escribir un ensayo con ella.Estoy ahora con un libro sobre arte que me está dejando fascinada, mi sana costumbre de mirar más allá de las doctrinas :)
Pues agarremos bien el timón, porque los vientos van a ser huracanados.
Por ciento ¿lees las contestaciones que doy en mi espacio? también me gustaría saberlo...qué mal se me da andar con rodeos,jejeje...
Un abrazo
ANTÒNIA: el problema de la teoría del fin de la historia es, precisamente, la denominación´"fin de la historia": muy buena si se lee el libro, si no, como pasó, quedó como una frase brillante pero que no se comprendió, de ahí las críticas (sucedió lo mismo con "la deshumanización del arte", que muchos no han leído ni comprendido y critican sólo por el ruido de las campanas). Cada vez se agudiza más lo que señalas. Un abrazo.
ResponderEliminarMANZACOSAS: benditos sean, aunque ahora esté de moda despreciar sus logros.
FERNANDO: bueno, no creo que Zapatero hablar de postmodernidad, precisamente. Y, en efecto, veremos el retorno de ciertos conceptos que predominaron en la guerra fría: las fuerzas internacionales tenderán hacia una política de frágil equilibrio sólo sostenido por argumentos demasiado cerrados. Daremos vueltas a esto.
PACO: y lo que nos tocará ver. Saludos.
R.A.RIVERO: en efecto, los últimos años, en los que las tendencias que constituyeron la llamada postmodernidad se diluyen, sucede lo que señalas. No hagamos historia, pensemos sobre nuestro mundo: eso sí debemos hacerlo. Saludos.
AECAGH: como dices, ahora la sociedad civil ha dado un paso atrás (o las grandes corporaciones uno hacia adelante): ya no tiene la fuerza con la que apareció en los años sesenta. De ahí que ésta sea una de las señales que me reafirman en el cambio de ciclo histórico.
SELMA: los neos son forma de rebuscar en lo antiguo para proponer modificaciones futuras interesadas, en efecto. Pensemos entre todos.
HAIDEÉ: este historiador se ha especializado en reinterpretar una época histórica en la que se modificó los fundamentos de Occidente y en el que se estableció la pugna entre creencia y ciencia, como sabes. Las emociones son las mismas, pero no el contexto y de ahí que sus conclusiones puedan servir como meditación, pero no como explicacióin de nuestro presente. Hay otros libros en los que sí intentó reflexionar sobre esta cuestión.
Los vientos en estas cosas, querida Haideé, siempre han sido huracanados.
Sí las leo, me subscribo a las comentarios.
Un abrazo.
FATEFUL: conocí a la primera...
Excelente y completo trabajo que has realizado con este post dando un repaso a la postmodernidad de finales de la década de los años 50y principios de los 60, por mi parte lo único que tengo que alegar, pero lo voy a hacer, no con palabras, sino con aplausos, el maravilloso trabajo que has realizado con este post.
ResponderEliminarUn beso y feliz tarde de Lunes.
Los movimientos, las ideologías... Se suceden unos a otros y será el paso del tiempo, y nuestra interpretación , el que ponga cada cosa en su sitio.
ResponderEliminarLo espeluznante son los mercaderes que viven de ello, nos lo venden fraccionado, manido (en fin, me he ido por las ramas pero...)
Saludos.
Yo es que no tengo claro que las ideologías hayan muerto... o casi. No sé si es que se han transformado, adaptado o pervertido, pero la cuestión es que seguimos igual de encorsetados que antes solo que las cremalleras han pasado de ser de hierro a ser de plástico. Por unas causas o por otras (antes las guerras, las frías y las calientes, y ahora el poder económico, el consumo y el despilfarro, y las guerras inventadas y transmitidas en directo) seguimos estando en manos de los mismos. El hombre adquiere compromisos más cercanos... Pues en lo teórico quizá, pero en lo práctico el egocentrismo impera como nunca. Creo que el hombre cada vez tiene un pensamiento menos propio y más global, pero no como forma de implicarse en el todo como sujeto sino como objeto
ResponderEliminarde los intereses más pragmáticos y desconcienciados que todo lo inundan. El pensamiento único será lo que cave nuestra tumba. En la modernidad se luchaba por unos ideales aunque estos fracasaran, mientras que en la posmodernidad no hay ningún ideal que merezca reseñarse. El movimiento hippy lo intentó y quizá fuera lo que más se acercó, pero no estuvo exento de parafernalia y, en muchos caso, de frivolidad.
Todo lo que citas tuvo una influencia determinante para que se produjeran cambios, pero creo que el papel del hombre se ha empobrecido, cada vez cuenta menos para todo, salvo para el consumo.
Somos carne de cañón.
Besotes.
El médico ingles Ronald Gibson, que vete tú a saber quien coño es, comenzó una conferencia sobre conflictos generacionales, citando cuatro frases:
ResponderEliminar1) "Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso alas autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos".
2) "Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible".
3) "Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos".
4) "Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura".
Después de éstas cuatro citas, quedó muy satisfecho con la aprobación, que los asistentes a la conferencia, daban a cada una de las frases dichas.
A continuación, reveló el origen de las frases mencionadas:
La primera es de Sócrates (470-399 a.C ..)
La segunda es de Hesíodo (720 a.C.)
La tercera es de un sacerdote del año 2.000 a.c.
La cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia (Actual Bagdad) y con más de 4.000 años de existencia.
Moraleja: Nada nuevo bajo el sol.
Lo iba a poner en mi blog, pero creo que viene bien con el tema.
Un saludo.
Hola
ResponderEliminarDiscrepo de esa visión de final del postmodernismo que se desprende de tu entrada. No sé, no sé. Quizás los discursos postmodernistas estén gastados, pero su influencia aún colea, y mucho. Porque el postmodernismo, queriendo derribar las verdades absolutas, ha creado el reino de las infinitas verdades, donde ninguna verdad es más verdad que otra, donde todas las ideas son respetables (¿todas las ideas son respetables?).
El postmodernismo todavía lo impregna todo: desde la cultura (el relativismo cultural es hijo suyo), el desdén por la ciencia (nadie ha hecho más por el resurgimiento de las pseudociencias, en nombre del todo vale), el periodismo (dado que "no hay posibilidad de hechos objetivos, viva el "nuevo periodismo", donde la frontera entre verdad y ficción ha saltado por los aires), el arte (donde el "todo vale...lo mismo" ha llevado al altar ha timadores de tomo y lomo), etc, etc.
Y lo bueno de todo ello es que los pensadores postmodernistas, a pesar de sus supuestas "mentes abiertas", han enseñado con saña sus dientes cuando se les ha atacado desde posturas, en teoría, más rígidas.
Un saludo, como siempre un placer leerte.
Me desmayo, Pedro, tu me quieres matar , ainsss :) que trote llevas y yo convaleciente.
ResponderEliminarBesos, niño :)
Excelente repaso historico y lo que falta...
ResponderEliminarBuenas noches Pedro.
Quizas me trateis de desencantado sin ganas de nada, hoy por hoy ....
Todavia sigo notando que soy una marioneta y que mis hilos los mueven ciertos y grandes intereses.
Lo unico que me queda, es una reducida libertad de exprexion y de comunicacion.
De momento, alguno de esos grandes intereses ya se han nominado por aqui.
Ya no hay tertulias, los dialogos nos vienen dados en masa y por los medios de comunicacion .....Es como una accion bursatil, donde se puja por colocarse en mejor posicion dentro del estado del bienestar.
¿Que nos haran...? nos haran ser mas Religiosos?, Nos dirigiremos hacia el Muro? o tiraremos al Monte como las cabras?...
Saludos cordiales, pero inciertos.
Jesus
MARÍA: gracias y sigamos pensando juntos. Un beso.
ResponderEliminarNACHO: no, no te has ido por las ramas. Siempre hay que desenmascarar a los mercaderes que se ponen a la puerta de los templos... Saludos.
ISABEL H.: No. Las ideologías no han muerto. Y nada se corta bruscamente en la evolución humana: siempre encontraremos líneas que continúan y se adaptan y modifican. Y, en nuestra forma de entender la sociedad, siempre habrá poderosos. Pero no son exactamente los mismos. Iremos viendo sus nuevos rostros.
La modernidad tuvo ideales que fracasaron y otros que mejoraron la vida del mundo. Como ha sucedido en la postmodernidad.
El papel del individuo, como bien señalas, se ha empobrecido, pero no exactamente porque pueda menos, sino porque hay quien puede más: nunca se es más pobre que cuando lo eres en la ciudad más rica del mundo.
La deriva hacia el consumismo tendrá su final, pero aun no se ve.
Y sí, siempre seremos carne de cañón. Eso es muy cierto.
Besos.
CAPAZORROS: ya conocía la anécdota que, como ejercicio está bien (supongo que la habrá inventado un escéptico que quiere que todo siga igual). Pero sí hay cosas nuevas. Para bien o para mal.
QUIQUE: es una magnífica aportación la que haces al debate. Traes aquí muchas de las claves de las próximas entradas. Sin embargo, como el final de la época llamada moderna no corresponde en todo a las ideas de su nacimiento, lo mismo ha sucedido con el postmodernismo. Lo que ciertamente señalas es la deriva de las ideas que la constituyen: por eso muchos ven el final de la época. En esta deriva está el germen de lo que está apareciendo. De ahí, como bien indicas, la evolución incluso personal de muchos de los pensadores.
Le daremos vueltas a la cosa.
DIANNA: tú puedes. Y más. Besos.
JESÚS: el desencanto de muchos viene, precisamente, por el fracaso de las ideas que provocaron el cambio de los años sesenta y setenta. Ahora nace algo nuevo, que aun no sabemos dónde nos llevará pero que nos desorienta y nos vuelve escépticos puesto que parece un rearme de lo que no nos gustaba hace décadas.
Si lo moderno no vale y lo postmoderno ya se ha agotado..."Sólo queda llorar y rezar" (porque ningún cambio social ha solucionado los conflictos del mundo).
ResponderEliminarTodo movimiento es expresión de una generación y de un contexto vital.
ResponderEliminarLo dificil es poner la etiqueta.
En lo postmoderno cabe todo; no diferencia los diferentes matices de cada movimiento, y son muchos.
DEME: eso, por raro que parezca, ha sucedido siempre. Ideas, arte, todo nace y se agota. Y nunca -triste pero es así- solucionaremos los problemas del mundo.
ResponderEliminarJAVIER: en todas las épocas ha pasado. Sólo la perspectiva del tiempo consigue encontrar las raíces comunes entre lo que parecía tan diverso. Pasará también ahora.
Como Mafaldia, creo que una de las características de la postmodernidad ha sido el poder creciente que han ido adquiriendo los medios de comunicación, en cuanto que se convirtieron en creadores de opinión y manipuladores ocultos de esta, lo que, al fin, deriva en que la posibilidad de control de sus gobernantes por parte de la sociedad en la democracia liberal en realidad esté muy mediatizada por intereses espúreos y sea bastante más utópica que real.
ResponderEliminarCUSPEDEPITA: en efecto. Pero, en paralelo, también han aumentado las formas en las que el individuo puede hacer frente a esos intereses.
ResponderEliminarLo peor es la ficción de comodidad en las que nos han hecho vivir sus consignas.
Yo espero que en la postmodernidad se solucione lo que la modernidad no ha podido solucionar,un mundo más igual sin grandes potencias,la preocupación por el medio ambiente y que no haya guerras...Algo imposible ¿verdad? sobre todo lo ultimo..
ResponderEliminarbesos
ESTHER: No se ha conseguido en lo que llevamos de Historia. Algo se ha mejorado, pero... Besos.
ResponderEliminarla modernidad fue fruto de la evolucón... la potsmodernidad de la involución. un abrazo
ResponderEliminarMANUEL: esperemos lo que venga ahora... Un abrazo.
ResponderEliminarAh ... no quiero ser postmoderna y mucho menos creer en la teoria de Fukuyama que "habla" en sus libros que estamos libres del Nazismo, Fascismo y todos estes movimientos decindo que ya nos es compatible con el movimiento de la Pos-Historia. Para mi el es un "delirante" ...
ResponderEliminarMe ha parecido fantástica esta entrada y tienes mucha razón.
ResponderEliminarLo que veo es que las grandes ideas que parecían mover el mundo se han desplomado y no parece que surja nada nuevo de importancia: hay una gran desorientación y el desánimo y la superficialidad ganan terreno.
El gran acontecimiento que aparecerá en los libros de Historia como cambio de época probablemente sea el atentado de las torres gemelas, digo.
Besos
SILL: por esas razones, estamos saliendo de la postmodernidad.
ResponderEliminarEUPHORBIA: en efecto. El atentado contra las Torres y la Segunda guerra del Golfo son hitos que marcan este fin de época y que aparecerán en los manuales. Lo veremos en unos días. Besos.
La desintegración de Rusia ha impactado en el mundo de una forma más profunda de lo que parece. El mundo vive una pacificación superficial. El matón no tiene rival, o se está forjando en oriente.
ResponderEliminarHay algo que creo que no has tocado e influye de una forma inquietante en la forja del tiempo actual, y es la amenaza terrorista a nivel mundial.
Los hippies son los supervivientes a la mediocridad, en el día de hoy no sé que nombre reciben, ¿tolerantes?
Hablas de muchos apartados para darnos una idea global, a mi me gustaría más verlo desmenuzado. (Qué morro tengo)
BIPOLAR: la ruptura de todo equilibrio, aunque sea del más peligroso, trae consigo un período penoso de desestabilización.
ResponderEliminarLa amenaza terrorista generalizada llegará: no debemos agotarlo todo en una entrada si queremos pensar bien y con calma.
Desmenuzaremos, desmenuzaremos.