Del margen, a veces, viene la música. Sorprende doblar una esquina y hallarse envuelto en una melodía. ¿A quién salva esta sorpresa? Quizá pensemos que al que está en el lado invisible: por bohemia, por aventura, por necesidad. Sin embargo, mientras nos alejamos tras arrojar una moneda, hay algo -un regalo- que viene desde ese lado y se queda con nosotros. Aunque sólo sea un instante.
quién dijo que el arte no está en las calles para quien lo quiera apreciar???
ResponderEliminarera un pequeño hombre, con pequeñas luces ,en su pequeño entendimiento:-)
muakismuakis de turrón
El regalo nos lo ofrece esa persona con la melodía que nos llega a través del aire, quizá de su guitarra, o de su acordeón..., y para esa persona el mundo es nuestro regalo, una simple moneda que no sabe cantar.
ResponderEliminarUn beso.
apetece pararse, apetece volver a pasar... otras veces echarse a correr, tiene que haber de todo.
ResponderEliminarQue alguien tenga sensibilidad musical dice mucho de su espíritu.
A veces esa música te endulza el instante de una forma tan sublime, que te dura la euforia un rato largo
ResponderEliminaroír esta música callejera te puede alegrar la tarde o ponerte triste si oyes una canción que trae buenos o malos recuerdos.
ResponderEliminarun abrazo.
Para mi es un placer bajar las escaleras del metro y oír una melodía que me encanta. me cambia el humor a cambio de una moneda.
ResponderEliminarHace unos días iba en el tren con mi nene y entraron a tocar dos chicos sudamericanos, no sé de dónde, tenían pinta de andinos. Tocaron algo que me recordó a Quilapayún y lo hacían muy bien, por cierto. Jordi se puso a mirarlos con una atención pasmada durante toda la canción. Les di una moneda por el rato que pasó mi niño escuchándoles, valió la pena.
ResponderEliminarUn beso
¡Adoro a los músicos callejeros! Siempre me arruino porque a TODOS (menos a los que llevan esos aparatos electrónicos que suenan como una orquesta entera) les doy algo. Me alegran el dia cuando me regalan al oido con su preciosa música. Besotes, M.
ResponderEliminar¿La mirada d3el músico entre las notas o las propias notas?
ResponderEliminarsaludos brujos
Artistas fracasados o sin oportunidad? Saludos
ResponderEliminarLa banda sonora discurre por los márgenes de la tira de la película. Nos convierte en actores durante el intervalo en que atravesamos la escena. Durante ese intervalo la vida no se imita a si misma.
ResponderEliminarYo, seguro que me forraba, me pagarían para que no siguiera tocando o para que tocara donde hay sequía.
ResponderEliminarBesos castos, niño??!! u.U
En la naturaleza todo tiene un lugar estratégico, para cumplir una determinada función.El músico callejero también la cumple " algo ha de aprender de está vida y nosotros con él " la vida es la mejor escuela que hay.
ResponderEliminarBesos
Aunque las circunstancias de mi existencia se han visto modificadas, tengo que aprender a vivir con otras rutinas. Y trataré de ir abriendo los blogs que amo, como quien abre una ventana y se asoma al patio.
ResponderEliminarTengo posts antiguos aún para leer. Me iré poniendo al día.
Besos, entretanto...
Nada más sorprendente y maravilloso que alguien te regale sus emociones, y eso es lo que nos dan esos músicos callejeros, nos las regalan día a día y despiertan las nuestras, que algunas veces tenemos dormidas. Mil gracias desde aquí por ser como son.
ResponderEliminarUn beso para tí.
En la calle Huertas, al lado de mi casa, toca a veces un violinista triste. Es un hombre de aspecto extranjero, muy delgado y alto, y toca con tanta finura y sentimiento que me quedo embobada escuchándolo, a veces detrás de la esquina porque me encanta sentir como que la melodía flota en el ambiente, como algo mágico. No sé si es un zarapastroso, un mendigo o qué, pero me da igual. Para mí es un artista y cuando no está lo echo de menos.
ResponderEliminarUn besote.
A música é sempre um presente, não é?
ResponderEliminarSe calhar, qualquer forma de arte o é...
Besos.
Podríamos calificarlos músicos sin padrinos
ResponderEliminarViven por y para la música un clan muy extendido por todo el mundo
saludos
Hay verdaderos artistas poniéndole la banda sonora a la calle, pero hoy día como vamos al ritmo que vamos con prisas y demás, pues no sabemos apreciar el mérito que tienen. Haga frío ó calor ellos están ahí amenizando a los paseantes. Muchas veces su música suena mucho más alta que el MP4 que llevamos al oído pero fíjate que no la oímos. ¡Hay que ver cómo son las cosas!
ResponderEliminarUn beso.
¿Arrojar? Ay, qué poco me gustó...
ResponderEliminarDar, dejar, poner, regalar, compatir... pero arrojar... me duele... ¡qué se le va a hacer, lo siento así! Será por deformación profesional...
Un abrazo, pero arrojar,:) No más ¿eh?
Mucha gente sigue su camino, como si ni viera ni oyera, mientras desagarran notas con los dedos protegidos por mitones de bohemia, aventura o necesidad.
ResponderEliminarHola a tod@s: en esto, como habéis señalado, hay dos partes. En primer lugar, la del músico que toca en la calle. Conozco casos de gente que así se paga parte de un viaje turístico y gente que vive o sobrevive. De vez en cuando, algunos músicos tocan en la calle para darse a conocer o como protesta ante determinadas condiciones de la profesión.
ResponderEliminarEn mi entrada también señalaba la segunda parte que habéis preferido comentar varios: la del que oye esa música. Muchos pasan de largo, como si se les fuera a contagiar algo o les obligaran a dejar una moneda.
En algunos de esos casos, hay gente que arroja la moneda (de ahí el significado de lo que decía en la entrada, Haideé) como forma de librarse cuanto antes de la inoportuna molestia y, de pronto, se ve sorprendido por la belleza de lo que escucha. Algo se les pegará de esa armonía, espero.
Yo soy, como algunos habéis opinado, de los que agradecen la humanización de las calles y de los pasadizos del metro con estos músicos, independientemente de su calidad. Especialmente, en esos días largos y oscuros del invierno.
Saludos a todos y un abrazo.
No quisiera pifiarla pero Sabina no tocaba en el metro? Creo haberlo leído...
ResponderEliminarCuantos talentos se desperdiciaran por no tener el padrino adecuado o el golpe de suerte... en premio al talento que manifiestamente muchos tienen...
Un beso.
INSTANTES..quizas todo se resuma en insatnes..de musica...de palabras...de artes...bellas artes.
ResponderEliminarbesines!
:)
Pues sí Selma, Sabina empezó tocando en el metro, y ya ves donde ha llegado. Para mí todo el que muestra su arte en la calle, me merece mucho respeto, pues es acercar la cultura a la gente, tanto pintando, como con música, mimo etc. Besos Isabel.
ResponderEliminarTiene su encanto. Cuando voy a Madrid, en el metro, o en cualquier esquina de Sol, o de la zona de los Austrias, abunda esa musica callejera. Todo adquiere otro aire, otra luz...
ResponderEliminarSaludos.
La música callejera es agradable, salvo la que, como dice PALLARÉS, la que utiliza aparatos electrónicos. Un saludo
ResponderEliminaren el margen todo es posible, igual que en el resto de lugares donde vivimos gran parte de los privilegiados de este mundo cruel que tan diferente es con unos y con otros.
ResponderEliminarbicos,
Banda sonora en nuestro caminar.
ResponderEliminarLibertad en los ojosdel músico.
El margen es el centro verdadero.
he publicado hoy en mi blog un pequeño homenaje a nuestra lectura colectivo, que siempre ando pillada de tiempo para contribuir con alguna cosilla, espero que te guste.
ResponderEliminar¿sabes qué pensaba esta tarde? que tienes mucho mérito porque no es nada facil reunir a un montón de personas y mantenernos fieles a una lectura como esta y aún por encima disfrutarla como enanos.
Gracias por tus esfuerzos, espero que nuestros elogios te sirvan de recompensa.
biquiños,
¿Eres consciente de tu pesimismo? ¿Eres consciente de que esa construcción mental te condiciona el modo de ver en el mundo y genera otros pensamientos negativos y un estado emocional oscuro?
ResponderEliminar¿Si hubieras construido la frase de otro modo no hubiera expresado lo que me explicate pero sin que apareciera esa expresión de modo tan negativo?
No sé, puedes contestar o no. Tú decides si merece la pena reflexionar sobre ello.
Estimada Haideé: hay muchos que arrojan las monedas, como sabes. Que al menos les alcance algo de la música y los haga mejores. No entiendas la primera persona del plural del texto de otro modo. Y, sobre todo, no la cambies por la segunda persona del singular: eso sí es negativo e indica un juicio oscuro al señalar con el índice. Lo que, de pequeño, me indicaron que no es correcto. Sobre todo porque se tiende a ver en otros exagerado lo que está en uno mismo. Por eso, me incluyo en el plural cuando muestro lo que pienso que no está bien. Nadie es tan puro que esté libre. Yo mismo soy parte de aquello que debe ser corregido y revisado. Gracias por tus palabras
ResponderEliminarla música siempre es un regalo y, si interrumpe la fijación como circulamos por la vida, aún más. Redescrubí a Silvio(al que había seguido durante muchos años) gracias a uno de esos músicos, me emocionó tanto escuchar esa canción en el pasillo del metro que incluso me paré a cantar con él.."o por lo menos querible, besable... amable".
ResponderEliminarBesicos, Pedro
Encarna
ENCARNA: seguro que el dúo fue todo un éxito. Besos.
ResponderEliminarVoy a intentarlo:
ResponderEliminar“Del margen, a veces, viene la música. Sorprende doblar una equina y hallarse envuelto en una melodía. ¿A quien salva esta sorpresa? Puede ser que pensemos que sólo al que esta en el lado invisible: por bohemia, por aventura, por necesidad… Pero nuestra sorpresa puede quedar grabada en nuestra alma (o memoria, si lo prefieres), aún tras arrojar sin más una moneda, cuando lo que nos ha ofrecido ese ser invisible a sido la magia de su melodía. Un gran regalo que queda prendido en nosotros, aunque tan sólo sea por un instante”
He utilizado el verbo arrojar y me he incluido en el todo. ¿Cómo percibes este texto?
No soy chinche, sólo intento una visión distinta del mundo que nos rodea. Se que cada uno tiene su propio estilo expresivo, esto es claro, pero que con lo que se transmite, uno habla de si mismo, es evidente, por y para eso escribe. Y si como dije, todos imitamos -y por ello nos acercamos a los afines- si queremos cambiar nosotros ha de ser porque podemos cambiar nuestra interpretación de lo que cotidianamente acontece.
Por cierto ese “ha” que he puesto es con hache o sin ella. Mi mente es un marasmo para las reglas ortográficas y demás, algo que se ve en lo que escribo, si lo sé :) Decirle esto a un profesor de literatura será como clavarle un puñal, jeje…
Bueno, qué el sentido del humor nos acompañe siempre.
Un abrazo
Los olores y la música son, para mi, unos potentes "catalizadores" de recuerdos y momentos vividos. Felices, por supuesto o no tan felices pero patinados por el tiempo...
ResponderEliminarSólo leer esta entrada he recordado la ciudad de Santiago de Compostela y un violinista que nos regaló su música una fría noche otoñal.
Un abrazo.
HAIDEÉ: lleva h, sí. He notado el puñal, pero venía de manos suaves.
ResponderEliminarUn abrazo.
ANTÒNIA: todos recordamos alguno de esos momentos en alguna ciudad. Por algo será.
Asi es, la musica está en todo y que bueno que sea asi porque no imagino un mundo sin la presencia del sonido.
ResponderEliminarUn beso.
Sill
Buenos dias Pedro.
ResponderEliminarEn estas ciudades de voragines humanas circulando por calles y pasillos de metro, por no decir mas... Es todo un regalo oir musica, y mas si te la regalan, puesto que no estas obligado a darles una o dos monedas.
Claro que si observamos nuestro derredor, nos damos cuenta, que hay gentes sordas e imbuidas en su quehacer de prisas.
Yo, que soy un amante de las musicas, incluso alguna vez me paro a charlar con los musicos anonimos callejeros, la de historias que comparten son de pura necesidad.
Saludos cordiales.
Jesus
SILL: sería muy triste. Un beso.
ResponderEliminarJESÚS: eso sí es mejor que una moneda: la conversación, puesto que, entre otras cosas, los hace visibles.
Un amigo violonchelista argentino se ganaba la vida por las calles de Madrid, vino a Burgos, también en alguna ocasión a tocar por la calle. Era un buen músico. Tuvo la mala suerte de morir en un accidente de tráfico con otros músicos y actores, venían de dar un concierto.
ResponderEliminarSiempre que veo a algún músico le recuerdo.
Hay gente muy buena tocando por la calle.
La música es una muy dura profesión.
PILAR: dura y hermosa, como la historia de tu amigo.
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