No juzgues. No juzgues y no serás juzgado. No mires. No te vuelvas a mirar, sigue adelante. Ella sabrá por qué está allí, en el suelo, descalza, exhibiendo su miseria en el centro de la ciudad. Ella sabrá por qué ha traído su margen hasta nuestro centro. Ella ha tenido su camino, nosotros el nuestro. Siempre estaremos a tiempo de quitarnos los zapatos y buscar nuestra propia esquina. Aunque ahora nos parezca el suelo demasiado lejano.
no sé si recordarás que ya he manifestado en alguna ocasión que todos podemos llegar hasta ese margen, como dices tú, aunque ahora nos parezca el suelo demasiado lejano.
ResponderEliminar¡que triste, Pedro! ¿verdad?...
esta tarde he ido al cine a ver "Aritméticas emocionales" que te recomiendo porque me pareció una película emocionalmente intesa (como uno puede suponer por el título)... Susan Sarandon se come la pantalla ¡que mujer! siempre me ha fascinado...
El caso es que casi al final de la película Christopher Plumber, que hace de su marido, profesor de historia de la universidad jubilado, cita una teoría sobre El Quijote (que curioso), dice que El Quijote está lleno de insinuaciones sobre que la mayoría de los castellanos antiguos provenían de los judíos... o algo así, igual lo estoy contando mal... ¿has oìdo alguna vez algo sobre este tema?
bicos,
Aldabra
Mientras seguimos nuestro camino, intentaremos no tropezar con ella.
ResponderEliminar¿Qué se puede decir mas? Muy bonito tu escrito, escueto y al grano. Besotes, M.
ResponderEliminarAh, muy buena la segunda foto--cuando escribí mi comentario anterior solo había visto la primera--muy descriptiva de nuestras reacciones en general. Besotes, M.
ResponderEliminarParece mentira que una persona pueda dejarse de esa manera? rendirse, dejar de luchar, como si no le importara nada ni nadie, si esta viva o muerta, y si, me pregunto porque?
ResponderEliminarSera por que soy una luchadora nata y nunca me rindo, es superior a mi.
saludos
genial instantánea -con y sin- zapatos paseantes. Dos imágenes valen más que...
ResponderEliminarO, también, mira, como miras pasar a otros, sin juzgarlos.
ResponderEliminarUn abrazo
No juzgar, esa es la clave. Me han gustado mucho las fotos Pedro, sobre todo la sombra de esa niña vestida de domingo cogida de la mano de ¿su madre? me la imagino mirando extrañada a la persona que vive al margen; mirando como sólo lo saben hacer los niños para después mirar y preguntar. No le sabremos dar respuestas, sólo esa, no juzgues.
ResponderEliminarUn abrazo
Juzgar es ver nuestros defectos en los demás, trata como te gustaría que te tratasen,,,según trates serás tratado, no es un trabalenguas aunque lo parezca, es la ley del universo.
ResponderEliminarSaluditos y buen fin de semana.
No s� si ella preferir�a que alguien la juzgue, la mire, se preocupe. En el fondo huimos de ella, de su realidad y de la posibilidad de que nos involucre, de que nos pida ayuda para levantarse y seguir caminando.
ResponderEliminarwow!!
ResponderEliminaros cuento:
Aqui en la "esquina" de un banco hace como 10 años que se sienta una mujer primeramente era inmensa de gorda....y desde que la veo alli que pide monedas y le he colaborado bastante....ahora esta mas delgada ..pero sihie alli sin progreso alguno...
no se que pensar...."de su esquina"
beso!
Me dan ganas de gritar
ResponderEliminarPor cierto, ¿por qué en algunos comentarios salen cuadraditos en blanco en vez de letras? No lo he entendido nunca. Supongo que tendrá una explicación que yo desconozco. Besotes, M.
ResponderEliminarLa primera foto habla de la soledad de la carne contra la geometría, del frío contra la luz, del silencio de lo que se nos oculta, de la muerte tal vez, y de nuestro desconcierto.
ResponderEliminarLa segunda foto en cambio no habla de la soledad sino de la separación, de la suerte del descalzo, de la sombra que nos acompaña postrada a los pies de nuestros zapatos de domingo, del envés de nuestros miedos y nuestras ilusiones, de la necesidad de agarrarnos a aquello que nos lleva y nos aparta, de un mundo sin rostro que nos habla con la elocuencia de lo que no puede ser dicho.
Querido Javier, esta imagen es de las que permanecen porque su belleza duele. De lo mejor que he visto en mucho tiempo.
Un reencuentro estremecedor con La Acequia. Gracias.
ALDABRA: lo recuerdo. Me apunto la sugerencia de la película. Lo que comentas es una exageración. En primer lugar, porque no sería cierto y en segundo lugar, porque no se dice eso en el Quijote. Ahora bien, quizá tenga una razón inicial: buena parte de los hombres notables nacidos en el siglo XVI en España y muchos de los que hoy llamaríamos clases profesionales, tenían ascendencia de judeoconversos. Hablaré de eso en alguna entrada sobre el Quijote. Besos.
ResponderEliminarEUPHORBIA: a lo mejor porque ni la vemos.
MERCHE: gracias. Dudé qué foto publicar, por eso puse las dos. Lo que preguntas más abajo se debe a que, en ese momento, el procesador de Google no reconoce los acentos y los sustituye por símbolos. Besos.
BEETLE: a veces no es cuestión de rendirse, sino de opciones que uno tiene en un momento dado. Es difícil juzgarlo. Saludos.
BLOGOCHENTA: gracias. Un abrazo.
QUIQUE: en efecto. Esto tiene muchas formas de mirarlo. Un abrazo.
BEGOYRAFA: son difíciles esas respuestas, más allá de visiones caducas sobre la caridad. Un abrazo.
CARMEN: eso es. Saludos. Igualmente.
CUSPEDEPITA: huimos de todo aquello que se sale de lo que hemos decretado normalidad.
SAUVIGNONA: es difícil saber las razones. Besos.
DIANNA: grita, a veces es bueno.
XUANRATA: todo un placer tu regreso. Como he dicho, dudé cuál de los dos publicar, hasta que me di cuenta de que las dos se complementaban en el mensaje. Un abrazo.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
BEETLE.
Hay de todo en estos casos. Gente que está ahí porque ahí los llevó la vida y de los que hicieron de la mendicidad una forma de vida. Simpatizo con los primeros. Buenas fotos. Saludos desde el Mediterráneo.
ResponderEliminarA mí lo que me producen estas imágenes es impotencia por lo que existe en la vida, tanta desigualdad entre las personas, y, tantas distancias que existen desde la misma cercanía, y todos somos personas, todos tenemos sentimientos, todos sentimos, todos vivimos, todos sufrimos, pero cada uno va siguiendo su camino.
ResponderEliminarUn beso.
Es cierto, esta indiferencia seguramente se deba a que “ni la vemos”, no nos paramos ni a mirar, aunque eso querría decir que tampoco juzgamos (pero lo hacemos). Aunque me pregunto si podríamos hacer algo para que eso cambiase. Imagino que a nivel individual es difícil, sobre todo con la vida que llevamos (de un lado para otro, estresados, sin tiempo y muchas veces sin ganas…) cuando vivía en Madrid una vez me paré a pensar en la calle princesa una mañana; había un montón de gente en la calle andando con prisa (obviamente cada uno pensando en sus cosas pero parecía que nadie se daba cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor, parecían zombis) y pensé que en ocasiones parecemos un rebaño de ovejas. Pero a veces parece que la vida no está diseñada para que sea de otra forma… que pesimista me he levantado hoy.
ResponderEliminarSaludos!!!
Gracias por el aviso de spam, supongo que al final tendré que poner filtro. Buen fin de semana
ResponderEliminarLAZARILLO: ¡Lazarillo viajero! Me alegro de que des señales de vida. En efecto, la variedad de casos es grande, por eso insisto en no juzgar.
ResponderEliminarMARÍA: lo que pasa es que el camino es el mismo. Aunque cerremos los ojos. Un beso.
DEVIN: sin embargo, hay gente que sabe buscar otros ritmos. ¿Tenemos necesariamente que tener ése tan inhumano?
BLOGOCHENTA: se nos llena de spam la vida...
Como bien dices no somos quien para juzgar a nadie, dios me libre.
ResponderEliminarsolo me pregunto por que? y no pienso que sea cuestión de opciones
si no de dos caminos, en la vida siempre en cualquier circunstancia tienes dos caminos o dos decisiones
Hace un par de años una noche buena
cerca de la casa donde iba ha cenar aquella noche,en la plaza de un paseo, había debajo de una especie de arco, rodeados de arboles,tirado en el suelo, había un colchón de matrimonio, estaba bastante oscuro pero el reflejo de una farola,los delato, tapados con aquellas mantas de rayas, se intuían los cuerpos de cuatro personas dos eran niños no les vi la cara, pero una enorme tristeza se me apodero y recuerdo bien aquella noche por que no cene apenas. estuve apunto de bajar una bandeja de comida, pero mi marido me dijo no!! se ofenderán.
no los juzgo mas bien no lo entiendo
Yo creo que el camino -que es el de la vida-, no es el mismo para todos, porque para unos está más bien hecho de la mayoría de rosas y para otros de la mayoría de espinas, lo que más bien diría yo, es que la meta=el destino=el final, es el mismo para todos, que es la muerte.
ResponderEliminarUn beso.
"Siempre estaremos a tiempo de quitarnos los zapatos" Y a veces puede estar mucho más cerca de lo que creemos, pero miramos para otro lado. Me ha encantado, Pedro. La fotografía con la sombra de esa niña y ese texto tan directo.
ResponderEliminarUn saludo!
Ella nos contempla como el que ve gente bailar y no comprende sus movimientos que sólo tienen sentido dentro de la pista de baile. Nos ve absurdos.
ResponderEliminarBEETLE: es difícil de entender muchas de las situaciones del ser humano, a las que se llega de forma voluntaria o empujado por la vida. Es muy difícil de entender la forma de sociedad que nos hemos dado, que deja tantos márgenes.
ResponderEliminarMARÍA: es lo único que nos iguala. Un beso.
MAR: mucho más cerca, en efecto. Un saludo.
BIPOLAR: somos absurdos.
Extraordinario díptico, sobre la ocupación del espacio y la soledad.
ResponderEliminarA veces, JAVIER, pienso que espacio y soledad son sinónimos.
ResponderEliminarTal vez tengamos miedo a pensar que nuestra "seguridad" cualquier día, y por cualquie motivo se trunque y nos veamos obligados a vivir al otro lado del margen
ResponderEliminarEn efecto, ZITA. Bienvenido/a a La Acequia. Espero encontrarte en próximas ocasiones por aquí.
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