-Quien ha probado la carne humana nunca olvida su sabor.
Sois una especie desmemoriada. Así habláis de lo que desconocéis, para darle misterio a cosas que tenéis bien adentro y os repugna confesar en voz alta, para lo que habéis fabricado una ficción sobre vuestro pasado.
No queréis recordar, en verdad, que lleváis más tiempo comiéndoos que respetando el cuerpo del otro y cuando, en las excavaciones arqueológicas, alguien documenta un acto de canibalismo, os sorprendéis, a pesar de que ese ritual de devorar al vencido está en vuestra memoria más primitiva y en los gestos repetidos de vuestras magias.
Ahora habéis olvidado ya el sabor de la carne humana y, para acallar los demonios de la conciencia, lo habéis convertido en arte. Abro un libro de los que lleváis para leer en este tiempo estúpido que perdéis para ir al trabajo y que ni siquiera tiene la sintaxis ni la puntuación suficiente para poder pronunciar las frases. No son más que unas líneas tópicas:
-Cuando la sangre sale a borbotones de su cuerpo me satisface contemplarla durante unos segundos antes de morder la herida y beber el líquido rojo mientras le quito la vida.
Qué equivocados estáis.
Os he seguido durante tanto tiempo para alimentarme, que os conozco en todas vuestras debilidades. Y la primera es la exactitud de vuestra hipocresía cuando pensáis eso que se llama Historia.
Ya ni siquiera recordáis a qué sabe vuestra sangre y vuestra carne. Quizá porque preferís otros rituales de dominio sobre el otro que os hagan aparentar más civilizados, pero que tienen tanta crueldad como el más primitivo: o más, puesto que nacen de la creencia de que vivís en un mundo mejor y la ceguera que os impide verlo.
He recorrido tantas veces los túneles que excaváis bajo las ciudades, que sé sus rincones más escondidos: en el fondo son el mapa de vuestra mente.
No soy diferente a vosotros, sino que estoy dentro de cada uno.
Yo soy la memoria que te hará recordar a qué sabe la carne y la sangre humana: no tiene nada que ver con sensaciones físicas, sino con lo que se refleja en la mirada del que muere. Y, cuando llegue el momento exacto de que lo pruebes, sé que no podrás luchar contra mí, porque ya eres mía desde que aceptaste dejar que recorriera tu espalda con aquella caricia. Te enseñaré a cazar, puesto que eso es lo que quieres.
Elige víctima y no te confundas. Algunas no saben más que a aburrimiento y cansancio y te producirán vacío y sensación de tiempo perdido. Las que más me gustan son las que saben a mirada de entrega apasionada a la última de vuestras luchas. Después, todo se calma.
SENSACIONES:
ResponderEliminarrecónditos escalofríos que no se calman con ningún antitérmico, ni manta ni calor de hombre
He sentido la pezuña del demonio sobre el espinazo.
Muy buen relato. Efectivamente produce escalofríos y multitud de sensaciones, además de dejarte atrapada en su lectura.
ResponderEliminarSaludos.
Miradas que se cruzan en el metro con personas desconocidas, sensaciones de soledad en medio de un tumulto de gente, caras apagadas, ojos encendidos, miradas ocultas, escaleras arriba, escaleras abajo, gente que va y que viene deprisa, personas pidiendo limosna en el bajo subterráneo...
ResponderEliminarUn beso.
Al dar la vuelta en cualquier túnel, te puedes chocar de sopetón con la desgracia o con la oportunidad. Escaleras mecánicas que suben y que bajan ¿y si te cruzaras con lo que buscas y no te dieras cuenta?.
ResponderEliminarmmmm me has dejado nervioso, esta noche no voy en metro ufff
ResponderEliminarun abrazo.
Ahhhhhh!! te has desatado, lo sabía!! y te siento a mi espalda, me recorren escalofríos... pero no te será tan fácil... que comience la lucha, yo también tengo armas ;)
ResponderEliminar¡¡Qué bueno!! ¡¡me encanta, eres una caja de sorpresas!! el texto es genial y las fotos lo ilustran de forma magnífica.
Habrá más? espero que sea realmente un anticipo, felicidades, niño, ya no pego ojo esta noche jajajaja.
Besos y bocaos^^
Qué es, lo que atrapa al ser en éste mundo de sufrimiento latente?? , el apego al " yo " y la ignorancia a caso??. Ese es nuestro mayor monstruo.
ResponderEliminarBesos
Mientras lo leía, me iba produciendo una especie de ahogo y desasosiego pero,... no pude parar hasta el final. Consigues crear la atmósfera adecuada. Las fotos... un tanto inquietantes, refuerzan el texto.
ResponderEliminarSaludos.
Hola mi profesor preferido!! Por suerte no tenemos subtes... uy!! me sentí por primera vez en mi vida tercermundista... q horror!
ResponderEliminarBss. Me gustó mucho tu relato e iba a que x suerte no había subtes x aquí... pero hubiera preferido decir como dijo fernando, hoy no me subo a un metro.
Bsss.
Pedro, no me gusta cuando te pones tan tétrico... Ahora, las fotos muy buenas e inquietantes. Besotes, M.
ResponderEliminarBuena la historia del caníbal(ego-caníbal) de ls subsuelo, jeje ¿Metro de Madrid?
ResponderEliminarMe ha gustado a pesar de lo inquietante.
Saludos brujos
Espeluznantemente brillante... Eres un demonio... Un vampiro burgalés que haya abandonado algún poblacho de las faldas del castillo de Bran...
ResponderEliminarMe has recordado el metro de Madrid... miles de veces visitado por mi y ya perdido en la lejania de mi memoria... la carne humana sabe a stress.
ResponderEliminarsaludos Pedro
Me atrae infinitamente más tu relato que el que referencias. Quiero más sobre tu monstruo.
ResponderEliminar¿Consigue tu presa alcanzar tu memoria y recorrer los túneles en busca de otras víctimas?
Leticia-BCN
Un relato magnífico aunque no sé si lo he comprendido bien.
ResponderEliminarTanto el metro como los aparcamintos subterráneos me dan un poco de repelús.
Un abrazo
Hola Pedro!. Sabes? a mi nunca me han gustado lo metros ni nada subterraneo.. me gusta ver la luz, contemplar los paisajes.. respirar aire.. etc.
ResponderEliminarTodo lo que no me transmite serenidad y buenas vibraciones lo descarto.
Te dejo un abrazo
Pues he dormido como un tronco jjaajaja, me desayuné un higadillo y tan fresca como una lechuga :P
ResponderEliminarBesos y buen día :)
realmente el monstruo sabe como soy..., pues tiene que estar temblando el pobre.
ResponderEliminarbuena la historia
ResponderEliminarme entretuve
y las imagenes dan la sensación de velocidad y vértigo .
(pero me parece que la protagonísta es más gore que gótica o la dark)
acá las tribús urbanas se diferencian muy bien
incluso los emos tienen sus propias características
muakismuakis
Somos lo que somos...
ResponderEliminarCuando he leido el texto y he visto las imagenes, me ha pasado una cosa curiosa Pedro: he experimentado tranquilidad (cuando lo normal es lo contrario, ante la carne y la sangre, buena figura).
El ser humano está atado a lo que es.
Un abrazo.
Me gusta esta narración literaria y su paralelismo visual: has hecho un corto cinematográfico con voz en off. Pero me temo que esto no es ningún elogio: significa que me he quedado fuera de la historia ya que soy capaz de juzgarla en términos estéticos. Es mi forma (cobarde) de defenderme de ella.
ResponderEliminarRecuerdo el dia que comí de su carne y bebí de su sangre. Fué el dia más feliz de mi vida.Según me contaron.
ResponderEliminar¿No les pasó a Uds. lo mismo?
Quizá porque preferís otros rituales de dominio sobre el otro que os hagan aparentar más civilizados, pero que tienen tanta crueldad como el más primitivo
ResponderEliminarEl lobo es el hombre. Inmutable, constante a lo largo del tiempo. Conclusión algo deprimente, me parece. La Historia del hombre más bien parece un continuo esfuerzo por obstaculizar a la animalidad implacable que nos induce a lanzarnos los unos sobre los otros. Me estoy refiriendo a la creación de recursos como la ley y de sistemas políticos sofisticados para repartir el poder como la democracia. Esto es lo mejor de nuestra Historia,
aecagh
Perdón, se me olvidaba decirte que me gustó tu relato,
ResponderEliminaraecagh
Lo oculto, lo latente, lo que tenemos dentro, quizá también lo s irracionales deseos... todo produce temor, desorientación, angustia, desasosiego. Dejémoslo oculto.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa
Algunas producen vertigo...me gusta ese juego de abstracto-dinámico...
ResponderEliminarLa sombra, esa gran desconocida que pugna por demostrarte cuan vulnerable eres y que cuanto más control quieres ejercer, mas pugna por salir...
Pero hay más, está el instinto, si también el salvaje, pero no hay blanco sin negro y viceversa... el hombre puede evolucionar, sólo le falta más humildad...
Un abrazo :) intenta que el abrazo forme parte de tu vida, no importa a quien se da, si importa darlo, y sentir que se da, abandonarse a el... fluir, la energía fluye, y da vitalidad a tu cuerpo y a tu mente... ¡siéntelo!
Mirando hacia lo más profundo de nosotros veo que en esos rituales de sangre y carne nos hemos bañado todos, pero ignorantes por gusto sufrimos al leer la realidad que nos presentas.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí que vengo yo hoy adelantada jaja.
ResponderEliminarUn beso.
¡HOY TOCA QUIJOTE! Besotes, M.
ResponderEliminarlas fotos y el texto son fantásticos, has creado un ambiente sobrecogedor, totalmente creíble y escalofriante.
ResponderEliminarme ha encantado leerlo.
bicos,
Posiblemente cada uno llevemos en nuestro interior ese monstruo del que hablas, de vez en cuando se despierta y salen noticias como las del colegio finlandés... mejor que ande dormido. Saludos
ResponderEliminarHe de reconocer que este relato me ha sobrecogido, ufff, has creado un ambiente... no sé como explicarlo pero asusta un poco y encima las fotos...
ResponderEliminarPero no he parado de lerr hasta que no he llegado al final.
Como siempre, genial.
Un besazo.
Escalofriante. Esta faceta tuya es inédita para mí, pero interesante. Un saludo
ResponderEliminarTiene razón el protagonista del relato que nos sobresaltamos cuando nos dicen que se ha producido canibalismo,pero nosotros practicamos canibalismo social,se va a pisar al que está al lado para quedar por encima de él, se comen ,se acaba con sus ilusiones expectativas sin importarnos nada...eso es muy triste.
ResponderEliminarUn beso
Mirada hacia atrás, túneles oscuros..., creo que es un homenaje a la memoria histórica.
ResponderEliminarAsí lo veo yo.
Corrígeme.
Saludos
Por fin se aleja, en Madrid puede esconderse.
ResponderEliminarLas fotos del enviado me lo demuestran.
Llegaron por SEUR y todavía no ha entrado por la puerta, me temo lo peor.
Mejor la cierro con llave y la tiro al río.
Te mataré con mis zapatos de claqué
ResponderEliminarTe axfisiaré con mi malla de ballet
y morirás mientras se rié el disc-jockey.
Y bailaré sobre tu tumba...
Ja ja ja...Isabel.
Hola a todos. He tenido poco tiempo estos dos días y no he podido contestaros antes. Como ya son, por suerte, muchos los comentarios, os responderé en conjunto.
ResponderEliminarComo habéis intuido varios, es el metro de Madrid. Las fotos las realicé a finales del mes de junio pasado.
Como habéis visto, el personaje es el mismo protagonista de la serie Monstruos (pinchad en la etiqueta, los que no lo conozcáis), que aquí encuentra un tú con quien dialogar.
Entre todos habéis visto bien las claves del texto: tanto el simbolismo del laberinto de los túneles del metro, como los elementos históricos en los que se basa su ideología -una visión, efectivamente, nada optimista- y la metáfora del canibalismo.
Tengo varios fragmentos más de esta novela que me gustaría publicar aquí. Veremos cómo.
Un abrazo y muchas gracias.
Llego tarde... pero me alegro que hayas confirmado la existencia de dos elementos que me habían quedado claros: que las fotos son del metro de Madrid y su simbolismo como laberinto, o quizá catacumbas, y la depredación del hombre con el hombre: el canibalismo premeditado. Me ha parecido una metáfora del tipo de vida que llevamos.
ResponderEliminarEspero que sigas publicando más fragmentos.
Un besazo.
Efectivamente, el canivalismo sigue existiendo y hay que evitar caerse para no convertirse en víctima, seguir andando mirando a los lados por si hay que empezar a correr en algún momento. Los depredadores y los buitres no son fenómenos del pasado, ellos saben reciclarse y perdurar. Los vemos en los centros de poder, en las oficinas e incluso en las calles cada día.
ResponderEliminarInquietante relato e inquietantes fotos.
Besos
Vayamos, pues, con mil ojos, EUPHORBIA.
ResponderEliminarVengo de la segunda parte para poder seguir la historia completa. He de decir que me parece más que un mero ejercicio de estilo. Me ha gustado mucho esa primera persona descarnada. Me ha recordado en ciertos aspectos uno de mis libros sobre vampirismo favoritos "Gothika" de Clara Tahoces, aunque quizás la intensidad sea algo mayor este texto tuyo.
ResponderEliminarUn saludo,
Pedro.
Cuando el depredador no acepta su memoria tal vez empieza a nacer una victima.
ResponderEliminar;-)
PEDRO: en mi texto juego, entre otros, con ese texto -que podría estar mucho mejor escrito si pusiera los signos de puntuación en su sitio, por ejemplo-. Un saludo.
ResponderEliminarGABRIPROG: y la víctima puede ser él mismo.
Todo sucede a un tiempo, pasado, presente, futuro. AHORA.
ResponderEliminarConstruimos, destruimos y volvemos a construir.
Besos y amor
je
SEDEMIUQSE: en el fondo, dentro de nosotros están todos los tiempos. Besos.
ResponderEliminarHace mucho que leí este "ejercicio de estilo" ( vaya si esto es "un ejercicio" ¿qué será lo que es algo más?) y los retazos de "Cuadernos para una gótica" que publicaste en las entradas siguientes, pero entonces no dejé comentario.
ResponderEliminarLo hago ahora, hoy a esta hora incierta, para dejar constancia de lo mucho que me gustó su vibrante intensidad, aún cuando éste no sea de mis géneros de lectura preferidos.
Y sigo durmiendo, antes de que me alcancen tus vampiros.
Gracias, Myr. Espero que pronto puedas leer toda la novela. Besos y duerme.
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